La mayoría da por hecho que la contienda interna en el Revolucionario Institucional por la candidatura al gobierno del Estado se ha cerrado a Carolina Viggiano Austria e Israel Félix Soto. Sin embargo, quienes así lo piensan, están olvidando algunos factores de peso que siempre han influido en el PRI a la hora de tomar La Decisión.
No bastan los números en las encuestas; igual o más importante es contar con el respaldo de todos los sectores que siguen conformado a ese Partido: la CNC, la CNOP, el ONMPRI, la CTM, y todas aquellas viejas —y nuevas—, organizaciones que componen la estructura priísta. Podrá inscribirse a la contienda aquel o aquella que tenga sus cuotas partidarias al día y, además (o en vez de), el respaldo por escrito de las instituciones del Partido.
Esto pone en ventaja a quien lidera al Partido mismo. Por eso, quien ocupe la presidencia del Comité Directivo Estatal siempre será considerado como un aspirante natural. Es el caso de Julio Valera Piedras, dirigente tricolor, quien, además, es jefe de la bancada del PRI en el Congreso local. Pueden decir que no tiene los números para competir; pero, credenciales, las tiene y, de resultar nominado, nadie podría darse por sorprendido.
Además, quien esté en el Senado, por supuesto, también aspira naturalmente a la nominación. Esto coloca a la senadora Nuvia Mayorga Delgado en la palestra. Ha sido secretaria de Estado con dos gobernadores, lo cual le brinda la confianza de dos tomadores de decisión. También, parte del Gabinete ampliado presidencial. Y ahora senadora de la República. A pesar de que lleva el caso Odebrecht sobre su espalda, está compitiendo en las encuestas.
De modo que no son dos, sino cuatro, quienes se sentarán a la mesa cuando se decida la candidatura del PRI a la gubernatura. Viggiano, Félix, Valera y Mayorga. Estos son y no hay más, de momento. Reducir las opciones es olvidar, seguramente a propósito, que el Revolucionario Institucional es un Partido de tiempos, formas y reglas.
