Este domingo 5 de junio habrá votaciones en 6 estados de la república, en cada uno de ellos el sentido del voto no debe darse por sentado, ni por los que han venido votando por la izquierda, ni por los que seguramente ahora lo harán mayoritariamente por ella.
En Hidalgo hay que votar por Menchaca y por Morena, y debemos estar satisfechos de que exista alternancia a la izquierda en el estado.
La izquierda en Hidalgo se ha movido durante decadas. Empezó antes de la insurgencia electoral de 1988 con los movimientos del agua en Pachuca, el magisterial del CCL, del movimiento Liberación Minera y el de la recuperación de tierras y la guerrilla en la Huasteca. Todos, excepto este último, con expresión en la capital del estado. Todos fueron aplastados o desactivados.
Después del 88, en casi la totalidad de los municipios del estado ha habido alternancia. Y a pesar del voto mayoritario por la izquierda en las elecciones federales en la capital, esta alternancia ha ocurrido en Pachuca sólo por el PAN. El estado se ha movilizado, pero fue moneda de cambio de dirigencias nacionales y locales de la izquierda que administraban las derrotas, había elección de estado y existe fragmentación tanto de la izquierda como de las comunidades que difícilmente se han puesto en marcha juntas más allá de lo municipal, aunque ese medio rural ha estado permanentemente movilizado.
En el movimiento nacionalmente se ha dado preferencia a los priistas por sobre la izquierda o nuevos liderazgos, se ha preferido revivir muertos políticos como Guadarrama hasta que, como él o Francisco Xavier, acaban traicionando a quién los designó.
Existen muchas críticas al candidato: la cercanía de personajes subordinados al PRI, de gente de Nueva Izquierda o del grupo porril enquistado en la universidad. Pero todos estos grupos fueron paraestatales y no sólo tienen allí sus orígenes, sino sus dirigentes históricos se encuentran todavía en ese partido o permanecen a su servicio. Se critica a unos para que permanezcan otros.
En Hidalgo ha sido importante el movimiento de las mujeres en el cual, en general, la participación de los partidos ha sido de poca presencia, aunque las modificaciones a la ley pasaron por la fracción de Morena y ahora si se suman.
En México, la alternancia garantizó el derecho libre a decidir, en el cual participaron con decisión las mujeres de Morena junto a sus compañeras de abajo, del movimiento, a pesar de la ambigüedad a otras alturas.
Así en Hidalgo, lo real es que la alternancia romperá la fuente de los desatinos. Por eso, aunque el candidato tendrá que demostrar valor para imponerse a esos y otros poderes, con este cambio se abre la posibilidad para que lo que está pendiente se cumpla.
La izquierda y la sociedad civil deberán de acompañar y proteger todo lo que valga la pena (esperamos sea mucho), discutir y decidir ampliamente, y combatir lo que sea un retroceso. Por primera vez no vale la pena hablar sobre quién ha designado el PRI, por hoy, este domingo, es para votar y celebrar.