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sábado, octubre 5, 2024

Tizayuca debe cambiar

Algunos pesimistas informados dicen que el 2012 es la última oportunidad que tiene México para salvarse de las garras de la crisis. Que los mexicanos y mexicanas estamos condenados al perpetuo fracaso si no aprendimos de 70 años de priísmo criminal, responsable de la represión continua de derechos sociales y corrupción política, seguida de 12 años de panismo idiota, conllevado de una línea sangrienta de más de 50 mil muertos (más de 3 mil niños y niñas) producto de la fallida “guerra” contra el narcotráfico y el desplome de la economía.

Sin embargo, puedo asegurarlo, no todo está perdido si se piensa que aún quedan quienes pueden marcar la diferencia dentro del sistema política mexicano. Esos mismos que ayudarán a virar el maniatado barco mexicano hacia aguas más tranquilas y fáciles de navegar. Quienes pueden salvar al país de la aparente inminente condena a la que algunos pretenden condenarlo en las elecciones de este año, donde además de Presidente, se elegirán diputados federales y senadores.

En Tizayuca se asoma una posibilidad.

Daniel Quezada, tizayuquense de siempre, es un joven activista por los derechos sociales y políticos en esta región. Sus esfuerzos políticos se han enfocado en salvar a este Tizayuca atrapado entre las manos de unas cuantas familias tricolores que se creen dueños de cada banqueta.

Militante de izquierda, de una familia militante y amigos militantes, Daniel en este momento está compitiendo por ser el candidato del PRD a diputado federal por el distrito VII con cabecera en Tepepulco. En los próximos días se elaborará una encuesta en la región donde a la gente se le preguntará a quién prefiere como candidato a diputado federal por el llamado “Movimiento Progresista”, compuesto por los partidos PRD, PT y Movimiento Ciudadano, que a su vez, impulsan a Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia del país.

Para Tizayuca, la opción, definitivamente, es Daniel Quezada. ¿Por qué? Se me ocurre por principio una razón:

La semana pasada, la Secretaría de Obras Públicas del Gobierno del Estado aprobó la construcción de 42 mil casas más en Tizayuca. Es decir, más fraccionamientos, más desorden urbano, más anarquía poblacional. ¿Estás de acuerdo con esto?

Informes de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), señalan que Tizayuca en poco de tiempo pasó de tener 39 mil habitantes a casi 200 mil. Y el problema no es la cifra, sino lo que esto representa. Por ejemplo ¿Cuántas veces te ha faltado el agua en casa durante las últimas semanas y cuanto has pagado por ella? Si no hay agua y el agua sale cara, es porque se pretende brindar servicio a 200 mil personas con servicios planeados para 30 mil. Y así nos vamos: basura, luz, pavimento, escuelas y algo peor: ¿Has notado que la delincuencia ha aumentado en el municipio? No todo es culpa de los policías (una de las más señaladas por la Comisión de Derechos Humanos, por cierto), sino que hay un policía por 7 mil habitantes, en promedio.

Todo es culpa de la corrupción política, la misma que ha permitido que Tizayuca se convierta en una ciudad atomizada, donde se ha sepultado la actividad agrícola para construir fraccionamientos que no cuentan con servicios básicos. Donde se otorgan más permisos para puestos ambulantes que para actividades culturales. Donde hay más políticos que maestros. Y ¿quién se beneficia de esto? Los que quieren que todo siga igual.

Se debe cambiar. Si Tizayuca, como México, no cambia, entonces sí, el fracaso terminará por enterrar sus esperanzas. Aún es tiempo.

Daniel Quezada (centro) en precampaña

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