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jueves, marzo 28, 2024

Día del niño y la niña: Pobreza, sin derechos

En el país hay 21 millones de mexicanos menores de 17 años en pobreza, cuya principal carencia es la alimentación. Esta cantidad representa el 50{9e1ff1bee482479b0e6a5b7d2dbfa2de64375fcf440968ef30dd3faadb220ffd} de niños y adolescentes en el país. Es decir uno de cada dos, o bien para que se entienda, y de cada diez niños se encuentran en situación de carencias y acceso a bienes y servicios

Foto: Agencias

 

Pablo Vargas González


En los próximos días se van a realizar, como todos los años, grandes festejos y anuncios espectaculares por parte de los grandes medios y gobiernos de todos los niveles, sin embargo la situación de la niñez y de la adolescencia en México tiende a ser bastante crítica y hay poner cuidadosa para resolver a fondo los grandes problemas que padecen. Ya no solo en sus necesidades inmediatas sino en el cumplimiento de sus derechos.

Hoy que se encuentran en boga las políticas sociales con gran impulso mediático, como la “Cruzada nacional contra el hambre” se debería poner atención en uno de los grandes sectores de la población como son los niños y adolescentes, grupos mayoritarios de personas que padecen la problemática de la miseria y el hambre. Se dice que la pobreza tiene rostro de mujer o de indígena. Es cierto. Pero también tiene rostro de niño y niña.

Los datos que presentó recientemente el informe “Pobreza y derechos sociales en niñas, niños y adolescentes”, por parte del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) son irrefutables. Nadie en su sano juicio podrá tener dudas.

La estadística es contundente: En el país hay 21 millones de mexicanos menores de 17 años en pobreza, cuya principal carencia es la alimentación. Esta cantidad representa el 50{9e1ff1bee482479b0e6a5b7d2dbfa2de64375fcf440968ef30dd3faadb220ffd} de niños y adolescentes en el país. Es decir uno de cada dos, o bien para que se entienda, y de cada diez niños se encuentran en situación de carencias y acceso a bienes y servicios.

Lo quiere decir que no es una situación nueva. Venimos arrastrando desde hace décadas políticas de desarrollo que han sido un fracaso monumental. Miles de millones de pesos dedicados a políticas públicas y de programas sociales que no solo han mostrado su ineficacia sino que además ha formado una industria de pobres.

Y desafortunadamente dados los números, la pobreza de la niñez está extendida a lo largo y ancho del país, como también el hambre, la desnutrición y las carencias generalizadas. A ello se agrega lo concerniente a como se ejercen los derechos de los niños, este sector considerado por el discurso político como “el futuro de la nación”: el 54{9e1ff1bee482479b0e6a5b7d2dbfa2de64375fcf440968ef30dd3faadb220ffd} de 39.2 millones de menores de 18 años de edad del país sufren la carencia de alguno de los derechos sociales en educación, salud, seguridad social, vivienda, servicios básicos o alimentación. Esta es la realidad que no hay que seguir eludiendo.

Y a la pobreza y marginación los economistas han encontrado diferencias y clasificaciones, también los datos de la pobreza de la niñez mexicana tiene grados: De la población infantil en esta situación, un 13{9e1ff1bee482479b0e6a5b7d2dbfa2de64375fcf440968ef30dd3faadb220ffd}, alrededor de 5.1 millones, viven en extrema pobreza porque en sus casas no cuentan con un ingreso indispensable para satisfacer sus necesidades alimentarias y están privados de al menos tres derechos sociales: educación, salud, alimentación o servicios públicos básicos.

El estudio de la Unicef encuentra otra joya, la regionalización y el perfil étnico. La situación está extendida en las 32 entidades del país, pero se acentúa en su cara extrema en comunidades de menos de 2 mil 500 habitantes. Existe un mayor número de infantes pobres en el Estado de México, con más de 2.5 millones, y Veracruz y Puebla, con más de 1.5 millones, en cada uno. También en los estados de pobreza: Chiapas, Guerrero, y Oaxaca donde la situación es extrema, entre otros ya conocidos.

En la prensa, en los últimos años nos hemos enterado de los nuevos monstruos que acechan a la niñez y la adolescencia, no solo las brutales carencias, sino los síntomas de una sociedad que no ha puesto lo suficiente para proporcionar los derechos y protección a el “futuro de la nación”: bulliyng, robo de niños y niñas, trata y secuestro para la venta y prostitución, “niños sicarios” que no tienen opción y engrosan diariamente a la delincuencia. Se necesita vergüenza para corregir todos estos elementos y desde luego dejar atrás el discurso hueco y trabajar fuerte para cuidar y proteger a lo más preciado de nuestra sociedad y país. Feliz día del niño y la niña.

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