Si bien es cierto que ha visto mucha agua correr por el rio y que «no sufre calenturas», pocas personas podrían dar por sentado que Natividad Castrejón Valdez (Durango, 1963) no aspira a algo más que ser el titular de la Secretaría de Educación Pública, en los siguientes años. Finalmente, es uno de los políticos más avezados y experimentados que hoy tiene la escena hidalguense. Creo que lo sabe y, por tanto, está construyendo una posibilidad que le favorezca.
En el cuarto capítulo de La Entrevista Desde Abajo, Castrejón Valdéz habló sobre sus perspectivas políticas. No lo dijo, pero dejó ver que no descarta participar en un proceso electoral, aunque es prudente. Dice —y dice bien—, que ha visto muchas candidaturas desmoronarse en el último momento, y a otras erigirse en ese mismo instante. De tal modo, se concentra en su encargo en la SEPH, pero avisó que dejará pasar el 2027 (año de elecciones legislativas) para, quizá, ser considerado como candidato a la gubernatura de Hidalgo en el 2028. Sobre esto último, insisto: no lo dijo, pero se deja ver. De todos modos no es un secreto. Que alzará la mano, es una cosa que todo el mundo viene anticipando.
Dicho esto, Natividad sí tiene posibilidades de ser el candidato de Morena a la gubernatura del estado. Independientemente de que aún falta por discutirse y aprobarse la próxima gran reforma electoral local que le reconocería a una mujer la posibilidad real de ser gobernadora, por dos, cinco o seis años, y que en ese lapso se atraviesan muchísimos acontecimientos, Castrejón está ahí. Maniobra, acuerda, dialoga y acumula capital político. Prácticamente tiene en la bolsa a la sección XV del SNTE y, por tanto, al Partido Nueva Alianza. El presidente estatal de Morena, Marco Antonio Rico Mercado, es su camarada de los tiempos del «Los Chuchos» perredistas. El gobernador le tiene toda su confianza. ¿Qué le podría salir mal? Al parecer, nada. Pero «la política son tiempo y circunstancia», dice él. Las mismas que podrían estar a su favor… o en contra.
