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jueves, noviembre 14, 2024

Los asesinos del periodista Brad Will en Oaxaca evaden la justicia

. “Se trata de un caso en el que los asesinos fueron fotografiados. Sus fotografías aparecieron en todos los principales periódicos mexicanos y también en periódicos en el norte. Hablamos de un periodista que fotografió su propia muerte, que filmó su propia muerte, y a pesar de eso la embajada no ha actuado en ningún tipo de investigación. La investigación está, en este momento, como he dicho, en el archivo de los casos cerrados”.

Por John Ross – Juan González / Desde Abajo – Rebelión – Democracy Now (Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens)

JUAN GONZÁLEZ: El sábado, amigos y familiares del periodista asesinado Brad Will se reúnen en Nueva York en la Iglesia St. Mark’s para marcar el primer aniversario de su muerte. Cuando murió, Brad Will informaba sobre el levantamiento popular en Oaxaca, México. En su último despacho desde Oaxaca, el reportero de Indymedia escribió sobre un manifestante llamado Alejandro García Hernández quien fue asesinado en las barricadas. Will escribió: “una muerte más… un mártir más en una guerra sucia… una ocasión más para llorar y sufrir… una ocasión más de conocer el poder y su fea cabeza… una bala más restalla en la noche.”

El 27 de octubre del año pasado, Will murió en esas mismas barricadas. Tenía su videocámara en la mano. Su cámara siguió grabando incluso después de que lo hirieron.

JUAN GONZÁLEZ: Brad Will murió mientras lo llevaban al hospital. Tenía treinta y seis años. Un día después del asesinato, el periódico mexicano El Universal publicó fotos de los presuntos asesinos. Fueron identificados como dos miembros de la municipalidad local, dos policías municipales y el ex juez de paz de una localidad cercana. Todos tenían vínculos con el gobierno de Oaxaca dirigido por Ulises Ruiz. Inicialmente, los hombres fueron detenidos, pero pronto los dejaron ir. Desde entonces, nadie ha sido responsabilizado por su muerte o el asesinato de ningún otro activista muerto en Oaxaca el año pasado.

El periodista de investigación John Ross habla con nosotros por teléfono desde Ciudad de México. Ross publicó antes durante este año un informe de 5.000 palabras estudiando las circunstancias de la muerte de Brad Will. Fue publicado en más de dos docenas de semanarios noticiosos alternativos en este país. John Ross ha estado cubriendo México durante varios decenios. Su último libro es “Making Another World Possible: Zapatista Chronicle 2000-2006.” Bienvenido a Democracy Now!, John.

JOHN ROSS: Hola. ¿Cómo le va, Juan?

JUAN GONZÁLEZ: Bueno, hablemos sobre la – esa investigación que hizo sobre la muerte de Brad Will.

JOHN ROSS: Básicamente, lo que hice fue una reconstrucción de la muerte de Brad y del tiempo que pasó en Oaxaca. Había estado allí durante meses. Y por lo tanto, hicimos lo que hacemos habitualmente. Entrevistamos a todos los principales testigos. Descubrimos que los policías, los cinco policías de civil – hay cuatro en la imagen y uno que está encuclillado detrás de otro – están todos identificados y trabajan para la comisaría Santa Lucía. Esto no ocurrió en la Ciudad de Oaxaca, sino que directamente a su exterior. Y siguen en su trabajo. Y no hemos podido entrevistarlos; nos han estado evitando desde hace bastante tiempo. Si lanzamos una mirada a la imagen, la persona que tiene el arma larga en el extremo derecho, enfrentándose, cuyo nombre de Juan Martínez Soriano, también conocido como “Chapulín,” parece no encontrarse en Oaxaca ahora mismo, pero los otros policías están allí.

El caso es un archivo de caso cerrado. Actualmente no se realiza ninguna investigación. No hay ninguna investigación ni en el ámbito local de Oaxaca ni en el ámbito federal, porque fue lanzado al sistema federal. Ambos casos están cerrados.

Y lo que es aún más, pienso, notable y deprimente es que, en realidad, el gobierno de EE.UU., el Departamento de Estado, la embajada de EE.UU. en Ciudad de México, bajo la dirección de Tony Garza, no han emprendido ninguna acción en este caso, ningún tipo de presión sobre Felipe Calderón o Ulises Ruiz, el gobernador de Oaxaca. Y, de hecho, si echamos una mirada a los comunicados de la embajada desde que Brad fue asesinado el 27 de octubre pasado, cerca de un mes después de la muerte de Brad, hay sólo un artículo de opinión que Tony Garza escribió para Milenio, un periódico local, cerca de un mes después de la muerte de Brad. Es todo lo que ha hecho la embajada.

Se trata de un caso en el que los asesinos fueron fotografiados. Sus fotografías aparecieron en todos los principales periódicos mexicanos y también en periódicos en el norte. Hablamos de un periodista que fotografió su propia muerte, que filmó su propia muerte, y a pesar de eso la embajada no ha actuado en ningún tipo de investigación. La investigación está, en este momento, como he dicho, en el archivo de los casos cerrados.

JUAN GONZÁLEZ: Y esto, obviamente, es sólo un reflejo de lo que ha sucedido con todo lo que tenga que ver con justicia por los abusos que ocurrieron en Oaxaca, Obviamente, todo el período de la huelga en Oaxaca galvanizó a mucha gente en todo el mundo. ¿Que sucedió posteriormente con toda la gente que sufrió abusos, golpizas o que fue alcanzada por tiros?

JOHN ROSS: Bueno, todavía no tenemos ninguna investigación respecto a las veintiséis personas que fueron muertas durante ese período, ninguna investigación del gobierno mexicano, federal o local. Ha habido muchas investigaciones realizadas por organizaciones de derechos humanos. Incluyo a la OEA y a la Comisión Civil Europea que estuvo aquí. Tuvimos a Amnistía Internacional; en realidad, Irene Khan, la Secretaria General de Amnistía Internacional, estuvo en Oaxaca, presentó su informe al gobernador, a Ulises Ruiz. Virtualmente todas las principales organizaciones de derechos humanos han visitado este caso y este lugar. Y sin embargo, no pasa nada por parte del gobierno mexicano.

En el artículo que publiqué en agosto, presenté algunos motivos por los que esto no ha sucedido. Creo que en realidad tiene mucho que ver con un arreglo político entre el partido de Felipe Calderón, el Partido de Acción Nacional y el antiguo partido de gobierno, el de Ulises Ruiz, el Partido Revolucionario Institucional, PRI, que han llegado a un trato para aprobar cierta legislación, y por cierto si el gobernador y sus funcionarios locales fueran presionados para que resuelvan este caso, de hecho, el PRI se molestaría y no apoyaría la legislación propuesta por el PAN. Esa legislación va de la reforma fiscal a una apertura efectiva de la corporación petrolera nacional, Pemex, a la inversión privada. Y no soy el único que piensa que ese acuerdo político es lo que ha llevado este caso al archivo de los casos cerrados.

JUAN GONZÁLEZ: Y, John, quisiera preguntarle sobre otro asunto, el anuncio por el presidente Bush del Plan México, un programa de 1.400 millones de dólares que supuestamente apunta a la erradicación de drogas. ¿Podría hablarnos de eso y de su impacto sobre el país?

JOHN ROSS: Bueno, yo diría que – sabe – diría que si el embajador Tony Garza hubiese invertido tanta energía como lo ha hecho en la promoción del Plan México en la presentación de los asesinos de un ciudadano estadounidense que fotografió su propia muerte en México, ya tendríamos alguna solución. Ha habido un esfuerzo periodístico total en este país por parte de la embajada, del Departamento de Estado y del gobierno de EE.UU., y por parte del gobierno de Felipe Calderón, por unirse alrededor de este plan.

El Plan México es una copia exacta del Plan Colombia, sin soldados en el terreno. Pero eso provoca la pregunta de si las corporaciones de seguridad privada se harán cargo del entrenamiento de los responsables mexicanos de la lucha contra la droga. Encuentro interesante que haya habido una declaración tras la otra del gobierno de Calderón y del de EE.UU. de que, no, no vamos a colocar soldados de EE.UU. en el terreno. Es una doble negativa política; eso no se puede hacer. EE.UU. ha invadido México ocho veces, y ese hecho no va a desaparecer. Pero colocar a sujetos como Blackwater en el terreno es otra cosa.

Y es importante, creo, comprender que Blackwater está a sólo 10 kilómetros de la frontera mexicana en Potrero, California, estableciendo un campo de entrenamiento y que acaba de recibir parte de una subvención de 15.000 millones de dólares de la guerra contra la droga del Departamento de Defensa, que les da mandato para entrenar a personal extranjero en la lucha contra la droga y para dar apoyo operativo y logístico en el terreno. Así que pienso que no veremos tropas de EE.UU. en el terreno, como resultado de este acuerdo.

Esto no es aprobado por ningún congreso en este país. Está en el Congreso de EE.UU. y ha formado parte de una – está en cierto modo incorporado en la asignación suplementaria para Iraq y Afganistán. Y si los demócratas se oponen a esa asignación suplementaria, ciertamente no veremos un Plan México, porque no será financiado. Forma parte de esos fondos. Así que eso es, pienso, a fin de cuentas, es lo que es el Plan México: una manera de colocar las fuerzas de seguridad mexicanas bajo el control de Washington, fundir las fuerzas de seguridad de ambos países y colocarlas bajo el control de Washington.

JUAN GONZÁLEZ: Bueno, John Ross, quisiera agradecerle por haber estado con nosotros, por teléfono desde la Ciudad de México. John Ross ha escrito durante décadas con claridad y precisión sobre los eventos en México.

http://www.democracynow.org/article.pl?sid=07/10/26/1452251  

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