El antisemitismo ha sido una bandera utilizada por los grandes corporativos de los medios de comunicación estadounidenses para satanizar y, prácticamente pedir el juicio público contra aquella persona que se atreva a “agraviar” o decir algo contra el pueblo judío. Así, pues, que si alguien tratará de denunciar sin tapujos el genocidio de Israel perpetrado contra buques humanitarios o bien, que el campo de concentración más grande del mundo en la actualidad se encuentra en la Franja de Gaza y éste es un campo judío, enseguida se le epitetará “¡Antisemita!” . Hay que recordar que apenas dos años después de concluida la II Guerra Mundial, en 1948, la campaña sionista de Israel invadió Palestina a sangre y fuego mediante la conocía Al-Nakba (catástrofe en Árabe) en la cual los judíos masacraron a 254 campesinos y expulsaron de su tierra a 900 mil palestinos. Muchos de los magnates mediáticos del Imperio son judíos y prácticamente todos financian y auspician el sionismo, sin importar el terror desatado contra Palestina y quienes la apoyan. ¿Y la ONU? Es momento de denunciar el fascismo israelí y llamar a las cosas por su justo nombre.
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