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viernes, marzo 29, 2024

Opinón: Lectores al Megáfono: Julio Romano Obregón

Pachuca de Soto, Hidalgo, a 12 de diciembre de 2006

Grupo Editorial Mac
Anuar Maccise Dib
Presidente editor

Presente:

Por este conducto me permito informarle sobre mi decisión de separarme del compromiso laboral que me une a la empresa Grupo Mac, mediante el puesto de corrector de estilo del diario El Reloj, por los siguientes motivos:

El día 5 de diciembre del presente año di aviso a la contadora y a los editores del diario El Reloj que me ausentaría de la ciudad de Pachuca por compromisos personales durante tres días, aunados a mi día semanal de descanso (establecido el viernes), para un total de cuatro ausencias, del jueves 7 al domingo 10 de diciembre de 2006.  Al día siguiente, 6 de diciembre, informé al director de El Reloj, Edmundo Pineda, sobre dichas ausencias, puesto que el día anterior no tuve oportunidad de encontrarme con él.  La respuesta de Pineda fue que “ésas no eran maneras de conducirse» y que él daría aviso, no especificó a quién, para entonces actuar según le fuera instruido.

El día de mi regreso, el lunes 11 de diciembre de 2006, al presentarme a trabajar se me dijo que pasara a hablar con la contadora ante quien firmaría un acta administrativa por cada día que me hubiere ausentado, mismas que serían presentadas ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje “para los fines legales que procedieran».  Al ir a mi puesto de trabajo no se me hizo llegar ningún texto para ser corregido, lo que me hizo pensar que quizá mis servicios ya no eran requeridos por el diario El Reloj, motivo por el cual no regresé tras mi hora de comida.  Nadie me informó nada acerca de mi situación laboral.  Ignoro quién pudo haber instruido de tal manera a Edmundo Pineda.

Desde mi incorporación a El Reloj, el 3 de enero de 2006 como reportero cultural y a partir del mes de febrero de este mismo año como corrector de estilo, y hasta concluido el primer tercio del año no tuve un solo día de descanso, al ser yo el único corrector del periódico.  Cuando sucedió mi promoción a corrector de estilo se me dijo que habría un equipo de cómputo para que yo pudiera desempañar mi trabajo, cosa que desde entonces he hecho, primero, a lápiz sobre impresión ya de las notas sueltas, ya de su formación y diseño según habría de ser impreso el diario, para que luego las correcciones fueran transcritas por los editores, y luego en equipos de cómputo en los cuales trabajan editores, diseñadores y reporteros.  Hasta el 11 de diciembre de 2006, el equipo de cómputo para corrección no ha sido proporcionado.

Con la incorporación de un segundo elemento para la corrección de estilo del diario El Reloj, en abril de 2006, y para evitar que la fatiga y el hartazgo afectaran el desempeño de quienes se desenvolverían en esa área, yo propuse verbalmente el establecimiento de un proceso de corrección, propuesta para la que no hubo respuesta.  Así, hubo un período durante el cual comenzaron a ser frecuentes los errores ortográficos y de redacción, a partir del cual se estableció un sistema de descanso entre correctores que permitía evitar el embotamiento en ellos; dicho sistema desapareció cuando la entonces correctora, Edna ÿngeles, comenzó a desempeñarse como reportera, y fue contratada para corrección Verónica ÿngeles luego de más de tres semanas durante las cuales yo fui nuevamente el único corrector del diario El Reloj.  A mí no se me avisó que Edna ÿngeles sería reportera sino hasta el mismo día en que dejó de ser correctora de estilo.  Semanas más tarde volvió el problema de los errores y propuse por segunda vez, también verbalmente, que se implantara un proceso de corrección, tras lo cual recibí una mofa por parte de Edmundo Pineda.

Por estas razones, por habérseme levantado un acta administrativa por ausencias de las cuales yo había dado previo aviso, por estimar desconsiderado e injusto el trato que he recibido luego de que me he desempeñado, a mi parecer, con profesionalismo, dedicación y compromiso en mis labores de corrección de estilo (de lo que pueden dar fe, así como de mi capacidad, editores, diseñadores, reporteros y ex trabajadores del diario El Reloj de cualquier área), luego asimismo de que he atendido de la misma manera peticiones extraordinarias que me ha hecho el mismo Edmundo Pineda, y porque no estoy dispuesto a seguir cubriendo la falta de profesionalismo y capacidad de más del setenta por ciento de quienes trabajan con textos en el periódico y que se me trate de la forma en que se me ha tratado, y por otros motivos que no tiene caso exponer en este espacio, presento mi renuncia al puesto de corrector de estilo del diario El Reloj, efectiva a partir del 13 de diciembre de 2006.

Julio Romano Obregón
Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo

c.c.p. Pedro Edmundo Pineda López, director del diario El Reloj
c.c.p. Angélica Lara, subdirectora editorial diario El Reloj
c.c.p. Ricardo Sánchez Jiménez, editor de deportes diario El Reloj
c.c.p. Ojuky del Rocío Islas Maldonado, editora Socialité diario El Reloj
c.c.p. Rosalba López Perusquía, gerente administrativo diario El Reloj
c.c.p. Oscar Ignacio Muñoz Godínez, jefe de arte y diseño diario El Reloj
c.c.p. Junta Local de Conciliación y Arbitraje
c.c.p. El Sol de Hidalgo
c.c.p. Síntesis Hidalgo
c.c.p. Diario Plaza Juárez
c.c.p. Milenio Hidalgo
c.c.p. Diario De Aquí
c.c.p. Canal 3, Hidalgo Televisión
c.c.p. Tania Meza Escorza, agencia Desde abajo
c.c.p. Luis Alberto Rodríguez, diario Plaza Juárez
c.c.p. Osvaldo Fonseca Aréchiga, Milenio Hidalgo
 

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