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domingo, diciembre 22, 2024

Durmiendo con el enemigo

En el Congreso del estado de Hidalgo se viven tiempos confusos. Dentro de un mismo grupo parlamentario (Morena), existe un fuerte divisionismo que los hace parecer más adversarios que compañeros del mismo partido político.

En aquella representación, marcada por la cuota política del grupo universidad y por el bloque de los “morenistas puros”; los diputados de una y otra fracción buscan el menor pretexto para marcar sus muy visibles diferencias.

No se trata de diferendos superficiales. Por el contrario, lo que se puede observar son dos proyectos de trabajo muy distintos que chocan con frecuencia en sus líneas discursivas y operativas.

Por ejemplo, la semana pasada siete diputados de Morena, que no están identificados con los legisladores afines al grupo universidad, presentaron iniciativas de reforma a la Ley de la Salud (sobre la despenalización de la interrupción embarazo) y a la Ley Orgánica del Congreso (para crear la junta de coordinación política y administrativa).

Estos dos puntos generaron la reacción del otro bloque de Morena que descalificó en automático esa posible Coordinación de Administración que restaría poder y facultades a la actual Coordinación Política que preside el diputado Ricardo Baptista, personero incondicional del grupo universidad.

Lo anterior, va en contrasentido de lo que hace dos meses, integrantes del Comité Ejecutivo Estatal (CEE) de Morena pidieron a los 17 diputados locales de presentar las iniciativas en grupo y no divididos, a fin de evitar suspicacias.

Y aunque todavía se pretende dar una imagen de unión justificando el trabajo legislativo de los miembros de Morena quienes según Baptista “cada diputado local tiene la libertad de presentar iniciativas y esto no quiere decir que exista división, por el contrario, es normal y se da en todos los grupos parlamentarios y a veces lo hacen sin avisar”.

Lo cierto es que los diputados de otros partidos se frotan las manos porque la división del grupo mayoritario es oro molido. El escenario anterior, que preocupaba mucho a los grupos minoritarios, era que ese bloque de Morena fuera inquebrantable en el Congreso Local y, por fin después de muchos años de vida independiente, el poder legislativo se convirtiera en el verdadero contrapeso que necesita el poder ejecutivo.

Pero lo anterior, no será posible al menos en el corto plazo. Porque los intereses de grupos y de personas no permite que los elegidos por Morena actúen en función del mandato recibido. Al revés, defienden los espacios ganados olvidándose que son representantes populares dentro de una soberanía.

Para reforzar el planteamiento anterior, las dos iniciativas que fueron presentadas por siete diputados de Morena están respaldadas por Susana Ángeles Quezada, Lisset Marcelino Tovar, Lucero Ambrocio Cruz, Tatiana Ángeles Moreno, Rosalba Calva García, Armando Quintanar Trejo y Víctor Osmind Guerrero Trejo. Quienes, vaya paradoja, podrían hacer alianzas con otros diputados del PRI, PAN y PRD para hacerle frente al grupo universidad de Morena.

¿Qué estarán pensando los votantes de Morena en este momento? ¿Qué cuentas se le puede entregar a un pueblo que dio su confianza a la nueva opción política? Estas preguntas quedan al aire mientras que en el Congreso del Estado de Hidalgo cada grupo se atrinchera defendiendo sus propios intereses y dejando sin voz al pueblo que los eligió.

lore750715@gmail.com
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Enrique Lopez Rivera
Enrique Lopez Rivera
Politólogo hidalguense, doctor en Estudios Sociales. Autor de la tesis "En busca del ciudadano perdido, participación y abstencionismo en una provincia mexicana" (España) y coautor del libro "La reconfiguración de la hegemonía priísta, una lectura desde al ámbito local" (Plaza y Valdés, México). Columnista.

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