. … significaría el apuntalamiento del ultraconservadurismo en la entidad, obviando que, Ludlow siendo alcalde, la puerta de Hidalgo estaría abierta al panismo más recalcitrante. El mismo candidato lo ha subrayado así: “Con Pachuca, el PAN se juega todo un proyecto político para Hidalgo” y a eso mismo le apuesta el Gobierno Federal hacia el 2011, año en el que serán las elecciones a gobernador
Por Luis Alberto Rodríguez / Desde Abajo
El nueve de noviembre, Daniel Ludlow Kuri ganará las elecciones a la presidencia municipal de Pachuca, si es que al PRIato local no le gana el filón autoritario y comete fraude en su contra.
Y si, al final, el panista resulta ser alcalde ¿qué? ¿Qué probable escenario se pintaría en la capital del Estado y en la entidad misma, si por segunda ocasión, la Casa Rule queda en manos del PAN?
El clima político en el estado de Hidalgo se encendería. Porque no bastará a los objetivos políticos del PRI si éste recuperara antiguos bastiones como Ixmiquilpan, Tulancingo o Huejutla, pero llegara a perder Pachuca. De ocurrir así, recapitularíamos la guerra sucia de la estructura tricolor en la ciudad en contra de una administración en manos de otro partido político, no importando si las dos anteriores fueran las peores de la última década. Eso sería lo primero que experimentaríamos. Y una inexorable paradoja al margen: Daniel Ludlow padecería, en su propio jugo, la violencia social y política del partido de Estado en su contra, como él mismo la orquestara desde las filas del PRI de 1999 a 2003 contra José Antonio Tellería, primer alcalde panista.
Al interior del PAN –y más aún, los telleristas de ralea, panistas y no panistas-, no esconderían la sátira en contra de Ludlow Kuri y la confirmación de la conseja popular “No escupas al cielo…..” ¿Tendría conciencia el ex director murilista de Turismo de que la historia es la más grande ironía?
Ahí veríamos a los Del Arenal, Castrejón, Martín y múltiples alfiles tricolores, apostados en la línea de fuego ante Daniel Ludlow Kuri, flamante sucesor de Tellería Beltrán.
Aún con ello, el ex priísta encabezaría una administración municipal diferente. Como en 1999, nutridos sectores de la sociedad pachuqueña se sentirían plenamente identificados con su alcalde, basados en la burda satisfacción de sacar al PRI de la alcaldía. Ludlow Kuri llegaría la legitimidad necesaria, representando los anhelos de “cambio” de decenas de miles de capitalinos.
Al mismo tiempo, con la llegada del PAN a la Casa Rule, la Sosa Nostra cobraría nuevos bríos y el poder tras la alcaldía estaría inundado por los afanes de Gerardo Sosa Castelán y su aliado, el senador del PRD, José Guadarrama Márquez. Esto es claro: El triunfo de Daniel Ludlow sería también el triunfo de dos de los más grandes delincuentes políticos de Hidalgo.
También significaría el apuntalamiento del ultraconservadurismo en la entidad, obviando que, Ludlow siendo alcalde, la puerta de Hidalgo estaría abierta al panismo más recalcitrante. El mismo candidato lo ha subrayado así: “Con Pachuca, el PAN se juega todo un proyecto político para Hidalgo” y a eso mismo le apuesta el Gobierno Federal hacia el 2011, año en el que serán las elecciones a gobernador.
De esta manera, advertiríamos la llegada a la ciudad de corporaciones plenamente ligadas a la oligarquía nacional. El conducto federal hacia Pachuca, no pasaría entre las manos del Gobierno de Estado, en lo que respecta a permisos de construcción o uso de suelo, facilitando el avance del saqueo nacional hacia tierras hidalguenses.
Sus políticas represoras serían calcadas a ultranza. Como nunca antes, veríamos circular por las principales avenidas los vehículos de la Policía Federal Preventiva o del Ejército Mexicano, si es que existiera “contingencia social”, en estos tiempos de crisis. El mismo Ludlow lo ha advertido así.
Por lo demás, es cuestión de esperar si el panista cumpliría sus promesas de desarrollo para los barrios y colonias pobres de Pachuca, o si, como sus homólogos en otras ciudades, sólo reeditarían el autoritarismo bajo el disfraz del Oportunidades. Todos esto, si no es que el PRIato decide otra cosa.
