«Hay que usar nuestro tiempo para trabajar». Esas fueron las palabras condenatorias del gobernador Julio Menchaca Salazar, ante los pleititos que, en redes sociales, está protagonizado el secretario de la Unidad de Planeación del Ejecutivo, Miguel Ángel Tello Vargas, en contra del presidente estatal del PRI, Marco Antonio Mendoza Bustamante.
Porque el mencionado Tello Vargas ha ocupado su horario laboral para meterse en grillas, aprovechando los bulos salidos del Ayuntamiento de Pachuca sobre un supuesto embargo a la sede estatal del PRI, por un adeudo de más 600 mil pesos de impuesto predial. Y no conforme, el novato funcionario publicó una fotografía aludida a un WhatsApp interno del PRI, donde se aprecia una presunta conversación entre la senadora, Carolina Viggiano Austria con su suplente en el Senado, Geraldina García Gordillo. En ese aparente chato, apunta la dueña de los restos de la franquicia tricolor acerca del titular de la Unidad de Planeación y Prospectiva:»Es un chamaco jugando a hacer política».

Miguel Ángel Tello Vargas es un político treinteañero, licenciado en gestión de alimentos, a quien le llegó la oportunidad de su vida al ser llamado al Gabinete mientras gerenciaba un reconocido restaurante, propiedad de su familia. No existe de él ningún registro periodístico sobre alguna participación en política, mucho menos en el movimiento de Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, al llegar al Ejecutivo, pronto se hizo consejero nacional de Morena e hizo correr la versión de que podría ser capaz de asumir una responsabilidad mayor. Sin embargo, su trayectoria ha estado marcada por escándalos como los que ahora protagoniza frente al priista Mendoza Bustamante. Y antes de eso, acusaciones públicas sobre mandar golpeteo mediático contra sus colegas en la administración; denuncias por maltrato laboral; o qué tal cuando en la 65 Legislatura lo regañaron por intentar menospreciar la labor de las y los diputados. A todo esto, que no es más que un recuento público de su trayectoria, ahora hay que sumarle un regaño, ni más ni menos, que de su jefe, el gobernador Menchaca, quien lo llamó a trabajar con él desde mediados de su campaña por la gubernatura.
Si Miguel Tello realmente quiere crecer en política y, sobre todo, evitar que sea verdad la descripción que supuestamente hace de él la senadora Viggiano Austria, debe hacerle caso al gobernador y mejor dedicarse a trabajar. El dirige un área sumamente sensible de la administración: la responsable de analizar y proponer toda la política pública del Ejecutivo, en un Hidalgo con tanta pobreza y tantas necesidades. Cualquiera imaginaria que esa es una responsabilidad lo suficientemente demandante como para dedicarse a ella de tiempo completo. Pero si continúa perdiendo el tiempo y, sobre todo, si no le ofrece resultados a su jefe, se ve difícil que sus ambiciones prosperen más allá del cargo que hoy detenta.