Entre quienes toman las decisiones en Morena para las candidaturas al Senado y a los Congresos para las próximas elecciones que arrancan en marzo, no pasó desapercibida la revelación de las millonarias propiedades ocultas de Cuauhtémoc Ochoa Fernández, aspirante a senador por Regeneración Nacional. El tipo tiene mucho dinero y, por alguna razón indecible, no quería que se supiera. Pero se supo.
Para empezar, no vive en Hidalgo, sino en una lujosa vivienda en el lujoso barrio de Polanco, en la Ciudad de México. Se trata de la misma colonia donde se haya la avenida más rica con las tiendas más caras de todo el país.
Según reveló el diario El Universal, Ochoa Fernández tiene al menos cuatro empresas que no reportó en su declaración patrimonial.
Por ejemplo, no dijo que es socio de una empresa gasolinera de nombre Gasatec que opera en Venta de Carpio, en el Estado de México. También su familia es propietaria de un centro de verificación en la colonia San Simón, delegación Benito Juárez, en la Ciudad de México. Y no sólo él, su esposa aparece como dueña oficial de una industria de alimentos llamada Huevos Tecoleños. La señora se llama Marcela Macías Ortega. Además, su hermano Tenoch Ochoa Fernández es propietario, según los papeles, de la empresa Aero Aztec Inc. con sede en Panamá, el país.
Salvo Huevos Tecoleños, ninguna de estas empresas está radicada en el estado de Hidalgo, como tampoco él. Y aún así quiere ser senador por esta entidad, ocultándole a la gente su verdadero patrimonio. ¿Esto es ético en política? No. ¿Obedece a los principios de «no mentir, no robar, no traicionar»? No.
Por eso, tanto en Morena nacional como en la campaña de Claudia Sheinbaum Pardo se ha tomado nota de la actitud de Ochoa. De por sí era incómodo lidiar con su adscripción al PRI y su subordinación al exsecretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. Con estas revelaciones, se estarían tomando decisiones políticas (y quizá jurídicas) sobre sus aspiraciones al Senado. Todo se decidirá antes del primero de marzo.
