Ya son dos los años consecutivos en los que se realiza el festival más importante de arte Drag en Hidalgo: el festival Hidaldrag, que reunió a varixs representantes de la escena estatal en el emblemático teatro San Francisco en una noche que tuvo música, teatro y harta lentejuela.
Organizado por la comunidad LGBT+ con el apoyo de la Secretaría de Cultura del gobierno de Hidalgo, el Hidaldrag ocurrió este miércoles 26 de junio. A pesar de ser mitad de semana, el teatro se llenó de gente desde la platea hasta la grada, con un público conformado por comunidad entusiasta y, lo mejor, muchas familias que asistieron para apoyar a sus amores en el escenario o en el asiento contiguo, o simplemente para admirar esta escena tan en boga en México.
Y tenía que ser en junio, mes del Orgullo, cuando confluyen la mayoría de las celebraciones y actos políticos y culturales para la conciencia por los derechos de la población sexo-genérica en todo el mundo. Un tema urgente en Hidalgo pues sigue pendiente el esclarecimiento del transfeminicidio de Gaby Ortíz, quien fue asesinada por odio en el municipio de Ixmiquilpan, centro del Valle del Mezquital, en enero de este año.
Por ella, por quienes no están, por quienes sí y por quienes vienen después, el Hidaldrag celebró el amor, la resistencia y el arte en representaciones colectivas como las de dos emblemáticas casas drag del estado: la Casa Nurmi, que propuso una puesta en escena humorística sobre el origen del drag, desde el travestismo en el teatro isabelino hasta el drag de protesta; y la Casa Pandemonium, que con música y coreografía dieron un show pleno de relámpagos y dramatismo.
El toque oscuro lo puso la draga Sattiva, ataviada con una caracterización personalizada del payaso cósmico-siniestro Penny Wise sobre tacones de quince centímetros y un pelucón rojo hasta la cintura, que hubiera provocado el aplauso del mismo Stephen King, tal como lo hizo con el público que se entregó a la artista cuando, al saltar sobre un letrero de cumpleaños, cayó en un split perfecto para cerrar con los brazos arriba.
De la misma manera se presentaron dragas como Samantha Amor, considerada la madre drag de Hidalgo, con una estrujante declamación del poema Manifiesto Horrorista Travesti, de Claudia Rodríguez; en contraste con el primer gran show de una baby drag de la escena, Daky, quien no desmereció sino todo lo contrario: dio el salto (literalmente) consagrándose como una realidad del arte en Hidalgo.
Y no todo quedó ahí. O sea que no todo fue tacón y pluma, o sí, pero de otra manera, porque en este festival también hubo espacio para el folklor con la participación del Ballet Folklórico de Pachuca que ofreció una entrañable reinterpretación de la Boda Totonaca, esta vez, protagonizado por dos mujeres. Por su parte, Escamamustia engalanó con su voz de tenor interpretando sones de mariachi que hicieron juego con la única actuación de transformismo en el festival a cargo de Luis Love, con una representación de La Mariposa de Barrio, Jenny Rivera, que sacó el canto entrañado de cada corazón en el público.
Una presentación especial fue la de las cantantes Anahí Ortega e Itzel Solís, quienes le pusieron la letra L al festival, cantando éxitos de Amanda Miguel, Gloria Trevi, Alaska y Mónica Naranjo, con la bandera lésbica por todo lo alto de un teatro que se paró a bailar con ellas. De tal manera, de principio a fin, el Hidaldrag sacó el sol en una noche lluviosa de verano.