. Desafortunadamente, la inmensa mayoría de estas candidatas de todos los partidos no posee una conciencia de género, ni tiene presente el gran esfuerzo que muchas mujeres debieron hacer durante años, para que ellas sean hoy elegibles.
Por Tania Meza Escorza/ Desde Abajo
Como su nombre indica, el feminicidio es el asesinato de mujeres. Pero no se refiere a matar a una mujer porque sí, o por algún motivo cualquiera. El feminicidio alude a matar a una mujer por el simple hecho de ser mujer.
Por mencionar dos grandes casos de feminicidio en la historia, puede señalarse la cacería de brujas de la etapa medieval y los años posteriores. En ese tiempo se justificaba el asesinato y tortura de mujeres bajo el argumento de que eran hechiceras buscando hacer el mal, principalmente a las criaturas, cuando en realidad se trataba de mujeres sabias que se negaban a que la educación fuera masculina y clasista, se rehusaban a tener una pareja, formar una familia y vivir sólo para atender a su prole. Algunas de estas mujeres se negaban incluso a la heterosexualidad impuesta.
Así pues, la historia condenó al descrédito a estas pre-feministas sabias, eróticas y liberadas, mediante los argumentos difamatorios de que robaban bebes y hacían el mal.
Otro gran caso de feminicidio es el que en la actualidad se vive en China, país en que las políticas poblacionales permiten tener un solo hijo por pareja. Debido al machismo imperante, las familias prefieren tener un hijo antes que una hija, por lo que, si la criatura nace con sexo femenino, es asesinada de la manera más cruel, para que la pareja tenga la posibilidad de un nuevo embarazo en el que tal vez se logre el tan ansiado varón.
Situaciones feminicidas más cercanas se presentan en Guatemala, en donde los asesinatos de mujeres crecen alarmantemente, en España, en donde las muertes de esposas a manos de sus esposos son reiteradas y en México, con las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez.
El término feminicidio que hoy se usa mundialmente, fue acuñado por la científica social mexicana, Marcela Lagarde y de los Ríos, quien fue diputada federal en la legislatura pasada y consiguió realizar las negociaciones necesarias para que el Congreso de la Unión aprobara la creación de la Comisión Especial del Feminicidio.
De esta manera, Lagarde y su equipo documentaron los asesinatos de mujeres no sólo en Chihuahua, sino en todo el país. El impecable trabajo de investigación consiguió que uno de los cinco centros de estudio existentes en la Cámara, fuera el de Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género. Los resultados fueron tan contundentes e inobjetables, que el archivo creado por Marcela Lagarde pasó a estar bajo protección de la Universidad Nacional Autónoma de México.
En las próximas elecciones para renovar a nuestro congreso local, la ciudadanía hidalguense podrá votar un gran número de candidatas, quienes mayoritariamente han llegado hasta las boletas electorales debido a las cuotas de género en los partidos. Si bien este sistema de cuotas no es el más equitativo, sí lo es cuando de otra manera les sería casi imposible a las mujeres acceder a los espacios de poder,
Desafortunadamente, la inmensa mayoría de estas candidatas de todos los partidos no posee una conciencia de género, ni tiene presente el gran esfuerzo que muchas mujeres debieron hacer durante años, para que ellas sean hoy elegibles.
Aún así, convendría que las candidatas, suplentes en su mayoría, tuvieran en cuenta el esfuerzo que hicieron las diputadas de la actual legislatura para la aprobación de la Ley Estatal de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la cual, no obstante, salió sin presupuesto y sin instituto de investigación que pudiese integrar el archivo estatal de feminicidio, como sí tiene la Ley general en esa materia.
Ojalá las pocas candidatas titulares que logren llegar, muestren un poco de sororidad con las mujeres que sufren violencia y, más aún, con las que pagaron con su vida el hecho de ser mujeres.
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