En 1985, tres mil quinientos mineros pachuqueños salieron desnudos a la calle, en protesta por sus malas condiciones laborales. Aunque sólo media hora después la empresa daba un fallo positivo a sus demandas, la noticia y las fotografías del hecho ya empezaban a dar la vuelta al mundo. El líder de ese movimiento minero falleció la semana anterior, víctima de un paro cardiaco.
Por: Tania Meza Escorza / Desde Abajo
El 24 de mayo de 1985, tres mil quinientos mineros pachuqueños realizaron un paro de labores por mejoras salariales y efectuaron una protesta pública totalmente desnudos, vistiendo sólo sus mínimas herramientas de trabajo. Aunque sólo media hora después la empresa daba un fallo positivo a sus demandas, la noticia y las fotografías del hecho ya se distribuían en los principales medios de comunicación del planeta.
Jaime Guajardo Guasso, o simplemente Guasso, como le conocía el gremio minero, formó parte fundamental de este grupo disidente que, en aquellos años, enfrentó a los líderes corruptos de su sindicato mediante la creación de “Liberación Minera», una agrupación de los trabajadores de las minas que mediante huelgas y protestas públicas consiguió llegar a dirigir la Sección Sindical Uno.
La construcción de la unidad habitacional 11 de julio, el acceso de los mineros al seguro social y considerables aumentos salariales, fueron algunos de los más visibles logros de “Liberación minera». Pero más allá de los beneficios económicos, el arribo a la presidencia sindical de los mineros disidentes permitió que el gremio pachuqueño tuviera una verdadera actividad sindical, ya que las asambleas se convirtieron en espacios reales de discusión y participación plural.
En esos años “Liberación Minera» despertó las simpatías de varios sectores sociales de Hidalgo quienes apoyaron el movimiento minero. Una de las principales acompañantes de ese entonces fue la doctora Irma Eugenia Gutiérrez Mejía, quien incluso realizó trabajo voluntario en los campamentos que los mineros instalaban como forma de protesta. La doctora Gutiérrez Mejía recuerda que “el movimiento democrático de la sección Uno tuvo la capacidad de convocatoria suficiente para entablar relaciones fraternas con organizaciones políticas y sindicales independientes, recibieron visitas y apoyo del Frente Auténtico de Trabajadores, de la organización política Punto Crítico, del Comité de Apoyo de la lucha en el Salvador, de historiadores de la lucha minera como Daniel Molina, fotógrafos de la talla de David Mawaad y Alicia Ahumada, de periodistas dentro de los que por supuesto siempre estuvo presente Miguel Angel Granados Chapa».
Durante el homenaje que este fin de semana se realizó en memoria de Guajardo Guasso, el también activista social Tonatiuh Herrera Gutiérrez, con quien Guasso iniciaba a trabajar por el rescate del deportivo minero, destacó que si bien el movimiento de los trabajadores de las minas tuvo su máximo auge con la protesta de los mineros desnudos, esta lucha mantuvo su fortaleza durante la década de los ochenta, cuando el gremio minero disidente logró mantener el apoyo popular y convocar a movilizaciones callejeras que en Hidalgo, sólo pueden compararse con las de la lucha magisterial que también tuvo lugar aquellos años.
“Lamento mucho su muerte, creo que hubiéramos podido hacer otras cosas en la lucha social. La sociedad pachuqueña pierde una de las mentes más brillantes en el gremio y uno de los corazones más grandes que ha habido en esta ciudad minera» concluyó Herrera Gutiérrez. (Desde Abajo)
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