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viernes, noviembre 22, 2024

Preciada pólvora: La iniciativa de vender armas en México

Jorge Luis Preciado, senador del PAN que propone la portación de armas de fuego para la ciudadanía. FOTO: Agencias
Jorge Luis Preciado, senador del PAN que propone la portación de armas de fuego para la ciudadanía. FOTO: Agencias

El senador del conservador y pro-eclesiástico Partido Acción Nacional (PAN), Jorge Luis Preciado, promueve en la Cámara alta mexicana una iniciativa para permitir la portación de armas en negocios y automóviles bajo el argumento de la legítima defensa.

Es una iniciativa similar a la que domina en Estados Unidos donde la Segunda Enmienda de su Constitución pone muy pocas restricciones para la portación de armamento por parte de civiles.

Este “derecho” —considerado así desde la peculiar visión estadounidense—, es protegido por la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), la cual se ha constituido en uno de los lobbys más poderosos de ese país, con influencia sobre legisladores y legisladoras de los Partidos Demócrata y Republicano.

Su poder es tal que ha logrado anular toda iniciativa por regular la portación de armas en Estados Unidos en los últimos 50 años, según un artículo del periodista José Carreño Figueras en el periódico Excélsior.

¿Y qué ha ocurrido? Según el New York Times, en Estados Unidos es igual de común morir por un arma de fuego que por un choque en automóvil. Para julio de este año 2016, la tasa de mortandad por arma de fuego era de 7 mil asesinatos y más de 15 mil heridos; en total, se han registrado 28 mil 422 incidentes por arma de fuego, de acuerdo a estadísticas de la organización Archivo de la Violencia Armada, citada por la cadena teleSUR.

¿Qué repercusiones tendría la venta común de armas de fuego en un país como México donde, de por sí, mueren en promedio 51 personas al día? Y eso que el armamento en este país es de uso exclusivo del Estado; no obstante, en lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto, ya van 50 mil asesinatos por tiro de bala, según cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

¿Aumentaría la violencia en México si se aprueba el uso de armas y su compra común para civiles? ¿Significaría que el riesgo de morir asesinado sería mayor? No podemos advertirlo sobre un imaginario.

Pero va un dato:

Según un estudio de Commuter Pain Survey 2010, de IBM, citado por la revista Expansión, un promedio de 403 mil personas quedan atoradas en el tráfico de la Ciudad de México, todos los días. Esto es ocasionado en un 73 por ciento por trabajadoras y trabajadores que intentan trasladarse a sus empleos, cotidianamente. Son personas estresadas. Y el problema es tal que este país ocupa el primer lugar mundial por estrés laboral, según la Organización Mundial de la Salud. En total, el 75 por ciento de la clase trabajadora mexicana vive estresada, y provoca el 15 por ciento de los accidentes vehiculares en la ciudad.

¿Y esto qué?

Bueno, según un análisis de la Embajada Británica en México llamado “La importancia de la reducción del uso del automóvil en México” elaborado por Salvador Medina Ramírez, advierte que “el estrés mal manejado genera conductas peligrosas que ponen en riesgo al resto de la población y generan accidentes. (…) la violencia vial o ira del conductor, están asociadas a mayor cantidad de accidentes viales”.

Bien, pues, la propuesta del senador Preciado incluye que las y los automovilistas puedan portar armas de fuego, dice, para defenderse de los asaltos:

¿Qué riesgos correría la población si una pistola yace en manos de un automovilista encabronado?

 

Pero, como decía, en México ya está permitido portar armas de fuego. La ley limita este uso a los domicilios, siempre y cuando el armamento no supere un calibre de uso exclusivo del Ejército; alrededor de una pistola calibre .22.

Pero en este país está demostrado que las leyes no son precisamente suficientes.

Según el portal SinEmbargo.mx, cada año entran a territorio mexicano 253 mil armas para su venta en el mercado negro. Este mismo medio ha retomado la opinión de expertos que rechazan la iniciativa del senador Preciado.

A mí, la propuesta del senador Preciado me hace pensar en la ideal del Panopticón del filósofo inglés Jeremy Bentham.

En la segunda mitad del siglo 18, Bentham propuso una cárcel con base un modelo arquitectónico de su invención, el cual consistía en colocar una torre al centro del reclusorio donde un guardián puede vigilar a los presos, pero estos no lo pueden ver a él.

La idea del filósofo inglés era crear un efecto psicológico tal entre los prisioneros que garantizara el “funcionamiento automático del poder”, poniendo a los delincuentes a raya sin necesidad de reprimirlos físicamente.

En el caso de la iniciativa del senador Preciado, se crearía un efecto de panopticón multiplicado donde todos vigilan a todos, y todos saben que podrían ser ejecutados por el otro, con o sin delito.

Nada tonto el panista (aunque dudo que le alcanzara la inteligencia para saberlo): Su iniciativa tiende a ser una medida de control social, en los límites de la psicopatía. Una sociedad desconfiada, temerosa de sí misma, a punto de soltar gatillo.

Las prebendas políticas y económicas para el sistema, son incalculables. Pero, para darnos una idea, veamos el ejemplo de Estados Unidos: un país paranoico, un pueblo dividido, dominado por los capitalistas de Wall Street, dando tumbos de crisis en crisis, blanco perfecto para la manipuación.

Claro que Bentham era un hombre, por decirlo menos, irregular.

Creía que se debía preservar los cadáveres de las personas como “excelentes ornamentos de jardín”. De hecho, dio órdenes para que su cuerpo fuera preservado después de muerto en un alarde de egolatría a lo que él mismo llamó “auto-ícono”, siendo éste expuesto como momia en una vitrina asquerosa de la University College de Londres.

Por su parte, el senador Jorge Luis Preciado tampoco es un político regular.

Ha sido captado en video alcoholizándose en las instalaciones del Senado, lo mismo que afuera de bares de su estado natal, Colima. Así mismo, acusado por ofrecer sobornos de medio millón de pesos a cambio de votar reformas de su interés, como de organizar fiestas con mujeres que eran explotadas sexualmente.

Y ese es el personaje que quiere que se vendan armas en México como si fueran juguetes…

Habrá que revisar los intereses del senador Preciado para incentivar que en México se desrregule la venta de armamento. En Estados Unidos, este es un negocio que da a ganar hasta de 150 millones de dólares por año a la compañía Smith & Wesson, la principal fabricante de armamento en ese país.

Una iniciativa como la del senador Preciado del PAN no es casual. La pregunta es, ¿quién está detrás de él y con qué intereses? El Senado es un engrane de la entidad política nacional que, por todo y sobre todo, trabaja para preservar el ejercicio del poder del aparato de Estado. De buena voluntad, no actúa un carajo.

Alberto Rodríguez Ángeles
Alberto Rodríguez Ángeleshttp://viejopunk.com/
Periodista y escritor. Premio Nacional de Periodismo en derechos humanos "Gilberto Rincón Gallardo" 2009. Doctor en Investigación y Creación Literaria por Casa Lamm.

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