¿Cómo puede entenderse una marcha por la paz, promovida por el Partido más violento, soez y corrupto en la historia política de México? A razón del asesinato de su candidato en Tamaulipas, miles de personas manipuladas por los intereses económicos del PRI, saltaron a las calles de Pachuca para “exigir”, dijeron, unas elecciones pacíficas, a las cuales, sin duda se tiene derecho y necesidad; más, lejos de aquel intereses legítimo, el priismo hidalguense cerró su campaña por la gubernatura emitiendo un mensaje que dista de lo que ha sido y demostrado a lo largo de sus años en el poder. En Hidalgo, como en otras entidades, han sucedido crímenes bajo la sombra tiránica de gobernadores, diputados y otros de sus representantes. Cabe mencionar que todos, sino la mayoría de ellos, han sido documentados por Procuradurías, Comisiones de derechos humanos y por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) misma, que este 30 de junio, reprendió las encarcelaciones de los líderes de Atenco, reprimidos y condenados nada más y nada menos por quien pretende ser el candidato tricolor a la Presidencia, Enrique Peña Nieto. Pues, una marcha hipócrita, no con el puño en alto sino escondido en el bolsillo.
Los comentarios están cerrados.