. …¿Cómo empecé?, pues con las ganas de platicar de música. A los 18 años me atreví a ir a una revista que se que llamaba “México Canta”, y decirles que yo quería escribir. Ahí empecé a hablar de nuevo canto, de música folklórica y un poquito de jazz, no me dejaban escribir rock porque en ese entonces ya existían otras personas que lo hacían muy bien, así que yo le tuve que dar a otros géneros.
Por Jesús Ángeles / Desde Abajo
Hace un par de meses, Antonio Malacara presentó su libro “Modelo para armar” en la ciudad de Pachuca. Fue una noche mágica en aquel lugar, en el Centro Cultural Universitario. Pocas veces en esta ciudad tenemos jazz literario y musical. Fue una noche especial para todos los que estuvimos presentes en el lugar. Se platico del maestro Calatayud, se escucho música de Ituarte y, todos alimentamos nuestra alma. Ahí platique un rato con el escritor Malacara, el cual me dio una pequeña cátedra del jazz mexicano.
…¿Cómo empecé?, pues con las ganas de platicar de música. A los 18 años me atreví a ir a una revista que se que llamaba “México Canta”, y decirles que yo quería escribir. Ahí empecé a hablar de nuevo canto, de música folklórica y un poquito de jazz, no me dejaban escribir rock porque en ese entonces ya existían otras personas que lo hacían muy bien, así que yo le tuve que dar a otros géneros.
Con el tiempo ya escribí en otras revistas de rock, pero escribía jazz, además que en ese entonces no había revistas de este genero, hasta que Sergio Monzalvo las inventó. Sergio se fue a vivir un día a Holanda de la desesperación de que no había condiciones para escribir de jazz en México, que por cierto, le escribí y le dije que fue un pendejo, porque ya se puede escribir de jazz aquí. En México, si te das el lujo de vivir como pobre, puedes vivir de escribir sobre jazz, y pues, Sergio no lo lograba, y se fue desesperado y decepcionado a otro país.
Pera las cosas han cambiado, de hecho, Juan José Oliver afirma que la época de oro del jazz mexicano no fue en los años 50, ni en los 60, sino en esta época, porque ha crecido cuantitativa y cualitativamente, de lo cual estoy totalmente de acuerdo.
Los mexicanos ignoramos nuestra propia historia, nuestra propia madre, en pocas palabras, somos una bola de desmadrados, porque no conocemos nuestra riqueza musical a nivel jazzistico. Hector Jalal “El árabe”, ha sido uno de los mejores jazzistas en nuestro país, era arreglista de la orquesta de Luís Arcaraz, y fue el único que grabo un LP con Chico O’farril en México; sin embarbo, nadie, o casi nadie, habla o conoce de él. Es curioso, pero los mexicanos están presentes en el jazz, aun antes del nacimiento de este genero, pero aun así no esta escrita esta bitácora.
En la actualidad la mayoría del jazz mexicano se encuentra en el Distrito Federal. Pero fuera de ahí, en San Luís Potosí, esta Jorge Martínez Zapata, un señor de 70 años que nunca ha querido salir de su Estado, solo una temporada estuvo dando clases en la Escuela Nacional de Música en el DF, pero se regresó a San Luís y, son sensacionales sus propuestas. Por ahí hay dos discos de este artista, pero son verdaderamente muy difíciles de conseguir.
También estoy maravillado con lo que hace un grupo de jazz de Oaxaca, en donde comienzan tocando las armonías mixtecas, para improvisar con código jazzisticos, y después se van al revés. Cuando los escuché, me pareció algo sensacional. Pero esto es solo un ejemplo porque, en realidad en todo el país, como en Baja California y jalapa, hay un jazz de primera calidad, porque en México se están fabricando nuevos códigos de jazz y, te aseguro que no tarda esta escuela en hacer ruido a en el mundo. Porque si algo debemos de aceptar, es que a nivel mundial, el jazz mexicano no existe, es prácticamente invisible.
Claro, con esto tampoco digo que no halla jazzistas en el ámbito internacional, ya que el baterista base de Pat Metheny, es un mexicano, y se llama Antonio Sánchez. Ante el sello Down Beat, que es como la Biblia actual del jazz, hacen constar que este baterista mexicano ha recibido más aplausos en Alemania o Suecia que el propio Metheny, lo cual, a Pat Metheny le da mucho gusto, porque presume de tener a uno de los mejores bateristas de jazz del mundo pero, después de Antonio Sánchez, el jazz mexicano a nivel mundial es prácticamente invisible…
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