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viernes, febrero 14, 2025

Alerta IMSS por depresión y otros transtornos en estudiantes víctimas de bullyng

La Delegación del IMSS Hidalgo señaló que la presión, maltrato y violencia familiar, así como bajo rendimiento y rechazo en la escuela son factores de riesgo para la depresión. Exhortó a los padres a estar atentos a comportamientos anormales de los menores y fomentar valores para evitar trastornos graves y que incluso atenten contra su salud.

Pachuca, Hidalgo (DESDE ABAJO).- Los fracasos escolares o no obtener resultados y aceptación deseada pueden provocar depresión desde la niñez, así como sobrepeso que favorece aún más el rechazo por parte de sus compañeros, advirtió el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Hidalgo.

El problema de violencia, abuso y hostigamiento denominado ahora bullyIng también constituye un factor de riesgo para la depresión, explicó el Servicio de Psiquiatría del Hospital General del IMSS en Pachuca.

Los niños pueden deprimirse desde el primer año de vida, cuando les hace falta el afecto materno o paterno, sin embargo, años después una alta exigencia en el rendimiento escolar, aunado a que los padres de familia no estén al pendiente de las necesidades emocionales de sus hijos y el poco tiempo que les dedican para convivir con ellos, son factores que aumentan el riesgo de que los niños y jóvenes se depriman; con tal de que se entretengan o se distraigan con otras cosas sólo se limitan a cumplir caprichos de artículos en ocasiones innecesarios como teléfonos celulares, juegos de video o computadoras costosas, entre otros.

La depresión infantil y juvenil es el trastorno de las emociones que se presenta, principalmente, entre los cinco y 18 años de edad; en México afecta a casi tres por ciento de esta población.

Especialistas del Instituto destacaron que la depresión infantil tiene entre sus causas un origen genético, pero lo que puede desencadenarla es una fuerte carga de problemas familiares que dañan severamente la autoestima de los menores de edad, generando temores y ansiedades que repercuten en sus hábitos cotidianos.

Como signos de alarma se debe detectar rechazo al alimento, bajo peso, problemas de sueño y recurrentes enfermedades respiratorias, de vías urinarias y gastrointestinales, así como aislamiento y cambio en el ánimo para desempeñar actividades diarias.

La Institución advirtió a los derechohabientes que de acuerdo a estudios recientes, hasta 30 por ciento de los alumnos presentan cuadros depresivos, diez por ciento más que años anteriores.

La depresión en niños no es igual que una depresión en jóvenes o adolescentes, ya que en éstos es más dura, por la etapa de cambios físicos, emocionales y mentales en la que se encuentran. Los niños pueden reaccionar favorablemente al tratamiento de depresión más fácilmente trabajando con ellos para que hagan cosas que les gustan y con integración a su círculo social y familiar, juegos, psicoterapias individuales o grupales.

El no enseñar a manejar la frustración es un factor muy importante que puede ocasionar depresión, además de que la seguridad emocional la dan los papás, por ello se exhorta a los derechohabientes a estar atentos a los menores, para atender oportunamente cada caso y evitar trastornos graves de conducta y en medio de una crisis lleguen incluso a atentar contra su vida, actitud con alta incidencia en la adolescencia, donde la posibilidad de que ocurra se puede elevar hasta 60 por ciento.

La familia es el entorno inmediato de niños y jóvenes, de manera que sus cuidados son básicos en el adecuado desarrollo personal, para el cual se sugiere fomentar permanentemente valores, practicar la comunicación y la seguridad personal.

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