18.5 C
Hidalgo
jueves, julio 24, 2025

Superman y la super guerra cultural

La nueva película de Superman es solo el enésimo pretexto para la guerra de valores conservadores y liberales… para intentar no repetir los mismos elementos de miles de reseñas en la red, analizamos la película desde la cultura de masas, la guerra cultural y la perspectiva de género y masculinidades.

En los últimos años ha estado cada vez más presente el concepto de guerra cultural y guerra psicológica, donde se plantea que las posturas ideológicas y sociales han tomado como armamento los productos políticos económicos y sociales, pero también, cosas tan superfluas como las industrias culturales, como pretextos para imponer visiones ideológicas sobre las visiones en oposición a las suyas… mientras que la guerra cultural es el conflicto en sí y la lucha por esta imposición de valores, la guerra psicológica es el brazo armado, donde se usan elementos específicos para poder propagar los discursos de apoyo pero, sobre todo, los de odio hacia los valores e ideologías opuestas.

Por ello, no es raro que Superman (James Gunn, 2025) sea solo el enésimo chivo expiatorio para crear polarización desde el pensamiento liberal y conservador, donde la gente que no opine como tú, terminará por ser tu enemigo ideológico… debido a esto, la red está hoy en día inundada de reseñas y opiniones con visiones diametralmente opuestas de la película, donde la gente defiende o ataca el filme sin observar sus defectos o virtudes y está dispuesta a interpretar en un extremo u otro, sus visiones sociales…

Por ende, será prácticamente imposible ver o leer una reseña medianamente objetiva de la cinta. Muestra de ello es que hay quienes tachan el filme de Woke, y otros tantos de perpetuar la imagen tradicional e imperialista del personaje… Se ataca a Gunn y lo agreden con el sustento del rancio humor que el director usaba en sus redes hace 15 años, con el fin de exaltar las virtudes de un universo que ya no volverá; mientras que sus defensores lo adoran casi como si fuera el nuevo Kubrick y el salvador del séptimo y noveno arte, mientras lo elevan a icono de la resistencia social contra el neoconservadurismo.

Al final (al no poder dejar de dar mi opinión y abonar al propio vicio que intento criticar) al filme simplemente no le alcanza ni para una cosa ni para la otra… y este también, es mi análisis igual de subjetivo y lleno de mis propias ideologías:

La reseña cinéfila / comiquera como munición de la guerra

Mi aporte en lo cinematográfico y comiquero, desde esta trinchera (tan profunda como puede ser de un adulto ñoño hablando de monitos):

La película sí cumplió con mis expectativas y me dio justo lo que esperaba… ¿Por qué? Porque mis expectativas eran muy, muy bajas y esperaba que, considerando el tono que suele usar su director, me diera por momentos pena ajena y me entretuviera por igual… y justo eso sucedió:

Superman va de muy menos a (mediana y domingueramente) más… su primer acto raya en el desastre, el segundo está lleno de lugares comunes y el tercero es entretenido, donde su principal problema es un guion que parece una compilación de frases sacadas de los foros de 4Chan, y donde la saturación de protagonistas deriva en que prácticamente ningún personaje tenga motivaciones o profundidad: si bien su cast es en general bueno, carismático o al menos entretenido (y hacen lo que pueden con un guion anodino) aunque, salvo medianamente su protagonista y antagonista, nadie tiene realmente un porqué en sus acciones o en su personalidad, y el no comenzar desde cero no puede ser un pretexto, sino todo lo contrario, para esta falla: debe ser una obligación del guion el hacerte saber las motivaciones detrás de las decisiones individuales.

Por mucho que se ha querido vender la idea de que “es el Superman más inspirado en los cómics” esto no solo es ambiguo (dado que estamos hablando de un personaje con literalmente 87 años de publicaciones ininterrumpidas y que no ha tenido una congruencia narrativa por más de 10 años seguidos) sino que además, tampoco parece cuadrar con la estructura de una época en especial: se ha difundido que es el Superman de la era de plata y el de El Hombre de Acero post crisis de John Byrne (más inspiración para los personajes secundarios en la JLI de Keith Giffen y J. M. DeMatteis)… dos eras que, aunque ambas conservadoras, van en diferentes direcciones en los valores que buscan promover: la primera es de una época naíf de historias disparatadas de ciencia ficción infantil y promotora del american way of life y del temor a las represalias por el genocidio que fue la bomba atómica… mientras que la segunda conllevaba una visión fantástica, pero al mismo tiempo, un apego ideológico a la moral post hippie de los ochenta que celebraba el intervencionismo (Byrne es un gran escritor y dibujante, pero deja mucho que desear como ser humano)…

Al final, el mentado “apego a los cómics” es también solo una falsa línea promocional, dado que la película está más cercana a un puñado de capítulos de la serie setentera de caricaturas “Superamigos” de Hanna-Barbera, tanto en tono como en personalidades infantiles (que, ojo, no tiene nada de malo que esta sea una cinta infantil, al ser sobre un superhéroe proveniente de las historietas de épocas donde estas eran, ciertamente, para niños y niñas).

Pero solo falta salir de las inmensa oferta de reseñas, análisis y meras opiniones cinéfilas y meterse de manera superficial en la oferta de podcasts y sitios enfocados en cómics para ver que, la inmensa mayoría de ellos, no están demasiados emocionados por la tan vendida y cacareada “fidelidad”: en un intento muy desigual en su éxito por hacer un Superman humano y colorido que contraste con sus últimas versiones, Gunn escribe al personaje con frases llenas de lugares comunes y, principalmente, con una fragilidad contrastante a su mitología comiquera: todo, absolutamente todo mundo, le pasa por encima a este Superman: David Corenswet (quien tiene toda la imagen pero poca presencia) pasa más tiempo en el suelo derrotado que “inspirando” a la gente… la imagen “humana” se ha reducido a la paleta de colores y a momentos casi auto paródicos como rescatar a una ardilla; y al final, su propio guion lo traiciona y lo convierte, sin lugar a dudas, en el personaje más débil de su propia película.

Además está, por supuesto, la crítica más fuerte de los más férreos puristas del noveno arte: la destrucción absoluta del lore de Kryptón y de Jor-El, la cual ha dejado a los haters de la época anterior que clamaban que “no se respetaba al Superman de los cómics” sin argumentos ante la demolición del perfil Byneniano del padre biológico de Kal-El: quienes gritan hoy a los cuatro vientos que “este sí es su Superman” han quedado en evidencia de que nunca se trató de los cómics, sino simplemente de su visión nostálgica de las caricaturas de su infancia y del imaginario de Christopher Reeve y su película en tono, música, parecido físico y valores ochenteros del Estados Unidos de Reagan.

Pero todo este irrespeto que hoy están obviando o justificando los críticos de ayer devenidos en defensores del hoy, no es realmente un defecto, sino una virtud (tal vez la mayor) de su director: James Gunn es un gran manufacturero para enaltecer los clichés de la cultura de masas que la gente adora, porque si bien tiene esta vibra para los tradicionalistas que siguen creyendo que el Superman del 78 “debe seguir siendo el Superman para todas las épocas”, la superficialidad de su guion y la sobresaturación de personajes donde no termina de pasar nada relevante pero todo es divertido, une con gran armonía la cerrazón de la GenX y los últimos Millenials, con los Zoomers pre y post adolescentes que tienen como bandera el Brainrot y a Skidibi Toilet, y para quienes la lógica y el argumento se sacrifica en pos del entretenimiento.

Dicha amalgama de extremos que se tocan ha funcionado para complacer a los críticos de la época pasada, todo ello comandado por el adorable e imposible de tirar hate personaje de Kripto, quien termina por ser el as bajo la manga para crear el sentimentalismo más barato a la Disney / Pixar, y que en el camino casi convierte este filme en un  live action de Super Pets antes que en una nueva versión de Superman… Krypto es la “mamá Coco” y el “Grogu” de Gunn y funciona como muro de contención canino para tachar de insensible a quien quiera cuestionar el “humanismo” de la cinta (… porque, ¿quién puede atreverse a decir que una película no es emotiva cuando hay un perro más protagonista que su propio protagonista?).

Esa es la virtud de James Gunn, por lo que nadie, absolutamente nadie, puede negar que esta es una película mediana, pero muy, muy entretenida… y, al final, tal vez es lo único que deberíamos pedirle a una adaptación audiovisual basada en un cómic de superhéroes.

No obstante, si Superman de James Gunn fuera únicamente todo lo anterior, hablaríamos de una película poco profunda, cuyos nuevos visionados irán mostrando sus enormes defectos, pero que el común de las audiencias amará en lo inmediato y la colocará como “la favorita” y el “mejor Superman”. Eso no tendría nada de malo, ni nadie debería cuestionar eso (carajo, yo me divertí hacia el final cuando dejé de tomarme en serio el despropósito del guion) … el problema, viene justo cuando los subtextos de Gunn, tan mal desarrollados en función de ese entretenimiento, se convierten en munición para la guerra cultural:

El oxímoron y la ignorancia racional como argumento de defensa

Por las fechas en que se publica este análisis, está comenzando a sonar en plataformas alternativas, un coming of age australiano titulado Head South, pero que que se está traduciendo al español como «Fingiendo ser un Punk» y me parece que ese es un título que hubiera empatado mejor como nombre del proyecto de guion que Gunn trabajó para Superman

Esto, debido a que hay dos elementos desde un enfoque sociológico que resaltan (principalmente para mal) en esta película:

El que un filme de superhéroes tenga un guion malo, pero sea entretenido, no es realmente un problema y francamente nada fuera de lo común. Pero hay dos fenómenos de tintes sociales que resaltan entre el parque de diversiones que ofrece el director:

El primero es, lo que Iyengar denominaba la ignorancia racional, donde la gente considera que no necesita mucha información para formarse una opinión; y decide tomar “atajos” informativos, reteniendo sólo generalidades que terminan por simplemente soportar una opinión subjetiva que ya se habían formado anteriormente… el consumo (pero sobre todo la opinión acerca) del producto mediático termina por reforzar sus propios prejuicios y deja a un lado un contrapeso crítico, lo que hace que la gente sea incapaz de ver los elementos fallidos y llegue al extremo de contradecir sus propios postulados pasados sobre las mismas diatribas que tenía contra otro producto con valores distintos a los suyos.

En la parte de la contradicción de argumentos, las personas están tan aferradas en defender o atacar sus visiones, que solo pueden ver en blanco y negro los elementos analizados: en este caso, como ya se mencionó, uno de los momentos más críticos hacia versiones anteriores era que “no se respetaba la esencia del personaje” y “no estaba apegado a los cómics”, desdén que raya en lo ridículo, cuando se tienen más de 2 mil historietas del personaje, ha sido escrito por cientos de personas diferentes y con decenas de líneas editoriales distintas).. pero, al mismo tiempo, el Superman de Gunn hace pedazos el lore Kriptoniano, la omnipotencia del Hombre de Acero es arrastrada literalmente hasta por un perro, hay un desinterés por una amenaza intergaláctica y no tiene el más mínimo atisbo de empatía por quien protagoniza junto a él su última pelea… y nada de eso parece hacer siquiera levantar la ceja de los fans actuales y defensores acérrimos de la mentada y sobrevalorada pureza del material original en el pasado.

Por otro lado, en el Superman de Gunn vemos cómo cada extremo cultural entre lo liberal y lo conservador ve lo que quiere ver en el guion: elementos a favor de su propia ideología si amó la película, y elementos en oposición a sus ideas, si es que quiere atacar el filme:

Sus críticos la tachan de Woke (y la visión liberal la defiende por eso) porque presuntamente es una película “pro migración” al ser Superman un alienígena que no es del planeta donde habita; “incluyente” al plantear personajes diversos y que cuestiona que los gobiernos “no hagan nada mientras muere gente”; “feminista” [súper sic] porque Lois Lane no está esperando ser rescatada, e incluso, hay todo un discurso viral que teoriza que la película tiene un mensaje “anti Israel y en favor de Palestina”.

Pero en el otro extremo, están quienes ven esta película como una apología de los valores tradicionales, con un Superman desapegado en sus acciones de su discurso del guion, y que la supuesta acción “pro palestina” es en realidad es una analogía disfrazada de Ucrania y Rusia (visible en la caricaturesca caracterización del líder “malvado”)… , además de que la nación de Boravia en los cómics era, o una analogía desde la visión gringa de Irán, o una caracterización de algún país comunista de Europa del Este que propagaba el sentimiento anti rusia de la industria hollywoodense… aunado a que la supuesta crítica sionista es algo que, al menos hasta ahora, nadie del cast protagónico ha expresado  jamás de manera pública.

Gunn, de forma brillante (aunque probablemente inconsciente de ello) entrega una pieza absoluta de cinismo estructural, dando un producto prefabricado que termina por ser solo un hueso para el nicho progresista, haciendo sentir transgresores y activistas a quienes solo están en una sala viendo la representación más tradicionalista, imperialista e intervencionista de su personaje principal y del país que solía representar en la época más fundamentalista en la que, supuestamente, se basa este nuevo filme (… lo cual seguramente ha de haber provocado que Žižek descorchara un champagne).

Supermanósfera

Pero en el enfoque estrictamente social donde las contradicciones ideológicas llegan a lo absurdo, es en el momento en el cual, cuando el polvo de la saturación de sucesos que nos da la película se ha disipado, nos encontramos con que Superman es una película profundamente misógina:

(Y por cierto no: no tiene nada que ver con el personaje de Luthor y sus actos con sus parejas, dado que su desarrollo, si bien sí es misógino, no conlleva apología en ese comportamiento… además de que la mayoría de las iteraciones del personaje en el cine siempre han sido muy machistas).

Obviamente las personas que no toman en serio los discursos de género, van a encontrar exagerado este apartado, pero no por eso deja de estar presente:

Muchas personas han alabado la relación de Clark y Louis, sin embargo, desde los tráileres era muy marcado una escritura en dicha relación con un comportamiento de desapego, de imposición y de chantaje emocional de un Clark Kent que se convierte en un Charlie Barber cualquiera (personaje de Adam Driver en el filme Marriage Story de Noah Baumbach) cuando Lois  le cuestiona sus acciones intervencionistas, y este decide estallar en cólera (solo le faltó golpear la pared como en la mítica escena que se convirtiera en el meme por excelencia para burlarse de la masculinidad frágil) y que, al tener que escuchar los argumentos reales de su pareja,  simplemente decide irse…

No solo es el retrato de un Clark Kent con poco control de emociones: además del “momento Marriage Story”, también se ve en su descontrol en la búsqueda de Krypto, en la justificación imperialista que raya en el cliché estadounidense de que “hay personas sufriendo” y que eso justifica el intervencionismo en conflictos internacionales, y en general, en una actitud berrinchuda casi pre adolescente ante cualquier circunstancia donde las cosas no son como él quiere y que, para horror de los críticos de representaciones anteriores, parece estar escrito con una inteligencia emocional que está “a una Lois Lane menos en el mundo”, de convertirse precisamente en… el Superman de Injustice

Pero, a pesar de que no faltará quien salga a defender las enormes Red Flags relacionales de Clark, no es lo único incómodo en esta visión de género dentro del filme:

Como pareja, Lois Lane es la representación Incel de “las mujeres frías que no aman a los good guys” (justo cono sucedió en Joker: Folié Á Deux), que “están tan ocupadas queriendo ser inteligentes, que no valoran a los buenos tipos que las aman”, lo cual termina por generarle hacia el final un sentimiento de culpa por dudar de su relación con una pareja inmadura y con personalidad explosiva… las críticas de que es un filme Woke también son porque Lois no es la versión tradicional de la damisela en peligro y al contrario, forma parte de la acción en la película (aunque con algunos momentos mal justificados como “cierto pilotaje”, hay que decirlo).. por lo que, al final, su independencia es la visión fría de su personalidad que no valora un “super hombre” y que es uno de los reproches más estándares de la cultura Incel.

También te puede interesar:

Además de Lois, en ningún momento se explotan las motivaciones ni perfiles de los personajes femeninos con impacto en la trama: ni La ingeniera, ni Hawkgirl son nada más que accesorios para la trama y no sabemos por qué actúan como actúan (aunque en su defensa, esto pasa con la mayoría de los personajes, hombres o mujeres, en este guion sin sentido).

Mientras que el resto de mujeres de reparto, son decorativas o están sexualizadas, y sus conversaciones medianamente profundas, o incluso sobre violencia sufrida, son totalmente ignoradas y normalizadas (supongo que aquí sí vale la justificación de la absoluta fidelidad de los cómics sobre Cat Grant y la ingratitud de Lois, ¿no?) … pero sin duda, y el momento más bajo y más cringe del guion y toda la película, tanto en lo cinéfilo como en lo social, es la rancia representación de Jimmy Olsen, quien (en el enésimo y delirante self insert de Gunn en sus productos) es, sin ninguna justificación ni argumento, un mujeriego irresistible del que todas se enamoran y quieren entregársele automáticamente solo porque sí y que es también como suelen verse a sí mismos los actualmente denominados “artistas de la seducción”, otra corriente de la mansphere que, siendo generalmente hombres promedio, sienten que todas las mujeres están ahí solo para ser usadas sexualmente por ellos. Es en este personaje, donde Gunn toca fondo queriendo echarse también a la bolsa a una de las subculturas más incomodas y agresivas de la actualidad y esperando convertirse – no Olsen, sino él mismo – en su ídolo.

Pero al final, ni las contradicciones de quienes le amen o lo odien, la misoginia normalizada y el guion incel, el cinismo estructural de disfrazar de crítica al sionismo una defensa del intervencionismo imperialista, ni en general, uno de los guiones más anodinos de año, van a cambiar en nada las opiniones de nadie: solo demuestran que ni este, ni prácticamente ninguna otro análisis o reseña que se encuentren, va poder ser objetivo: la gente ha tomado como rehén el entretenimiento para volcar en él sus valores y para mostrar aversión que raye en la repulsión hacia los que no lo comparten… pero el rehén hoy en día está diseñado justamente para esto: para ganar dinero a costa de ser el repositorio de las ideas conservadoras o movimientos progresistas…

Superman es una película muy entretenida, pero que realmente no da para más del divertimento del fin de semana… y eso está bien: los años demostrarán muy rápido lo malo en sus representaciones sociales y comiqueras … pero hoy, es “la mejor película de superhéroes” para sus fans y “el peor producto jamás grabado” para sus haters… y ninguno de ellos dice la verdad… porque la verdad dejó de tener importancia, cuando todo mundo solo quiere tener la razón e imponer su ideología al resto de las personas.

Vladimir Meza Escorza
Vladimir Meza Escorzahttp://vlack.mx
Melomaniaco. Cinefílico. Socioloco. Marketinsano. Políticonoclasta. Doctor en Ciencias Sociales. Analista de Medios, Opinión Pública, Marketing, Cine y Cultura de Masas, con enfoque social. Vocalista y compositor con 6 producciones discográficas y más de 20 años de experiencia en la escena. Hago música en: http://vlack.mx Hablo de cine en: https://facebook.com/nonotecapodcast

Related Articles

Últimas