A muchos les parece una tarea acabada si el PAN y las izquierdas electorales no van en alianza contra el PRI en el Estado de México; sin embargo, el fiel de la balanza no será la hipócrita “unidad” aliancista lo que ha determinar la elección, sino las posibilidades de un candidato con fuerte presencia –el único capaz de encabezar real oposición-, frente a la evidente, aunque acallada, fractura en el priismo mexiquense detonada por el tacto de elefante de su candidato, Eruviel Ávila, que pretende restar fuerza política y declarativa al Grupo Atlacomulco en su campaña.
A pesar que el PRI, en virtud de las aspiraciones presidenciales del gobernador Enrique Peña Nieto, tiene a sus pies a la mayoría de los medios de comunicación locales y de cobertura nacional (que para fines de reconocimiento son los mismos que firmaron el cobarde “Acuerdo” por la cobertura informativa contra la violencia), la campaña que Encinas ha iniciado, precedida de su limpio historial político, cuya congruencia ideológica es reconocida hasta por formales detractores de la izquierda, comienza a calar en buena parte de la población que mira sin menoscabo la propuesta encabezada por el ex diputado federal, harta de la hegemonía tricolor que ha convertido al Estado de México en una de las entidades con menos bienestar en el país ante el ejemplo palpable de su vecino Distrito Federal.
Por eso ya comienza la campaña sucia contra Encinas. Desde redes sociales y los mencionados medios con sus aireados columnistas–algunos más viscerales que otros-, se pretende amilanar el empuje del candidato revolcando argumentos como su no credencialización en el Estado de México o su presunto apego al proyecto político de López Obrador, lo que, en ambos casos, carece de sentido. Primero porque, más allá de su registro ante el IFE, la residencia de Encinas en Texcoco está acreditada desde hace más de 15 años, tanto como su carrera política en la entidad; y lo segundo porque si en algo le ha valido el reconocimiento a su congruencia ideológica-política, es su manifestación pública de los desacuerdos con AMLO y hasta con su mismo partido, el PRD.
Y mientras el PRI y los llamados Tolucos continúen dejando a Eruviel a su suerte y arrogancia, Encinas arrecia sus oportunidades para ganar el gobierno del Estado de México y de paso, sentar las bases de la alternancia democrática en el 2012.
Twitter: @albertobuitre