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viernes, marzo 29, 2024

Por qué un rotundo sí al cerco a Televisa (y a Tv Azteca)

La toma simbólica de las instalaciones de Televisa Chapultepec por parte del movimiento #YoSoy132 es una acción política que obedece a la necesidad de frenar al poder patriarcal, abusivo y violento que ostenta el consorcio de Emilio Azcárraga Jean y que se ve altamente reflejado en la concentración mediática en nuestro país.

Cerco a Televisa. Foto: La Nueva República

por Raquel Ramírez Salgado

La toma simbólica de las instalaciones de Televisa Chapultepec por parte del movimiento #YoSoy132 es una acción política que obedece a la necesidad de frenar al poder patriarcal, abusivo y violento que ostenta el consorcio de Emilio Azcárraga Jean y que se ve altamente reflejado en la concentración mediática en nuestro país. Pero, ojo, la concentración mediática en México no sólo incluye a Televisa, sino a otros medios, y por eso es de vital importancia reflexionar sobre la manera en la que ésta afecta nuestros derechos humanos.

Desde hace 10 años, la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (AMEDI) ha denunciado que en nuestro país Televisa y TV Azteca acaparan el 88 por ciento de las concesiones de televisión abierta, lo cual se traduce en que ambas televisoras se llevan las mayores ganancias por concepto de espacios publicitarios, por ejemplo, en 2010, la inversión publicitaria en México fue de 57 mil millones de pesos y dado el acaparamiento de la audiencia que hace la televisión, Televisa y TV Azteca se llevaron el 58 por ciento de las ganancias, es decir, 33 mil millones de pesos; el resto de los medios (radio, prensa, revistas, cine, internet) sólo se quedaron con 4 de cada 10 pesos. Con respecto a las cifras anteriores, debemos tomar en cuenta que, incluso, Televisa percibió ganancias por concepto de publicidad a través de sus revistas, ya que Editorial Televisa maneja al menos 200 publicaciones.

Y con respecto a las ganancias por concepto de propaganda electoral y de comunicación social, las televisoras son las más beneficiadas. Según datos de la AMEDI, en 2009 el gobierno federal prodigó 3 mil 891 millones 659 mil pesos en gasto de comunicación social. La televisión acaparó 29.4 por ciento. De este amplio porcentaje, 14.38 por ciento fue para Televisa y 10.5por ciento para TV Azteca.

Pero como la concentración mediática es como un pulpo con tentáculos gigantes, el poder de Televisa y TV Azteca tiene alcances en la telefonía celular, casinos, equipos de futbol, inmuebles, como el Estadio Azteca y la Arena Ciudad de México, la industria musical, bancos (Banco Azteca), venta de motocicletas (Itálika) y de muebles y electrodomésticos (Elektra).

Las huestes mediáticas dirían que eso responde a la “libertad” que existe en nuestro país para hacer negocios, sin embargo, esta concentración trae consecuencias más que negativas:

• No existe pluralidad ni calidad en los contenidos.

• Se reproducen contenidos discriminatorios por razones de género, raza o clase social.

• Principalmente, a través de dichos contenidos se banaliza y legitima la violencia contra las niñas y las mujeres.

• Se publicitan productos “milagro” y chatarra que ponen en riesgo la salud de la ciudadanía.

• Se silencian voces disidentes, se les persigue y criminaliza.

• Las y los periodistas deben trabajar en total de riesgo de muerte. Subrayo que según informes de organizaciones nogubernamentales, la mayoría de ataques contra periodistas son perpetrados por parte de las autoridades, no por parte del crimenorganizado.

• Televisa y TV Azteca han impuesto a sus personeros en el Congreso (telebancada), para asegurar la protección a sus intereses económicos desde las instancias gubernamentales.

• Y justo como ha quedado al descubierto en la presente coyuntura política, y que tempranamente fue denunciado por el periodista Jenaro Villamil y recientemente por el periódico The Guardian, Televisa y Enrique Peña Nieto hicieron negociaciones para imponer al ex candidato priísta como presidente de la República.

Las televisoras violan nuestros derechos humanos más básicos, se entrometen en la vida democrática del país sin recibir castigo alguno por esto, evidentemente en complicidad con el Estado. Por eso, el cerco a Televisa y a TV Azteca es legítimo, necesario, con acciones políticas a distintos niveles, por eso y porque…

Televisa guardó silencio ante las matanzas de estudiantes en 1968 y 1971; porque durante décadas Televisa y TV Azteca han censurado a las críticas al sistema; porque frenan la producción cinematográfica de calidad; porque reproducen una visión estética y moral enajenante; porque no respetan la libertad de culto avalada por la Constitución y realizan programas como La rosa de Guadalupe y A cada quien su santo, que posicionan a la religión católica como la única válida en este país; porque tratan con la punta del pie a sus empleadas y empleados, hasta el punto de acabar con la carrera de actrices y actores que han ejercido su derecho de trabajar donde quieran; porque Televisa y TV Azteca sólo son concesionarias de un bien público, o sea, que es propiedad de todas y todos, y que están explotando descaradamente.

Pronuncio un rotundo SÍ al cerco a Televisa y a TV Azteca, porque no se trata nada más de pagar abonos chiquitos ni de tener el valor o de que nos valga.

raquelramisal17@gmail.com 

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