Elvia Sierra Vite ganó el distrito trece con cabecera en Pachuca en las elecciones de 2021; de hecho, fue la única de las dos aspirantes de la coalición Juntos Haremos Historia que obtuvo ese triunfo en la capital hidalguense, ante su adversario del PRI. Es, pues, diputada electa por mayoría lo cual es un mérito en este sistema electoral tan competido.
Ya en la actual LXV Legislatura local, Sierra Vite se colocó a la cabeza de la comisión de Cultura, a causa de su notable experiencia, primero, como directora de promoción cultural de la UAEH y, después, como directora del Instituto de Artes de la universidad, posición que sigue ocupando. En efecto, dirige el IA al mismo tiempo que legisla por la actividad artística, algo inédito en la vida política del estado.
Eso le ha dotado una doble virtud: puede crear e impulsar leyes en favor de la comunidad artística y cultural, al mismo tiempo que se relaciona sin intermediaros con una parte importante de la comunidad académica. “Es algo muy interesante”, dice al respecto, pues esto le “permite estar con más cercanía con artistas, con gestores culturales (…) y puedo ver esas necesidades desde la parte académica, cómo lo viven y a qué se enfrentan esos estudiantes”.
Apoyar a los centros culturales independientes
Me recibe en su oficina, en el segundo piso de la torre legislativa, con un ventanal que da hacia el boulevard Santa Catarina, donde autos y transeúntes marcan con sus sombras, como un reloj solar, las jornadas políticas hacia adentro del recinto. Ataviada con su chaleco de trabajo, jeans y una camisa arremangada, dispuesta en plena faena, explica con claridad su prioridad: apoyar a los centros culturales independientes que fueron afectados por la pandemia. Desde su punto de vista, es imprescindible visibilizar sus tareas.
“Una de las necesidades más sentidas es que se visibilizara a los centros culturales independientes”, remarca. Informa que se hicieron reuniones con sus representantes, de la cual emergió una propuesta de ley para dotar de personalidad jurídica a estas instancias y, con ello, puedan vincularse con dependencias estatales y municipales para crear proyectos y asegurar su sustento.
Sierra Vite explica que su propuesta, cuyo dictamen ya fue aprobado por el pleno del Congreso del estado, se trabajó en conjunto con la Secretaría de Cultura estatal que, una vez que se apruebe la iniciativa ―que se aprobará, me dice la diputada―, se encargará de construir los reglamentos que regularán a los centros culturales independientes.
La legisladora explica que uno de los problemas de estos centros de cultura es que existe una laguna en los reglamentos de los Ayuntamientos que no saben bajo qué rubro otorgarles licencias de funcionamiento. Esto supone conflictos de tipo legal y operativo para quienes, por naturaleza propia, no ofrecen los mismos servicios que un restaurante o un bar. Porque un teatro es un teatro, aunque tenga mesas y sillas.
“No ha sido fácil para los centros culturales independientes. Se han enfrentado a la falta de regulación en donde, en cada municipio, no todos eran vistos o puestos en el mismo rubro. A algunos les cobraban las licencias de funcionamiento de una manera, a otros de otra, sin ver las características específicas”, dice Sierra Vite. Y añade: “Algunos decían con relación a las placas de funcionamiento y las medidas de protección civil sobre la capacidad del inmueble, según lo que se monte. Es muy importante tener esa certeza con los reglamentos correspondientes”.
Y una vez que “existan” en la ley, dice Sierra Vite, podrán vincularse con diversas instituciones del estado para potenciar su capacidad económica. Incluso, podrían contar con apoyo de diversos mecanismos oficiales para la difusión de sus carteleras, algo que esta comunidad demanda.
Aumento al presupuesto de Cultura
Habla con brazos abiertos y sonrisa extendida. Uno se siente conversando con alguien de tiempo y confianza; quizá sea la afabilidad propia de quien se ha dedicado por años a la cultura gastronómica, a la cual le es propio el patrimonio y el convite.
Elvia Sierra considera “muy importante” la estrategia del Ejecutivo estatal de descentralizar y deselitizar la cultura. Porque, “¿cómo podemos esperar que la gente sea consumidora de arte y cultura si nosotros mismos no se la acercamos?”, concluye.
De tal modo, destaca los avances que desde el Legislativo se ha dado a la Cultura estatal, por principio, el aumento a su presupuesto. “Si bien a la cultura le reducen el presupuesto, con mucho orgullo debo decir que aquí en el estado de Hidalgo no ha sido así. En el presupuesto que acabamos aprobar hace unos meses tuvimos un incremento del 69 por ciento”, señala.
Artistas que puedan vivir de su arte
Como directora del Instituto de Artes, espera que el mes de noviembre se emita la convocatoria para renovar su cargo, al cual podría presentarse para dirigir en un nuevo periodo esa institución. Desde ahí, añade, trabajaría en la consolidación del plan de desarrollo de la UAEH el cual tiene el propósito de internacionalizar las tareas de la universidad. Creo que lo puede lograr. Sobre todo, porque ha entendido que, el trabajo con artistas, implica diálogo, diálogo y más diálogo.
“Dicen que es difícil trabajar con artistas. Pero como seres humanos debemos permitirnos hablar con las personas, llegar a acuerdos y desarrollar diferentes proyectos. Todo es un reto. El Instituto de Artes es un reto, pero lo mejor es llegar a consensos y trabajar para posicionar mejor a los estudiantes del Instituto de Artes y que aquellas personas que piensen en contratar a un artista digan que quieren que sea del Instituto de Artes porque sabemos de su formación académica pero también de esa gran formación en valores”.
Esa es su visión. En eso cree como funcionaria universitaria. Además de algo trascendental: que la comunidad artística sea sustentable, es decir, que sea capaz de vivir de su trabajo.
Elvia Sierra Vite lo tiene claro: “Los jóvenes están preocupados por no tener las mismas oportunidades laborales que en otras áreas. Buscan más espacio y preferentemente espacios remunerados. Tienen interés es que en los diferentes espacios se den a conocer las carteleras. Están presentando proyectos culturales para poder incidir en políticas públicas”.
Quiere que la gente se cuenta de que el trabajo artístico es un trabajo valioso. Que requiere una remuneración. Para eso, acota, se debe “dejar de lado la idea de que de arte no se puede vivir.” Y dice con contundencia, como trayendo al discurso los años de escuchar necesidades de su comunidad: “Algunas personas que les apasiona el arte terminan haciendo algo más por ese estigma. Debemos aprender a valorarlo y a pagar por el arte”.
Cuando lo dice, enseria el gesto. Un gesto de por sí sonriente, insisto, lo cual es inusual entre diputados y diputadas que se anclan a su efímero coto de poder. Y debo decir que tal afabilidad no es impuesta. Se la vi hace unos meses en uno de los primeros Cafés Literarios que impulsa en la sede de Congreso; por cierto, actividad que le ha otorgado una vocación cultural al Legislativo de la cual carecía. Eso se agradece. Eso se reconoce. Se lo digo y le doy la mano. Sé que por su tarea el pueblo hidalguense seguirá conociendo de su labor y sólo se puede esperar que, para bien del estado, continúe teniendo éxito.
