La candidatura por Morena a la gubernatura del Estado de Guerrero de Félix Salgado Macedonio ha levantado un movimiento de protesta que tiene por objetivo que este personaje no sea candidato ni mucho menos se apodere de la gubernatura de esa entidad. La razón está en cinco acusaciones de violación que pesan sobre él, una de las cuales continúa vigente.
Y hay que decirlo, estas protestas surgieron al interior del propio Movimiento de Regeneración Nacional por parte de todo el conglomerado de feministas que militan y simpatizan con ese Partido. De tal modo, algunas figuras destacadas de la organización como la secretaria general de Morena, Citlali Hernández o la activista Estefanía Veloz, han denunciado sin miramientos la designación de Salgado Macedonio y han exigido su destitución de la candidatura al gobierno de Guerrero.
Debe recordarse que una de las reglas que Morena estipuló para sus candidatos es que no puede ser nominado quien presente algún antecedente de violencia por razones de género o sea deudor alimenticio.
Por supuesto, a la ola de manifestaciones de han unido feministas en muchos sectores las cuales piden al pendiente Andrés Manuel López Obrador «rompa el pacto» con Salgado Macedonio y todas las formas de violencia contra las mujeres. La respuesta de AMLO ha decepcionado a propias y extrañas al afirmar que hay una campaña de linchamiento contra el aspirante morenista.
Sin embargo, otra prueba de que las más avanzadas en las protestas contra la nominación de Salgado Macedonio están dentro de la 4T la ofreció ni más ni menos que la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.
Durante la presentación del Programa Nacional de Igualdad entre Hombres y Mujeres, la número dos del Gobierno de México distanció su postura del presidente López Obrador al afirmar que nadie con antecedentes de violencia feminicida debe ser candidato.
«El respeto irrestricto a los derechos de las mujeres a vivir sin violencia es condición necesaria para un representante popular», dijo.
Sánchez Cordero, quién luce sus posturas feministas en cada oportunidad, subrayó que aplaude las protestas y, sin mencionar a Morena y a Salgado Macedonio (pues no hacía falta, ni debe hacerlo), responsabilizó al Partido en el poder por nominar a personajes como el de Guerrero.
«Es responsabilidad de cada partido demostrar que sus candidatos están a la altura de las circunstancias y proceder de acuerdo con las leyes. Aplaudo la conciencia social que no tolera la violencia», dijo.
En tanto, las protestas contra la candidatura de Salgado Macedonio avanzan y ya ocurrió que colectivos feministas petardearon la casa de campaña de este personaje que se jacta de ser macho y bebedor. Así, las manifestaciones crecen y la pregunta apremia: ¿Sostendrá Morena la candidatura de un hombre que viola sus principios partidarios?
