. La ley establece exactamente lo opuesto a la Ley de Acceso de las Mujeres a un Vida Libre de Violencia, en donde se reconoce que los actos de violencia no son negociables y que las autoridades no deben promover la conciliación, pues está probado que cuando una persona violenta es perdonada, no tarda mucho en volver a violentar.
por Tania Meza Escorza / Desde Abajo
Pachuca, Hgo., México (Agencia Desde Abajo).– Desde el inicio de la presente legislatura local, diversas organizaciones de la sociedad civil hemos intentando múltiples maneras de lograr que las y los actuales legisladores estatales comprendan la importancia de la armonización de las leyes y tratados en beneficio de las mujeres. Fracaso total.
Hacia varias legislaturas que las activistas no nos topábamos con un congreso como el que hoy está vigente en Hidalgo. En nuestra búsqueda por lograr el trabajo conjunto de la sociedad civil con las y los diputados, habíamos visto legislaturas muy activas, como la anterior. Algunas más en donde solamente eran unas cuantas o unos cuantos integrantes a quienes les preocupaba el avance de las hidalguenses, e incluso congresos enteros en donde a nadie le importaba en lo más mínimo legislar sobre la equidad de género.
No obstante, la LX legislatura superó todas las expectativas con la aprobación de la Ley de Atención y Sanción a la Violencia Familiar para el Estado de Hidalgo (LASVFEH), la cual constituye un peligroso retroceso en los derechos humanos de las mujeres.
Aun cuando no ha sido publicada, con base en el boletín de prensa número 257 emitido por el Congreso local, puede advertirse el riesgo que para las mujeres representa esta ley, así como sus contradicciones con la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para Hidalgo (LAMVLVH)
Dicho comunicado sostiene que la LASVFEH pretende generar una efectiva prevención de la violencia que sucede dentro de las viviendas y que no llega a constituirse en un delito. ¿Qué tipo de violencia no llega a constituirse en delito? La LAMVLVH estipula claramente los tipos de violencia y quién debe encargarse de su sanción. ¿A cuál de las dos leyes estatales le hacemos caso?
El boletín del congreso asegura que la parte medular de esta nueva ley la constituyen los procedimientos contenciosos y de amigable composición o arbitraje, como medios aceptados para resolver asuntos relacionados con la violencia. Es decir, la nueva ley establece exactamente lo opuesto a la Ley de Acceso, en donde se reconoce que los actos de violencia no son negociables y que las autoridades no deben promover la conciliación, pues está probado que cuando una persona violenta es perdonada, no tarda mucho en volver a violentar.
¿Saben, señores y señoras diputadas, sobre quiénes se va esta ley? Sobre las mujeres, porque el círculo de la violencia atenta contra los más débiles. El esquema de este círculo es que el fuerte violenta al débil, y en vez de que ese débil se defienda, se paraliza ante el fuerte y va contra otro más débil y así sucesivamente. Por desgracia, en la mayoría de los casos el esposo le pega a la esposa, la esposa le pega a los hijos, ellos se van pegando unos a otras hasta llegar al ser más débil, que puede ser la criatura más pequeña, el adulto mayor, la persona con capacidades diferentes e inclusive la mascota.
En un mundo ideal su ley sería formidable, pero en el patriarcado implacable en que vivimos, las mujeres no están acostumbradas a denunciar. Prueba de ello son los resultados de la más reciente Encuesta Nacional Sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh), que muestra cómo Hidalgo ocupa el NOVENO lugar nacional de violencia contra las mujeres por parte de sus parejas, y en donde se evidencia que el 79.9{9e1ff1bee482479b0e6a5b7d2dbfa2de64375fcf440968ef30dd3faadb220ffd} de las hidalguenses ha sufrido algún tipo de violencia por parte de su pareja, y de ese 79.9{9e1ff1bee482479b0e6a5b7d2dbfa2de64375fcf440968ef30dd3faadb220ffd}, el 77.7{9e1ff1bee482479b0e6a5b7d2dbfa2de64375fcf440968ef30dd3faadb220ffd} de mujeres en Hidalgo NO denunció la violencia, porque cree que él tiene derecho a maltratarla, por miedo, por vergüenza o PORQUE NO CONFÍA EN LAS AUTORIDADES (y ya vamos viendo que tienen razón)
¿Qué violencia es la que se va a denunciar? La que se ejerce contra los hijos e hijas y que probablemente sea detectada por personas ajenas al núcleo familiar. Por sí misma esta situación es excelente, pero si le preguntan a una criatura quién la violentó, es probable que diga que fue su mamá (siguiendo con el círculo de la violencia), pero si le preguntan a la mamá quién la violentó a ella, como ya nos lo dijo la Endireh, seguramente dirá que se cayó o se pegó por accidente.
La Ley de Atención y Sanción a la Violencia Familiar para el Estado de Hidalgo atenta contra las mujeres porque no va a la raíz del problema. Hace varias décadas que tanto la teoría social como las Naciones Unidas saben que la violencia familiar es consecuencia de la violencia de género. Las leyes hidalguenses también lo sabían ya, porque la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para Hidalgo lo estipula y el Instituto Hidalguense de las Mujeres lleva todo el sexenio comprobándolo día con día. Si ya teníamos la Ley de Acceso, ¿para qué esta otra, y tan mal hecha que nos hizo retroceder varias décadas?
SEÑORAS Y SEÑORES DIPUTADOS: Queremos creer que la unanimidad con que aprobaron esta nueva ley no es porque ustedes sean misóginos, ignorantes en el tema o incapaces de gastar en un buen asesor, sino que como se trata de una iniciativa mandada por el ejecutivo, de seguro ustedes ni siquiera la revisaron.
Si las mujeres hidalguenses sin rostro no les representamos ninguna consideración, al menos acuérdense de sus respectivas madres. Tal vez no todos y todas ustedes hayan visto cómo sus progenitoras eran violentadas, pero seguro que algunos o algunas tendrán tatuadas en el inconsciente las palizas que sus padres daban a sus madres (o tías, o abuelas, o mujeres entrañables) y cómo ellas encubrían a sus hombres y se desquitaban con ustedes. Acuérdense de sus madres y del dolor que les significaba tragarse la humillación y fingir que todo estaba bien. Acuérdense, diputadas. Acuérdense diputados…
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