. Después de la fenomenal derrota electoral sufrida por la socialdemocracia, parece que las cosas van a continuar igual. Sin cambiar programas, estatutos o estrategias, las llamadas “tribus”, los gobernadores, “los guías espirituales” quizá se pongan de acuerdo para continuar por la misma ruta. ¿Pensarían que pondrían en peligro la unidad del partido electoral si se analizan los problemas ideológicos a fondo?
Por Pedro Echeverría V. / Desde Abajo
1. Dos acontecimientos políticos importantes de la semana han sido: a) que el asesino presidente Álvaro Uribe de Colombia haya ordenado a la INTERPOL la captura de la estudiante mexicana Lucía Morett mediante la falsa acusación de “terrorista” y b) que con una izquierda social y una centro izquierda (PRD, PT,) súper dividida y débil, las luchas sociales y los participantes de esas luchas en México están expuestos más fácilmente a la represión, encarcelamientos y asesinatos por la clase dominante. Cualquiera de esas represivas acciones de los gobernantes y empresarios (así como la petición de extradición de la estudiante Lucía, el encarcelamiento de los campesinos de Atenco y las persecuciones a los dirigentes de la APPO) no se pondrían en práctica si tuviéramos un gran movimiento de masas en el país.
2. El dictador colombiano Uribe no tiene la menor calidad moral para reclamar la aprehensión de Lucía (la luchadora social de izquierda) porque durante siete años ese gobernante, mediante el Plan Colombia firmado entre EEUU y el gobierno de Pastrana que lo antecedió, ha sido un gran asesino de campesinos. ¿Puede olvidarse acaso que ese Plan –como el Plan México o Iniciativa Mérida- se hizo con el pretexto de combatir al narcotráfico pero que en la realidad ha servido para perseguir a los guerrilleros agrupados en las FARC? En lugar de pedir la aprehensión de la estudiante lo que debería pedirse por los pueblos americanos es un juicio internacional contra el presidente Uribe por los permanentes bombardeos que su gobierno ha lanzado en las montañas de aquel país ejecutando a cientos de familias campesinas.
3. Lo que sucede es que Uribe, así como el presidente de facto Calderón y el gobierno peruano de Alan García, han sido piezas muy importantes de los gobierno de Bush, hoy de Obama, porque representan sumisamente los intereses norteamericanos en América Latina. Con base en ello Uribe se ha comportado como dueño y señor de Colombia e impone con todo despotismo sus políticas. Con esa fuerza está exigiendo la aprehensión de Lucía porque cuando ordenó bombardear un campamento guerrilleros en la frontera con Ecuador asesinó a cuatro estudiantes mexicanos, hirió a Lucía (quienes habían realizado un viaje de investigación sociopolítica) y luego los acusó de guerrilleros. ¿Puede acaso aceptarse mayor cinismo de un personaje que asesina a miles de campesinos con el pretexto de que son guerrilleros o terroristas?
4. Pero un problema importante ligado a lo anterior es repensar en esas posiciones políticas que hemos llamado izquierda y centroizquierda en México. Ambas corrientes están divididas y subdivididas en la mayoría de los casos más por diferencias personales que por posiciones políticas. La izquierda ha estado muy comprometida con las luchas sociales y no les han faltado grandes y esperanzadoras “reuniones unitarias” que a los pocos meses terminan dividiéndose o por lo menos debilitándose por problemas de liderazgo o por intereses gremiales. Los electricista del SME, los telefonistas, los trabajadores del IMSS, así como los trabajadores de la UNAM y otros organismos sindicales, no han podido dar batallas conjuntas porque siempre la clase gobernante ha encontrado algunas formas para tenerlos divididos y hasta enfrentados.
5. La APPO, conformada por la poderosa sección sindical de la CNTE y por decenas de organismos de carácter popular de Oaxaca, que desde hace tres años ha sido la vanguardia del movimiento social en el país, ha sido fuertemente perseguida por el gobierno y decenas de sus dirigentes han sido encarcelados y asesinados por los gobiernos del PRI y del PAN encabezados por Ulises Ruiz, Vicente Foz y Felipe Calderón. Aunque es el movimiento más unitario no ha contado con los apoyos externos de la República que tanto ha necesitado. El PRD, como partido electorero, en vez de apoyar a la APPO, se ha comportado como aliado del PRI y del PAN en Oaxaca. Pero tampoco la secretaría de Gobernación ha dejado de intervenir para dividir a la APPO y al mismo tiempo para perseguir a sus dirigentes más radicalizados.
6. El movimiento zapatista encabezado por el EZLN, aunque sigue manteniendo posiciones no electoreras y anticapitalistas, desde 2001 parece estancado. Fuera de las experiencias que desarrolla internamente con sus Caracoles y en varias actividades valiosas que realizan en algunas poblaciones aisladas, así como del recorrido que realizaron con “La Otra Campaña”, no se conoce más que por Internet, quizá porque existe un gran bloqueo de la prensa comercial. Probablemente considere el EZLN que existe una baja coyuntura porque la población está decepcionada de la política o porque quizá la estrategia de intervención no la quisieran dar a conocer. De todas maneras la coyuntura creada por los pésimos gobiernos panistas, del desempleo, la miseria y la crisis económicas, no han sido aprovechadas por el EZLN.
7. La socialdemocracia o centro/izquierda representada al parecer en estos momentos por los partidos PRD, PT, Convergencia y el PSD –aplastados en las pasadas elecciones por el PRI- no saben qué hacer; la realidad es que resulta difícil trazar una estrategia electoral ante el enorme oportunismo que por todos lados salen. El 12 por ciento de votos para PRD y el 6 por ciento para PT y Convergencia sirven para nada frente a un poderoso PRI y sus aliados el PAN/Verde/medios de información, que pueden hacer lo que les venga en gana. La realidad es que esta corriente socialdemócrata que sólo es electoral, que sólo busca cargos y ser una fuerza de presión para que se realicen algunas reformas, fácilmente podría llegar a acuerdo para unificarse. ¿Para qué pedir la renuncia de Jesús Ortega a la presidencia del PRD o la expulsión de López Obrador?
8. Después de la fenomenal derrota electoral sufrida por la socialdemocracia, parece que las cosas van a continuar igual. Sin cambiar programas, estatutos o estrategias, las llamadas “tribus”, los gobernadores, “los guías espirituales” quizá se pongan de acuerdo para continuar por la misma ruta. ¿Pensarían que pondrían en peligro la unidad del partido electoral si se analizan los problemas ideológicos a fondo? De todas maneras si ese centro izquierda electoral no discute con seriedad sus problemas, si no se da una salida inteligente a sus diferencias, lo seguro es que en un año estarán otra vez confrontándose. Aunque en estos últimos seis meses el PRD sufrió un enorme desprestigio, porque llegó a comparársele con el PRI y el PAN, quizá impulsando una estrategia movilizadora pueda recuperar algo de lo mucho que perdió.