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sábado, abril 20, 2024

[MEZA DE REDACCIÓN] July, crimen homofóbico en Hidalgo

. Primero, una voz masculina amenazante salió desde un auto que circulaba por el puente Bicentenario, ubicado en los límites de Pachuca y Mineral de la Reforma: “Ahorita los voy a balacear, pinches putos”, gritó el hombre al grupo de trabajadoras sexuales transgenéricas y militantes de la asociación Civil “Transgénero Hidalgo”, cuando se hallaban laborando en ese lugar.

Por Tania Meza Escorza / Desde Abajo

“Vas a ver, pinche puto”, es una frase que July ha escuchado recurrentemente en su vida. La oyó por primera vez en la primaria, cuando sus compañeros de clase la amenazaron por intentar convivir con ellos en el recreo. La escuela fue una tortura porque ella esperaba en cada momento que alguien le soltara la frase lapidaria.

Luego, en la secundaria el martirio continuó. Las amenazas venían por todos lados, desde las y los compañeros de clase, hasta el profesorado. Las intimidaciones variaban, pero en todas había una constante: “pinche puto”.

Antes de concluir la secundaria, July decidió irse de su casa cuando su familia no tuvo más remedio que enfrentarse a la realidad que había querido ignorar desde que ella era pequeña. Entre lágrimas, frases de decepción e insultos, July volvió a escuchar la frase a la que cada vez se acostumbraba más.

La secundaria quedó inconclusa y no hubo más remedio que el trabajo sexual desde la adolescencia. Durante todos los años de labor, July viajó de un lugar a otro soportando humillaciones, pero feliz por haber alcanzado dos grandes triunfos: Terminar la secundaria abierta y dejar salir plenamente a la mujer que había vivido atrapada en el cuerpo masculino. A pesar de ello, “pinche puto” fueron dos palabras que ella nunca consiguió alejar.

Si había una frase que había marcado su existencia era justamente ésa. La oyó desde que era niña y la madrugada del pasado jueves 23 de julio, llegó a pensar que sería lo último que escucharía en su vida.

Primero, una voz masculina amenazante salió desde un auto que circulaba por el puente Bicentenario, ubicado en los límites de Pachuca y Mineral de la Reforma: “Ahorita los voy a balacear, pinches putos”, gritó el hombre al grupo de trabajadoras sexuales transgenéricas y militantes de la asociación Civil “Transgénero Hidalgo”, cuando se hallaban laborando en ese lugar.

Minutos después, todo ocurrió muy rápido: Al escuchar los disparos, July no pensó que esto estuviera sucediendo. Se quedó inmóvil unos segundos, pero la carrera en tropel de sus compañeras la hizo moverse instintivamente. Empezó a correr, pero no pudo seguir. Cayó al suelo con un fuerte ardor en distintas partes del cuerpo, de ese cuerpo que tanto detestó en una época de su vida, y al que ahora defendía vehementemente, luego de la reconciliación consigo misma.

“July, ¡July!” escuchó a lo lejos y alcanzó a ver borrosamente la silueta de su amiga Karen Quintero. “A mí me dieron, Karen” y todo tuvo sentido otra vez. Comprendió que moriría en ese momento, mientras iba perdiendo el conocimiento. “¡No te duermas!, ¡Dí el nombre de cada una de nosotras! ¿Nos reconoces?” Perdía toda fuerza, pero optó por darse otra oportunidad. Fue nombrando a cada una de sus compañeras de trabajo, de activismo, pero sobre todo, a cada una de aquellas mujeres con quienes compartía la vulnerabilidad social de quien decide dar la vida (literalmente) por ejercer su derecho a ser diferente.

La ayuda médica llegó y July permaneció tres días en el Hospital General de Pachuca, en donde se enteró de que traía en el cuerpo más balas de las que ella creía. Inclusive, lo médicos decidieron no extraerle una de ellas, porque quitarla provocaría más daños de los que ocasionaría dejarla permanentemente.

Hoy, July se recupera físicamente, pero el aspecto emocional tardará un poco más. No obstante, está agradecida con la vida por la sororidad de sus compañeras, quienes la han atendido de tiempo completo, a ella y a Katia, otra mujer transgenérica que recibió una bala en un pie, y que dejó el hospital al día siguiente del ataque.

Pero, particularmente, July está agradecida con las Organizaciones de la Sociedad Civil estatales, nacionales e internacionales que desde distintas partes del mundo están muy atentas de la evolución de su salud y del trabajo que las autoridades hidalguenses hagan para atrapar y castigar al homófono y transfóbico ser, a quien le pareció muy sencillo disparar contra un grupo de personas que, evidentemente, considera inferiores a él.

La homofobia es el odio hacia las personas que profesan una preferencia sexual distinta a la heterosexual. Pero dicha preferencia no resulta ser lo más peligroso, sino la apariencia de tener una identidad sexual diferente a la establecida.

El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) estima que la discriminación y exclusión social hacia las personas con preferencia u orientación sexual o identidad de género distinta a la heterosexual se sigue practicando. En el caso extremo de los crímenes por homofobia o transfobia, la vejación se incrementa cuando las autoridades consideran estos homicidios como “crímenes pasionales” en lugar de reconocerlos como asesinatos por odio.

Una encuesta de opinión levantada en 2008 por la Comisión Nacional de Derechos Humanos, señaló que el 66{9e1ff1bee482479b0e6a5b7d2dbfa2de64375fcf440968ef30dd3faadb220ffd} de las personas no compartiría el techo con un homosexual; 39.4{9e1ff1bee482479b0e6a5b7d2dbfa2de64375fcf440968ef30dd3faadb220ffd} opinó que los homosexuales no deben participar en política y 40{9e1ff1bee482479b0e6a5b7d2dbfa2de64375fcf440968ef30dd3faadb220ffd} respondió que no aceptaría que un homosexual viviera en su casa, en tanto que el 25{9e1ff1bee482479b0e6a5b7d2dbfa2de64375fcf440968ef30dd3faadb220ffd} de los profesionales de la salud considera que la homosexualidad es la causa del SIDA en México.

La historia de July no termina aquí, porque tanto los sucesos del crimen transfóbico que sufrió, como el trabajo que hagan o dejen de hacer las autoridades hidalguenses, se presentarán ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y ante la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), a través de sus consejerías para asuntos transgénero.

Comentarios: taniamezcor@hotmail.com

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