México nunca dejará de ser una prioridad para Estados Unidos, entre otras razones por la integración económica casi natural entre los dos países, y la suma de asuntos comunes cuando se tienen tres mil 180 kilómetros de fronteras. Y hasta el agua potable que beben los ciudadanos de una y otra parte debe compartirse.
La Secretaría de Economía y su par de Hacienda aquí destacaron que México se consolidó en 2020, en medio de la pandemia de Covid-19, como el primer socio comercial de Estados Unidos.
El intercambio fue de 337 mil 481 millones de dólares en solo ocho meses, no logrado ni siquiera con los principales aliados de la Casa Blanca en Europa, por la interdependencia económica existente.
Aunque con evidentes desventajas para los mexicanos, los dos países son económicamente interdependientes, y eso obliga a ambos priorizar sus relaciones al margen de empatías o ecpatías políticas.
No hay que olvidar, como señalan historiadores, que los dos millones de kilómetros cuadrados del sur estadounidense, incluida su zona petrolera y rica agricultura como las de California y Texas, eran hace solo 173 años, mexicanos.
De tal manera que hay también un sustrato cultural e histórico, además de asuntos trascendentes actuales graves, como el tráfico ilegal de armas, de drogas, lavado de dinero y bandas del crimen organizado.
Es decir, todos los inconvenientes que se derivan de una masa de 34 millones de mexicanos que viven en Estados Unidos y un millón de estadounidenses del lado de acá.
LÓPEZ OBRADOR: COOPERACIÓN SIN INJERENCIAS
El 20 de enero, cuando asumió la presidencia de Estados Unidos, Joe Biden firmó 17 decretos u órdenes ejecutivas, y tres de referidos a México: la detención de la construcción del muro fronterizo, un nuevo enfoque del problema migratorio, y el combate frontal a la pandemia de Covid-19.
Posteriormente, el jefe de la Casa Blanca levantó la emergencia nacional en la frontera sur.
La demora del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, en reconocer el triunfo del demócrata en las urnas contribuyó a alentar esperanzas en partidos opositores (Acción Nacional, Revolucionario Institucional y Revolucionario Democrático) de una mala relación con Washington, pero eso no ocurrió.
En la primera conversación telefónica de ambos el 23 de enero, las acciones del nuevo gobernante de Estados Unidos en relación con México centraron el diálogo, de acuerdo con López Obrador. Un segundo encuentro virtual, a inicios de marzo, trató igualmente dichas gestiones.
López Obrador insiste en la necesidad de buscar que haya una cooperación respetuosa, sin injerencias. «Que nosotros no nos metamos en asuntos que corresponden a Estados Unidos, y que ellos no vengan a meterse en asuntos que nos corresponden a nosotros».
Según el mandatario mexicano, las prioridades de la relación bilateral están centradas en la cooperación para hacer frente a la pandemia de Covid-19, tanto en el plano de salud pública como en materia económica.
Así como también en impulsar un enfoque en materia migratoria basado en la cooperación internacional para el desarrollo del sur de México y el norte de Centroamérica.
CONVENIOS PARA EL DESARROLLO
El presidente del Senado,Eduardo Ramírez, quien participó en este Escáner con declaraciones exclusivas a Prensa Latina, estima que existe una relación profunda y de cooperación internacional de México, no solamente con Estados Unidos sino con el resto de la región, para enfrentar temas de interés colectivo.
En el caso de Washington, señaló, hay ya un instrumento para esa cooperación, que es el Tratado de Libre Comercio el cual incluye a Canadá y se conoce por sus siglas T-MEC y desde él se abordan de manera trilateral temas fundamentales en cada uno de los artículos que componen ese acuerdo.
Por encima de cualquier interés particular hay un asunto de fondo, la necesaria solidaridad humana para enfrentar los retos que este complejo momento nos pone delante.
Al respecto, añadió, nuestro propósito con el nuevo gobierno de Estados Unidos es ratificar esos lazos de cooperación al igual que hacemos con los demás países con cuyos gobiernos hemos suscrito también convenios fundamentales para el desarrollo los cuales se pueden ver fortalecidos con el firmado en América del Norte.
REFORMA MIGRATORIA
Acerca de estos temas, Prensa Latina le pidió también su criterio al titular de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Héctor Vasconcelos.
El senador estimó que el discurso de Biden es un retorno a la tradición diplomática norteamericana, pero con un componente nuevo por los grandes temas que lo integran.
Consideró que en el centro de la política del nuevo mandatario del vecino país está el combate al calentamiento global, la conservación de la ecología, algo que nunca figuró en la agenda del expresidente Donald Trump (2017-2021).
Eso, por lo tanto, implica un cambio más cercano a las posiciones defendidas por México sobre el medio ambiente, aseguró.
En cuanto a México, dijo Vasconcelos, me parece que en el inicio del periodo de Biden no estaba en las prioridades de la política exterior norteamericana.
«Porque tienen de momento que hacerle frente a múltiples crisis simultáneas en el mundo, y paralelamente a una muy grave de la política interior, como es la polarización de la sociedad y los peligros que ello acarrea».
Por otra parte, estimó que sí habrá cosas nuevas por esperar, lo cual ve con beneplácito, como es la nueva política migratoria de Biden.
PROBLEMAS DE ORIGEN SOCIOECONÓMICO
El jefe de la oficina de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Daniel Millán, subrayó a Prensa Latina que en esa misma cuerda se mueve esa dependencia.
México, expresó, ve con simpatía y optimismo la decisión del mandatario estadounidense de detener la construcción del muro fronterizo, así como el robustecimiento del programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia.
López Obrador defiende también con mucho énfasis su criterio de que la solución racional del fenómeno del éxodo centroamericano es de origen socioeconómico.
Por eso llamó a sus socios del T-MEC a participar activamente en el financiamiento de programas de desarrollo económico y bienestar social en El Salvador, Honduras y Guatemala, y así se lo ha reiterado a Biden.
Esos tres países son los principales emisores de migrantes hacia Estados Unidos, y mientras exista el desempleo, la pobreza extrema y los demás factores que alimentan la violencia social y criminal, la emigración será la primera prioridad de decenas de miles de personas.
RELACIONES COMPLEJAS
Las relaciones con Estados Unidos son muy complejas y en ningún momento dejaron de serlo conTrump a pesar de la presunta amistad con López Obrador, la cual no impidió insultos y amenazas a México.
La oposición criticó a López Obrador admitirle a Trump convertir a este país en santuario de quienes iniciaban el proceso de legalización migratoria y cuyos resultados debía esperarlos en territorio mexicano bajo el plan Quédate en México, el cual Biden liquidó hace algunas semanas.
Relacionado con este tema hay otro de mucha importancia para México que es el de la seguridad nacional y las limitaciones que el gobierno le impone a las oficinas de la comunidad de inteligencia estadounidense.
Entre otros motivos por la exagerada injerencia de la Agencia Central de Inteligencia y la Administración de Control de Drogas.
Otra de las diferencias sustanciales con Estados Unidos es la atinente a la política energética que requerirá de mucha negociación, según analistas.
México busca total independencia del consumo energético y su producción de combustibles, para recuperar la soberanía perdida con el proceso de privatización de Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad en los gobiernos de Felipe Calderón (2006-2012) y su sucesor Enrique Peña Nieto (2012-2018).
En este trabajo colaboraron Diony Sanabia, Martha Andrés Román y Adriana Robreño, periodistas; Amelia Roque, editora; David Reyes, y Rey Dani Hernández. | (Prensa Latina México / Desde Abajo MX)