El periodista Emmanuel Ameth, autor de «Emmanuel Ameth Noticias», es víctima de persecución judicial por parte del diputado del PAN, Asael Hernández Cerón. El panista anunció que ha presentado una denuncia penal contra el reportero por la publicación de una nota donde lo relaciona con posibles actos de corrupción. En la información, se detalla que el coordinador parlamentario de Acción Nacional, como presidente de la Junta de Gobierno del Congreso local, se habría beneficiado simulando licitaciones a favor de algunas empresas con las cuales –se indica– es concurrente.
El panista es acusado en el reportaje de ocupar prestanombres de una compañía cuyo nombre se señala como «Xicuco Hidalgo Comercializadora y Constructora«, para dedicarse a labores de mantenimiento en la sede del poder legislativo. Y que para ello ha operado a través del coordinador administrativo de la Cámara, su subordinado de nombre Jorge Jiménez Reyes.
Sean verdaderos o no estos datos, correspondería a Asael Hernández presentar las pruebas de su presunta inocencia ante las autoridades fiscalizadoras correspondientes y que sean éstas las que rectifiquen la información. Si esto resultara así, el supuesto afectado tendría la posibilidad de solicitar ante el medio su derecho de réplica o, en su caso, la corrección de la nota. Más, el furibundo panista, ha lanzado el reto al periodista Emmanuel Ameth diciendo que no podrá comprobar lo que informa. Valga su discurso para el análisis semántico: no niega, no refuta, sino que desafía a los talentos de la verdad, a develar los escondrijos de la presunta trampa.
Se debe enfatizar, pues, lo delicado de la postura de este diputado: se trata del presidente de un Poder del Estado cargando judicialmente contra un periodista. Es abierta y directamente, el desafío de un representante con fuero contra la libertad de expresión de un reportero y el derecho a la información de la ciudadanía hidalguense. Y que nadie niega su derecho a refutar una posible calumnia; pero la persecución judicial de un periodista sólo es la opción de quien carece de valores democráticos, cuando ese Estado de Derecho tan ponderado por los políticos, ofrece opciones claras y nobles para demostrar una verdad.
Preocupa que no le interese tanto a Asael Hernández lavar su imagen sino vengarse a través de un juicio largo y penoso que buscaría lastimar la economía y el trabajo del periodista, como fueron los modus operandi de los casos lastimosos de Humberto Moreira contra Sergio Aguayo, y Gerardo Sosa Castelán contra Miguel Ángel Granados Chapa.
En todo caso, este es uno más de los escándalos públicos de Asael Hernández. A finales de 2018 fue acusado de golpear a su entonces correligionaria Isabel Vite Cruz. Por eso fue denunciado ante el Ministerio Púbico de Tula, la Comisión de Derechos Humanos del Estado y la comisión de justicia de su partido. En el año 2019, un grupo de regidores de Pachuca lo acusó de azuzar a una parte de la fracción edilicia de Acción Nacional para la adjudicación directa a tres empresas de unos cincuenta millones de pesos dedicados al bacheo de la ciudad. Como diputado, quiso pegarle al diputado del Grupo Universidad, Jorge Mayorga; y fue señalado de, al menos, abrirle la puerta del Congreso a grupos violentos católicos para amedrentar a las y los diputados durante las discusiones de las reformas para la despenalización del aborto.