por Pablo Vargas González / Desde Abajo
Solo recientemente se está entendiendo la importancia de la educación ciudadana. No obstante los procesos de transición para dejar atrás al régimen autoritario y de pasar a una situación de participación ciudadana, estamos en un punto crucial de estancamiento puesto que ante la inseguridad, la pobreza y la violencia social e institucional, de género, e intrafamiliar son obstáculos a la democratización del país.
En medio de un proceso electoral de gran importancia para el estado de Hidalgo, la educación cívica es fundamental. En ello deben contribuir los actores políticos para desarrollar una elección ejemplar: gobierno, partidos y candidatos deben poner su grano de arena para genera condiciones de participación legal, social y culturalmente.
Es de resaltar en estos momentos, para las doce entidades que renuevan poderes locales, el “Encuentro Nacional de Educación cívica” organizado por el Instituto Federal electoral (IFE), donde se presentó el26 de abril, lineamientos de estrategia de educación cívica para materializar una democracia sustantiva.
Dentro de las estrategia se plantea: que los proyectos de educación cívica que lleve a cabo el IFE deben constituir un instrumento para disminuir el déficit de ciudadanía y fomentar una democracia sustantiva en México, pues sólo de esta manera se podrá lograr que el poder se distribuya, se regule socialmente y las decisiones públicas sean incluyentes. La educación cívica será el mecanismo para que el IFE se acerque permanentemente a los ciudadanos.
El programa debe analizar por qué las personas no se aproximan a las instituciones y no encuentran cabida para sus problemas cotidianos y su desarrollo; así como determinar cuáles son las tareas que el IFE debe desarrollar en educación cívica para los próximos años. Lo cual no será una tarea difícil de lograr, puesto que los problemas de falta de participación a causa de un fuerte autoritarismo están a la vista de todos.
El encuentro será el espacio para que representantes de diversos sectores sociales compartan experiencias, problemáticas, estrategias de trabajo y expectativas sobre el tema de los procesos de formación de ciudadanía; sus resultados se concentrarán en un documento que integre tanto las propuestas de los miembros del Instituto como de los actores externos, a fin de ser utilizado como insumo para el diseño de la nueva estrategia de Educación Cívica del IFE.
En el panel inaugural, Desafío de la Educación Cívica y los procesos de formación de ciudadanía para el fortalecimiento de la democracia en México, se comentó que el éxito de los programas del Instituto en materia de educación cívica se reflejarán en el ejercicio cotidiano de las competencias cívicas de los ciudadanos, en su participación en reuniones comunitarias, ejidales, vecinales y municipales, así como en la exigencia de la rendición de cuentas de los servidores públicos, en particular de aquellos electos mediante el sufragio.
La educación cívica debe ser vista como un proceso formativo sin colores partidistas, ni influencias gubernamentales, debe propiciar la participación de los mexicanos en los asuntos públicos con espíritu democrático y sus beneficios se manifestarán en las actitudes cotidianas de los ciudadanos.
Quién puso el “ dedo en la llaga” fue el ex presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) y, Emilio Álvarez Icaza, al considerar que el debate actual en materia de educación cívica debe de ser cómo pasar de una democracia de electores a una democracia de ciudadanos y ciudadanas.
Es cierto, lademocracia requiere contar con sujetos activos y no pasivos que esperen concesiones del gobierno a cambio de su voto y que tengan la condición para hacer valer sus derechos. Se está pensando, entonces, en sujetos formados, pero también informados, que puedan generar mecanismos de debate en lo público y que puedan ejercer la transparencia y rendición de cuentas, en ese sentido, indicó se debe trabajar en materia de educación pública.
