Por Pedro Echeverría V./ Desde Abajo
1. Alrededor de 20 mil muertos son un chingo o un “titipuchal” de muertos. Pero una vez alcanzada esa cantidad, ¿qué son otros 20 mil más para un gobierno preocupado solamente porque la clase empresarial siga acumulando riquezas y porque el gobierno de los EEUU le siga proporcionando apoyos económicos y militares? Lo notable es que se han perdido millones de empleos productivos, pero ahora en Ciudad Juárez y en el país cientos de miles de soldados del ejército serán sustituidos por policía federales bien entrenados en EEUU, Israel, Colombia y México para luchar contra la delincuencia. En lugar de trabajadores, el ejército mexicano y la policía han triplicado su número con el más alto nivel de entrenamiento. ¿Podrían tener los empresarios un mejor gobierno que los cuide de la “delincuencia”, del “terrorismo”, de los secuestros y robos? Mientras tanto la población carece de trabajo e ingresos.
2. A partir de 2001, cuando se registraron los avionzazos contra los “torres gemelas”, una magnífica combinación de gobiernos de derecha, empresarios, medios de información y gobiernos de los EEUU, impuso como política principal el combate contra el terrorismo y el narcotráfico en el mundo. Las batallas que debieron enfocarse contra la explotación capitalista, las crisis económicas, el desempleo y el hambre, fueron desviadas para fortalecer a los países imperialistas, la producción armamentista y las guerras invasoras. En México las campañas se acrecentaron y surgieron organizaciones empresariales para exigir a los gobiernos el incremento de la represión, de los encarcelamientos y el establecimiento de la pena de muerte. En vez de crear empleos para aminorar la desocupación y la delincuencia, en lugar de obligar a los empresarios a pagar salarios justos, se incrementó la vigilancia del ejército y la policía.
3. Un día sí y otro también se publican decenas de nombres de muertos inocentes en Ciudad Juárez, Chihuahua, pero también de narcotraficantes y miembros de las milicias del gobierno enfrentados con las armas más sofisticadas. Pareciera que existe una guerra civil y que los únicos culpables son los encargados de gobernar al país por su manifiesta incapacidad e irresponsabilidad de convertir los problemas de la nación en una bronca entre narcotraficantes y fuerzas armadas oficiales, “entre policías y ladrones” cuando responde a un problema económico y político estructural, incluso de consumidores internacionales. Hay en México por lo menos 20 puntos clave en esas confrontaciones que iniciaron abiertamente en el gobierno de Fox, pero en los tres años del régimen de Calderón –sobre todo a partir de que puso al ejército en las calles- las muertes y los asesinatos se han multiplicado.
4. Se ha publicado que a partir de la llegada de las fuerzas militares a Ciudad Juárez el promedio de asesinatos aumentó de 2 a 5 diarios durante el año 2008 y en el 2009 se elevó a más de 7. Se desató una ola de extorsiones al pequeño comercio, donde varios comerciantes señalaron directamente a la PFP como responsables de tales extorsiones. Las violaciones a los Derechos Humanos se generalizaron por parte de las fuerzas militares convirtiendo al estado de Chihuahua en el líder en este tipo de casos en el país. Con el arribo de los soldados al estado han ocurrido una serie de asesinatos a luchadores sociales: el líder campesino Armando Villarreal, líder de la comunidad mormona Benjamín Lebarón, Manuel Arroyo, investigador del movimiento obrero, Géminis Ochoa, líder de los comerciantes ambulantes y Josefina Reyes, defensora de los Derechos Humanos en el Valle de Juárez.
5. Chihuahua es el estado más extenso de México y con casi tres y medio millones de habitantes; es una entidad con presencia económica y una historia de batallas políticas importantes, sobre todo durante la revolución mexicana. ¿Puede olvidarse que en Ciudad Juárez –hoy con más de millón y medio de habitantes- se firmaron los tratados entre los revolucionarios maderistas y los representantes del dictador Díaz en marzo de 1911 que dieron fin a las hostilidades armadas? Juárez es la ciudad más poblada del estado y, como ciudad fronteriza con los EEUU, sufre mil un problemas comerciales, de narcotráfico, de migración y de delincuencia que se originan de esa vecindad. ¿Puede olvidarse que México ha sido durante casi 100 años el patio trasero de los EEUU, donde arroja la basura que no quiere?
6. Otros asuntos graves de Chihuahua, de Ciudad Juárez en particular, han sido los jaloneos políticos entre el PRI y el PAN que se han alternado el poder y en lugar de solucionar los problemas de la mayoría de los trabajadores que viven en la miseria y la desesperación, los han agravado. De tal manera que la grave situación que en estos momentos se vive en Ciudad Juárez son ocasionados por esas políticas oportunistas que sólo buscan hacen negocios. Esas políticas de la derecha tienden a convertir a Juárez en una ciudad de sitio con varios miles de soldados y policías, pero también entre esos partidos han surgido voces que exigen la entrada del ejército de la ONU o de los EEUU que están ávidos de intervenir. Lo que sucede en Juárez con sus mujeres muertas y el avance de narcotráfico sólo tienen un culpable: la clase política mexicana encabezada por el PRI y el PAN y el gobierno ilegítimo de Calderón. ¿Qué pasó con la izquierda?
7. Llevo más de 10 años colaborando en el periódico semanario El Reto de Ciudad Juárez fundado y dirigido por mi amigo de años, el doctor Samuel Schmidt. Desde entonces he tenido muy presente los problemas de la ciudad, en particular a mis camaradas los médicos Bernardo Jiménez y Roberto Vázquez, cuyas luchas en la Unión Cívica Juarense y el periódico Cuauhtémoc que vivió más de una década, fueron para mí, en aquellos tiempos, heroicas. Tengo presente a mis amigos, hoy profesores universitarios, el abogado Gustavo (Pichuy), la psicóloga Graciela, la socióloga Carmen, el economista Rigoberto, el hoy médico Robertico y mi queridísimo compañero Nelson, que estudiaba en la facultad de Ciencias de la UNAM; estos compañeros, junto a los del grupo de El Martillo en la ciudad de Chihuahua en los años setenta, se habían enraizado en las luchas políticas de izquierda y socialistas del estado, dedicándose a defender los intereses de los trabajadores.
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