La belleza, singularidad y modo de vida único de cada isla del Caribe son amenazados por los efectos del cambio climático, como ocurre con todos los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo, dijo este miércoles el Secretario General de la ONU, António Guterres, durante la inauguración de la Conferencia de Jefes de Gobierno de la Comunidad del Caribe (CARICOM), celebrada en Santa Lucía.
António Guterres habló sobre los desafíos que supone el aumento de las temperaturas globales y de otros obstáculos para el desarrollo sostenible de las islas, que precisan con urgencia planes de resiliencia y de seguridad ciudadana, así como acceso a financiamiento.
Hace apenas dos años, los huracanes Irma y María arrasaron Barbuda y Dominica, destruyendo lo que se había logrado en años de trabajo. “Y esa no fue la primera vez que el Caribe ha enfrentado ese nivel de devastación y pérdidas y el inmenso reto de reconstruir mientras trata de salvaguardar los avances en materia de desarrollo”, apuntó.
“Los huracanes Iván y Thomas, y muchos otros de antes de Irma y María, siguen presentes en la memoria de los caribeños. A medida que los desastres naturales relacionados con el clima aumentan en frecuencia y virulencia, los riesgos para las familias y el desarrollo en general se agudizarán”, alertó Guterres.
CARICOM, líder en combate al cambio climático
“La experiencia del Caribe deja muy claro que debemos reducir con urgencia las emisiones mundiales y trabajar colectivamente para garantizar que el aumento de la temperatura global no supere 1, 5º C por encima de los niveles pre industriales.”
En este apartado, el titular de la ONU reiteró su exhortación a los líderes de gobiernos y del sector privado a que participen en la Cumbre sobre la Acción Climática en septiembre de este año y a que presenten planes concretos para cortar un 45% las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 y para lograr la neutralidad en 2050.
Aseguró que los países del CARICOM han sido líderes y aliados en el combate al cambio climático desde hace más de una década, pugnando por acceso a formas de energía limpia y confiable y estando a la vanguardia de iniciativas innovadoras como la inversión en energías renovables descentralizadas para producir electricidad.
“Los sistemas de microrrejillas y energía solar descentralizada acortarán la pérdida de electricidad después de las tormentas, haciendo menos catastrófico el efecto en las casas, los hospitales y los negocios.”
Plástico en el mar
Guterres se refirió, asimismo a la cantidad de plástico en los océanos y señaló que se deben tomar medidas diariamente para contrarrestar esa amenaza a los ecosistemas marinos y al sector turístico, un pilar de las economías caribeñas.
“Desde la contaminación con plásticos hasta la erosión costera, los eventos climáticos extremos cada vez más frecuentes, el alza del nivel del mar y la pérdida de biodiversidad, los estados caribeños encaran un presión inmensa”, recalcó, y encomió la visión de los líderes de CARICOM para hacer del Caribe la primera Zona Resiliente al Clima.
El Secretario General abordó también el tema de la inseguridad, destacando que las sociedades caribeñas tienen tasas de homicidio más altas que cualquier otro lugar en el mundo e hizo hincapié en particular en la violencia contra las mujeres y niñas, que suele incrementarse después de los desastres naturales.
Retos de financiamiento
Afrontar estos desafíos, agregó, precisa de recursos financieros y los Estados Insulares en Desarrollo tienen una capacidad económica limitada que restringe su participación en los mercados globales y las hace dependientes de las importaciones.
Guterres consideró que la Asistencia Oficial al Desarrollo debería incluir criterios de vulnerabilidad y no sólo asignarse con base en el PIB per cápita.
“Ha llegado el momento de que la comunidad internacional piense cómo enfrentar el creciente problema del endeudamiento de los países de renta media. Esto frena su avance hacia el desarrollo sostenible y los hace más vulnerables a choques externos”, enfatizó.
Finalmente, Guterres instó a revisar la cooperación entre las organizaciones de las Naciones Unidas y el Caribe para hacerla más efectiva y fructífera.
“Cooperemos más estrechamente para alcanzar las esperanzas y aspiraciones de la gente del Caribe.