Huejutla de Reyes, Hgo. — Mientras el presidente municipal Alfredo San Román Duval ensaya sus mejores poses para anunciar eventos “interestatales” —y, si se pudiera, interestelares—, el pueblo al que juró servir le recuerda, de la forma más clara posible, que la realidad no se maquilla con templetes ni se pavimenta con discursos.
Este miércoles, habitantes de Santa Cruz le aplicaron al alcalde la verdadera política de usos y costumbres: tomaron la presidencia, retuvieron a cinco de sus funcionarios —incluido su asesor político y el mismísimo secretario municipal— y los encarcelaron en la cárcel comunitaria, no por gusto, sino por hartazgo. Porque, cuando las promesas se repiten más que se cumplen, la paciencia se rompe… y la dignidad se defiende.

Todo comenzó con una promesa: 550 metros de pavimentación. Lo de siempre: reuniones, firmas, fotos. Pero cuando el pueblo descubrió que apenas les querían dejar 225 metros, el engaño se hizo evidente. ¿Y el resto? Quizá lo reservaron para el “opening” del próximo festival indígena.

Porque en el mundo feliz del “Carretas”, gobernar no es atender, sino aparecer; no es cumplir, sino promocionarse. Mientras en Santa Cruz encierran funcionarios por incumplimiento oficial, el alcalde se sube al escenario, mira al horizonte y sueña con su próximo proyecto cultural… aunque menosprecie el idioma que presume.
Los pobladores han sido tajantes: no liberarán a nadie hasta que el alcalde baje del pedestal, pise la comunidad y cumpla lo pactado. No quieren más cámaras, ni más folclor institucional. Quieren caminos, no “conceptos”. Quieren hechos, no hashtags.
Y por si fuera poco, hicieron un llamado al gobernador Julio Menchaca Salazar, para que, con todo respeto, le dé un buen jalón de orejas al Carretas, porque su falta de compromiso ensucia el discurso de la Cuarta Transformación.
Así las cosas en Huejutla, donde el alcalde desfila como emperador… solo que ya todos se dieron cuenta que va desnudo.