PACHUCA. –Uno de los grandes problemas de la academia es que se tiende a despreciar el conocimiento comunitario y se sobrevaloran los aportes que provienen de Europa. Por eso, el gran reto de la educación en México y América Latina es decolonizar el conocimiento, comenzando por rescatar el valor de la sabiduría comunitaria.
De esto y más conversaron Tania Meza, directora del Centro de Investigaciones Históricas y Culturales de la Secretaría de Cultura de Hidalgo y Raúl Macuil, investigador de la Universidad Pedagógica Nacional, durante el foro «Interculturalidad y decolonialidad», dentro de la semana del Congreso Estatal de Academias, organizado por la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo y las academias de educación de diversas universidades de esta entidad.
Macuil, doctor en antropología, destacó que la academia está fuertemente influenciada por Europa y los trabajos académicos pocas veces aluden a las investigaciones realizadas por personas de Latinoamérica; más raro es que se citen a investigaciones mexicanas.
«Es curioso –subrayó el ponente–, nosotros los citamos a ellos, pero ellos no nos citan a nosotros», dijo, por lo cual, decolonizar la academia significa sustituir el pensamiento europeo por uno netamente latinoamericano. «Nuestros saberes los tenemos como cuentos y leyendas, pero no como conocimiento. Decolonizar es voltear a ver lo que hay alrededor y no despreciarlo porque no es académico», dijo.
Por su parte, Tania Meza, doctora en ciencias políticas, lamentó que quienes hacen investigación en México se autocensuren frente a los europeos, considerando que el conocimiento de Europa está por encima de lo que se produce en la comunidad.
Llamó por tanto a que en las aulas se promueva la diversidad cultural y a enaltecer las características propias de cada estudiante. «Creer que todos tienen el mismo conocimiento es colonización; asumir que todos tienen los mismos intereses es colonización; asumir, incluso, que todos y todas ya desayunaron es fomentar el pensamiento colonizador. El sistema ha alejado al estudiantado del conocimiento», dijo.
Durante el foro, realizado en las instalaciones del Centro Regional de Educación Normal «Benito Juárez», la investigadora precisó que es fundamental que la academia aprenda a callar su propia voz para escuchar la voz de la comunidad, así como a discernir qué sirve y qué no sirve del conocimiento impuesto para promover un pensamiento útil a la realidad comunitaria.