por Tania Meza Escorza / DESDE ABAJO
De entre los kafkianos nombramientos de la mayoría de los titulares del gabinete de Francisco Olvera, destacan unos cuantos de ellos (los menos) porque resultan al menos acordes con el puesto a desempeñar.
Una de estas pocas excepciones de coherencia, es la de Joel Guerrero Juárez en la Secretaría de Educación Pública, quien pese a llevar varios años distanciado del sistema educativo, al menos es profesor y conoce la problemática directa que las niñas y los niños viven en las escuelas.
Por ello, se mira una pequeña esperanza de cambio en la condición de las alumnas hidalguenses, luego de conocer las dramáticas cifras reportadas en los últimos días por diversos organismos nacionales e internacionales sobre la situación de las niñas mexicanas en materia educativa.
De acuerdo con la organización internacional Save the Children, la falta de educación limita a las niñas en sus oportunidades de vida, lo que tendrá un impacto negativo en su salud y la de sus futuras hijas e hijos, al no ser capaces de leer información sobre buenas prácticas de salud, y a su vez se deteriorarán su autoestima y autonomía para tomar decisiones.
“Las niñas con educación tienden a casarse más tarde, tener menos hijas e hijos y más sanos y mejor nutridos. Mientras que las madres con poca o ninguna educación son mucho menos propensas a recibir ayuda especializada durante el embarazo y el parto”, aseguró la organización.
Una mujer con educación reduce la posibilidad de que ella y sus hijas o hijos vivan en pobreza, ya que tienden a utilizar los recursos de mejor manera y son capaces de obtener un nivel de vida decente, y ejercer el poder sobre los recursos económicos, sobrevivir y prosperar.
Save the Children llamó a los gobiernos del mundo a aumentar la inversión en educación para las niñas, como una medida para que cuando sean adultas tengan mayores oportunidades de desarrollo y autonomía.
Por su parte, el Instituto de Estadística de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación (Unesco), informó que menos del 40 por ciento de los países en el mundo ofrecen a las niñas las mismas oportunidades de acceso a la educación que a los niños. En su informe “Compendio Mundial de Educación 2010”, este organismo de la ONU asegura que si esta tendencia persiste para 2015 únicamente en 85 países del mundo existirá paridad en el acceso a la educación primaria y secundaria; mientras que 72 naciones no conseguirán el Objetivo del Desarrollo del Milenio en la materia.
A pesar del reconocimiento universal de los Derechos Humanos de la infancia el hecho de ser una niña continúa siendo un poderoso motivo de exclusión.
La agencia informativa “Comunicación en Información de la Mujer” (CIMAC) asegura que en los últimos 20 años, la proporción de mujeres analfabetas se ha mantenido. En el 2008, las mujeres todavía representaban dos tercios de los 759 millones de analfabetos del mundo.
En materia de género, la esperanza de vida escolar de las alumnas (13.9 años) es levemente superior a la de sus contrapartes hombres (13.3 años), similar al caso de regiones más desarrolladas.
Pero la exclusión no se centra únicamente en la deserción escolar, las niñas que permanecen deben enfrentarse al machismo latente en los centros escolares. La Secretaría de Educación Pública a nivel federal, reportó que cuatro de cada 10 niñas de escuelas primarias a nivel nacional son víctimas de insultos, golpes o humillaciones (bullying) por parte de sus compañeros varones.
Sin duda todos los temas concernientes a la educación pública deben ser atendidos, pero la violencia escolar contra las niñas es un asunto urgente que no puede desestimarse bajo el argumento de que se tratará a todos por igual y no de manera diferenciada. Los actos específicos para el adelanto de las niñas (y de las mujeres en general) son acciones compensatorias a las que las autoridades están obligadas por ley, ya que cuando se habla del “adelanto”, no se trata de rebasar a los hombres, sino de adelantar al atraso femenino producto de siglos de rezago.
Hoy tenemos a un profesor al frente de la SEP Hidalgo, esperamos de él la suficiente sensibilidad para atender la violencia que las niñas hidalguenses padecen en materia de educación.
@taniamezcor FB: Tania Mezcor
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