Artículo especial escrito por la ex candidata a la gubernatura de Hidalgo, Xóchitl Gálvez, en donde expone reflexiones generales sobre lo sucedido durante la elección en la cual, dice, «aprendí que no basta ser una candidata honesta y capaz, que hoy en México las campañas se ganan con dinero. La cantidad de recursos que se gastan en campaña es brutal, de los cuales en la mayoría de los casos se desconoce el origen; que seguramente son públicos, producto de la corrupción o del crimen organizado.»
por Xóchitl Gálvez
Aclaro que acato y acepto el fallo del TEPJF y reconozco a Francisco Olvera como gobernador electo, no sin antes hacer unas reflexiones sobre la última elección en Hidalgo.
Como candidata ciudadana, logré polarizar la elección con un complejo proceso interno para lograr la candidatura. El proceso de designación del candidato se retrasó, haciendo que perdiera tres meses para preparar mi campaña.
Fue iluso competir con limpieza, respetando la ley y el tope de gastos de campaña: «nadie lo hace», me dijo un magistrado del TEPJF. Mientras para mí era imposible colocar propaganda en todos los municipios por falta de recursos, mi opositor derrochaba capital. Él sabía que el Instituto Electoral local lo permitiría, que no lo iba a sancionar. Intentamos probar los excesos de mi oposición, pero los notarios de Hidalgo nunca aceptaron certificar los despilfarros del candidato, ya que sus nombramientos se los deben al gobernador y no a un proceso transparente de competencia justa.
Aprendí que no basta ser una candidata honesta y capaz, que hoy en México las campañas se ganan con dinero. La cantidad de recursos que se gastan en campaña es brutal, de los cuales en la mayoría de los casos se desconoce el origen; que seguramente son públicos, producto de la corrupción o del crimen organizado. Esto último lo digo por experiencia, tuve un ofrecimiento de 50 millones de pesos para mi campaña de un desconocido. No quise indagar de quién se trataba y rechacé la oferta del extraño mensajero. Poco después empezaron las amenazas.
Los medios de comunicación viven de publicidad, y si el candidato no la contrata de manera legal y transparente, se va a publicitar a través de los famosos convenios que muchos aceptan firmar. Fue impactante darme cuenta que necesitaba mucho dinero para tener suficiente cobertura en medios. De no ser por algunos medios nacionales que me abrieron las puertas, mi campaña hubiera sido mucho más complicada de lo que fue. El monitoreo de medios del IEEH que reflejaba la profunda inequidad en los medios locales de comunicación no tuvo validez ante el TEPJF por estar en fotocopias. Un día le pregunté al director de un medio de comunicación por qué lo hacían y me respondió: «mi querida Xóchitl, nunca entendiste que político pobre es un pobre político», pensé tristemente que mientras el dinero sea el principal factor para ganar una contienda, México corre el riesgo de tener como gobernante a cualquier imbécil con mucho dinero, para comprar votos y pagar a esa prensa corrupta que lamentablemente sigue existiendo en nuestro país.
Para que una elección sea válida tienen que cumplirse los preceptos de equidad, certeza, legalidad e imparcialidad. En Hidalgo todos fueron violados. Hubo compra y coacción del voto por parte del gobierno del estado a través de despensas y materiales de construcción violándose la imparcialidad; una total inequidad en los medios de comunicación; el logo del PT en la boleta sin haber registrado candidato violó el principio de certeza. La policía estatal tomó mi centro de cómputo el día de la elección, violándose el principio de legalidad a la vista de miles de mexicanos que lo vieron por televisión nacional. El TEPJF dijo que yo no pude demostrar que el gobernador ordenó el operativo, ¿qué otra prueba que la declaración del procurador del estado diciendo que habían recibido una llamada anónima alertándoles de ruidos sospechosos en mi casa de campaña?, ¿qué los magistrados no saben que en Hidalgo nadie hace nada que no sea ordenado por el gobernador? Si no había pruebas suficientes, ¿por qué el TEPJF se tardó más de 7 meses para emitir su veredicto?
En México se puede rebasar el tope de gastos permitidos por la ley, hacer pasar actos anticipados de campaña como reuniones de partido, comprar publicidad a través de convenios en los medios de comunicación, comprar el voto de los electores aprovechando su pobreza y si parece que nada de eso funcionó, la policía puede saquear el centro de cómputo del adversario. El problema de permitir que la corrupción prevalezca en una campaña es que después no podremos quejarnos del crimen y la violencia.
Tener un Tribunal Electoral es un avance para la democracia en México, ahora sólo falta que tenga verdadera autonomía y recursos reales para sancionar.
La autora es ex candidata al gobierno de Hidalgo y directora de High Tech Services S.A. de C.V.
Fuente: Reforma