400 mil hidalguenses votaron libre y conscientemente por Xóchitl Gálvez Ruíz. En promedio, 20 mil más lo hicieron por Francisco Olvera Ruíz, pero de forma generalmente violenta, bajo amenazas, sobre compra y coacción; en resumen, los votos opositores son legales, mientras que los del PRI ilegales, maniatados por el poder corruptor del Gobierno del Estado. Además, se debe tomar en cuenta que el gobernador Miguel Osorio Chong vía su procurador, José Alberto Rodríguez Calderón, intentaron judicializar la jornada mediante el asalto policiaco a la casa de información y logística de la coalición Hidalgo Nos Une, con el objetivo de medrar la capacidad logística-electoral de Gálvez así como lo intentaron tres semanas antes en las oficinas de gestión de la diputada Gloria Romero. Lo ocurrido en Hidalgo fue una Elección de Estado en todas sus formas y arroja pruebas suficientes para que los tribunales echen abajo la trampa priista. Mientras tanto, un gran bloque de oposición se ha conformado en la entidad con Pachuca como centro, donde las y los hidalguenses han dado la espalda a quien busca ser gobernador mediante por berrinche.
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