Un clanc, clanc, a treinta metros de altura cimbra el cielo azul de Pachuca. Es el mazo de un obrero que con ahínco sella el metal con la fuerza de sus brazos. Las chispas de los esmeriles iluminan la jornada. No cabe duda: son ellos y ellas, las flores de acero, quienes germinan el futuro se este Estado.
Los encontramos ahí, en el fragor de su tarea, y nos elevamos para verles de cerca. Te presentamos las imágenes.