Julian Assange es su nombre. Australiano, Wikipedia lo describe como “periodista, programador y activista de Internet”, y ha venido a revolucionar los medios de comunicación en todo el planeta, justo a la mitad de la era glacial de la globalización. Es el responsable, junto con cuatro de sus colaboradores, de la divulgación de los archivos clasificados de los Estados Unidos sobre las guerras de Afganistán e Irak, recientemente acerca del espionaje diplomático del Departamento de estado de ese país en la ONU y próximamente revelará los secretos de un banco imperial.
No es asunto menor su tarea. Como puntalmente lo publicara el diario La Jornada, Assange ha mostrado al mundo el verdadero rostro de Washington, el que no ha mudado de fisonomía a pesar del color de su piel. Assange es un revolucionario en dos vías. Partiendo de su condición intelectual como físico, filósofo, periodista e informático, éste activista no solo ha develado más de un millón de documentos que prueban las atrocidades políticas y militares de los Estados Unidos, sino que ha obligado a los massmedia del mundo a mirarse críticamente a sí mismos, sobre el manejo de información y su relación con los asuntos críticos que le competen.
Tajante, recrimina: “Actualmente, dado el estado de impotencia del periodismo, me parecería ofensivo que me llamaran periodista”, al responder una entrevista al diario español El País, para más adelante explicar: “Por los abusos del periodismo” (…)”El mayor abuso es la guerra contada por los periodistas. Periodistas que participan en la creación de guerras a través de su falta de cuestionamiento, su falta de integridad y su cobarde peloteo a las fuentes gubernamentales”.
Al responder al periódico The Sidney Morning Herald en un artículo titulado “La vida secreta del fundador de Wikileak, Julian Assange”, el editor puso sobre la mesa la importancia de su medio ante le mediocridad documental del periodismo mundial: “Eso no es algo que digo para demostrar lo exitosos que somos, más bien, eso te muestra el alarmante estado del resto de los medios de comunicación. ¿Cómo es que un equipo de cinco personas ha llegado a mostrarle al público la información más reprimida, a ese nivel, que el resto de la prensa mundial junta? Es vergonzoso”
En suma: Wikileaks ha hecho más por el mundo en dos años que todos los medios en todas las edades del periodismo.
