La cancelación de la más reciente serie de Disney y Star Wars, The Acolyte es simplemente una crónica de una muerte anunciada. Nadie, realmente nadie que haya visto la serie esperaba que fuera renovada para una segunda temporada debido a todos los conflictos que tuvo, no solamente durante su transmisión, sino incluso previo a esta, con muchas declaraciones polémicas de sus protagonistas y equipo creativo, así como de muchos grupos de personas con un enfoque más conservador que pedía su boicot… y que, desgraciadamente, una vez que la serie empezó a emitirse, los argumentos para poder defenderla por su enfoque inclusivo, tuvieron que acallarse al ver la calidad tan baja con la cual estuvo realizada.
La idea de que se realicen series inclusivas, con elementos body positive, que muestren una diversidad normalizada, y echen por tierra estereotipos sociales, es algo absolutamente necesario; es algo que se defiende y es algo que tiene que volverse una normalidad en los productos comerciales y de entretenimiento. Sin embargo, dichos discursos deben ser parte de un producto bien escrito y estructurado y nunca ser el único sustento, ni tampoco se justifica el tener que abandonar un buen guion y dejar exclusivamente como bandera la inclusión sin nada más que la ondee… porque de ser así, la buena intención de crear productos progresistas termina siendo contraproducente, y genera más daño a las causas sociales cuando estos productos no están bien hechos, simplemente porque termina por “darle la razón” a quienes gritan desde sus áticos virginales que “la basura woke y la inclusión forzada están acabando con su infancia y su entretenimiento”.
Ser un producto de entretenimiento (y un producto en general) con enfoques progresistas, inclusivo y que está buscando romper con los clichés y estereotipos conlleva una labor de mayor sacrificio en su creación, por el simple hecho de que va a ser un producto más observado y más criticado: aquellas personas y comunidades más conservadoras y cerradas a la inclusión van a estar buscando el más mínimo detalle para atacar y para poder acabar contigo. Por eso es que la exigencia desde el lado de quienes defendemos estas posturas debe ser mayor:
Aun cuando sigue existiendo cierto nivel de ataque, si los productos progresistas están creados de manera coherente, minuciosamente manufacturados, con una coherencia narrativa, comercialidad y cercana al lore que representas, no podrán existir argumentos para poderles destruir.
La bandera de la inclusión necesita algo fuerte que la ondee
Un ejemplo de ello, es la más reciente serie de X-Men 97 que, más allá de las polémicas con su showrunner, es un producto tan bien escrito, tan bien hecho y que respeta tanto el material de origen, que no hay lugar a ningún tipo de ataque a pesar de que es una serie absolutamente inclusiva, diversa, anti sistémica, anti imperialista, y con marcadísimos momentos homoeróticos… y al final aquellas voces que hacia reclamos absurdos antes de empezar la serie (y que mostraban un profundo desconocimiento de los 60 años del grupo mutante) terminan perdiéndose en el olvido;
Productos tan progresistas con tan altísima calidad, demuestran que sí se puede crear un ambiente más seguro y más adecuado para todas todos y todes, con respeto a su material de origen y que sean de una alta calidad.
Pero en el otro extremo: si intentas hacer un producto inclusivo donde lo único que tienes como argumento para ser aceptado es dicha inclusión, terminas por alimentar los argumentos de la gente que fomenta el odio: ¿cómo podemos las personas que creemos en la inclusión, tener argumentos ante la oleada de odio y de discriminación, cuando tenemos guiones tan malos, historia tan mal estructurada, tan mal hecha y tan irrespetuosa y hasta ignorante hacia su mitología como The Acolyte? Porque, vamos a ser honestos: no podemos decir que todo aquello que es inclusivo es bueno, y el problema de la serie de Leslye Headland no es la inclusión, es que simple y sencillamente está mal hecha. Y su pésima calidad se trató de disfrazar detrás de discursos de inclusión y achacar sus críticas al conservadurismo… el problema es que usar el pensamiento progresista como escudo a tu mal desempeño, es una acción que raya en lo narcisista, es perjudicial hacia dichas causas, y solo demuestra que vives bajo la idea de que crees que el activismo se trata solo de ti.
Defender lo indefendible
Al principio, yo intenté defender The Acolyte y darle una oportunidad: la premisa era interesante, intentaba romper con estereotipos sociales e incluso con los mismos clichés cansinos de una saga de Star Wars que está en franca decadencia (por mucho que sus fans puedan enojarse de esta declaración) y que parecía ser un soplo de aire fresco al crear un whodunit y un thriller en el espacio… sin embargo muy, muy rápido, las pésima cuasi ridícula calidad de actuaciones, de coherencia argumental, de continuidad, de motivaciones de personaje, de guiones y de direcciones llenas de momentos básicos y burdos, hizo simplemente imposible tener a un argumento de defensa, y al final esas voces que gritan ofendidas “basura woke”, son las únicas que están prevaleciendo al ver los resultados de un producto que costó 80 millones de dólares por capítulo, y que estaba hecho de una manufactura irrefutablemente inferior.
Y es que al final, ¿qué podemos hacer? ¿Qué argumento me dejó The Acolyte para quien dice que lo Woke está arruinando su infancia y está arruinando Star Wars?
No nos dejó nada, porque no hay defensa a las incongruencias y las malas actuaciones, y a las pésimas decisiones en promoción con las declaraciones provocativas de la protagonista afirmando que “el único fin de la serie, era hacer llorar a hombres blancos” (que, caray, no es que tenga yo ningún problema con hacer “llorar” a la gente que defiende este tipo de estereotipos conservaduristas y supremacistas, pero es que no puede ser tu único argumento promocional ni provocador, cuando no tienes detrás tuyo un producto de calidad que sustente tus declaraciones).
Ser “progres” significa intentar ser mejores
¿Juzgar más duro los productos de entretenimiento progresistas es algo injusto?
Sí, sí lo es… porque un producto que no tiene elementos Wokes puede ser algo relativamente mediocre y muchísimos fans hoy en día no le van a pedir demasiado, por no exigirles a sí mismos una digestión complicada… muestra de ello, está en la reciente Deadpool & Wolverine, que a pesar de ser un fanfiction / fanservice muy, muy entretenido, no deja de ser un filme que no tiene la más mínima coherencia argumental (y que lo único que hace es perjudicar más a la trama general y conectada que tiene el MCU) y, sin embargo, a la gente le encantó…
Es injusto, porque si tú quieres hacer algo incluyente, mandar un mensaje de apertura y de necesidad de acabar con los discursos de odio, entonces tienes que esforzarte más… poco a poco normalizaremos este tipo de nuevos productos pero, mientras tanto, esto es una batalla permanente contra los discursos conservadores, y el hecho de que tengamos como “munición” productos de tan bajísima calidad e indefendibles en todo nivel narrativo como The Acolyte, hará que perdamos una guerra que, a estas alturas de mitad de la tercera década del siglo XXI, ya deberíamos haber ganado completamente.
Es triste, pero es la realidad: The Acolyte merecía morir, sin importar que su mensaje de inclusión fuera tan importante… Nos debe recordar que, defender alguna postura en contra de grupos sociales alienados y de mente cerrada, es un compromiso permanente que conlleva burlas y derrotas: tenemos que ser mejores, porque tenemos que ser más grandes que el odio, porque el gran poder de incluir a todos, todas y todes en una nueva sociedad, conlleva una enorme responsabilidad.
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