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viernes, julio 26, 2024

Científico mexicano gana el Príncipe de Asturias

Junto con el neurocientífico mexicano Arturo Álvarez-Buylla también fueron galardonados el estadounidense Joseph Altman y el ítalo-ucraniano Rizzolatti. El mexicano fue reconocido por el descubrimiento de la regeneración de neuronas en cerebros adultos, un proceso conocido como neurogénesis, y el de las neuronas espejo, informó el diario Reforma.

Por Alejandra Barrios

Arturo Álvarez Bullya. Foto: Especial

Ciudad de México (Reforma.com).- México puede convertirse en un exportador e importador de talento científico, aseguró en entrevista con REFORMA el científico mexicano Arturo Álvarez-Buylla, galardonado ayer con el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2011.

Álvarez-Buylla, junto con el estadounidense Joseph Altman y el ítalo-ucraniano Giacomo Rizzolatti, fue reconocido por el descubrimiento de la regeneración de neuronas en cerebros adultos, un proceso conocido como neurogénesis, y el de las neuronas espejo.

«En vez de estar pensando en detener la fuga de cerebros, México debe pensar, quizá, en desaparecer ese nacionalismo falso de que el investigador tiene que ser mexicano y aprovechar la cercanía que tiene a este mundo tan fuerte en la ciencia que es Estados Unidos y hacer más fluida la interacción científica entre los dos países.

«(Tenemos que) Aprovechar más las interacciones que muchas veces estimulan los nuevos descubrimientos que hay en Estados Unidos, que está deseoso de ayudar a Latinoamérica. Creo que es una oportunidad que debe aprovechar México», indicó.

Agregó que el País también puede convertirse en un exportador e importador de talento, imitando lo que intentan hacer naciones como Singapur, Arabia Saudita, Japón, Corea y Estados Unidos.

«El mundo de la ciencia es internacional y México tiene la posibilidad de atraer a gente para que trabaje en el País».

El mexicano dijo que el galardón, que consta de 50 mil euros y una escultura de Joan Miró, es un reconocimiento a algo que inició desde niño, cuando comenzó su inquietud por saber cómo funcionan las cosas.

«De chico desarmaba motores, y ahora en realidad estoy desarmando cosas más complicadas como el cerebro. La ciencia para mí es ese reto de abrir el mundo del conocimiento, abrirlo como una esfera. Los humanos estamos adentro, muy pequeñitos, tratando de hacerla más grande», aseveró Álvarez-Buylla.

El Jurado, presidido por Enrique Moreno González, reconoció el trabajo del investigador con células madre, específicamente aquellas llamadas astrocitos, por su forma de estrella, de las cuales se pensaba eran células muy especializadas del cerebro, y ahora resulta que algunas de ellas pueden regenerarse.

«A mí me apasiona el proceso por el cual una neurona se puede formar en un cerebro ya integrado, y ‘caminar’ por él, ir a las zonas donde necesita funcionar e integrarse a los circuitos para contribuir con el buen funcionamiento», dijo.

El estudio del reemplazo neuronal puede impulsar al desarrollo de tratamientos para aquellos pacientes que han perdido neuronas con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el mal de Parkinson, entre otras.

«En algún momento podremos llegar con nuevas células y reemplazar algunas de ellas que se han muerto para crear un equilibrio nuevo y que el paciente tenga un mejor nivel de vida».

Cuando se enteró de que había ganado el Premio, dice el mexicano, pensó en su padre, Ramón Álvarez Buylla, originario de España, un republicano que fue exiliado a la entonces URSS en 1946 y quien llegó al año siguiente a México.

Al igual que su progenitor, aunque por otras razones, el galardonado tuvo que dejar el País, después de concluir en la UNAM sus estudios en Biomédicas para irse a la Universidad de California, San Francisco, donde se especializó en la neurogénesis de los mamíferos adultos, el ensamblaje del cerebro, los tumores cerebrales, su curación, la ontogenia, así como la filogenía del comportamiento.

Arturo Álvarez-Buylla expresó emocionado su agradecimiento a la Fundación Príncipe de Asturias al conocer la noticia de que fue premiado.

«Es para mí un gran honor el que nuestro trabajo, que apenas considero empieza a desenredar los secretos de cómo se forman las nuevas células nerviosas en el cerebro adulto, haya recibido este gran reconocimiento», declaró.

El científico dijo que sus primeros pensamientos tras la concesión del premio también fueron sobre sus maestros, colaboradores y sobre todo estudiantes que han hecho posible el espacio de colaboración y descubrimientos.

Té para tres

Junto con el investigador mexicano Arturo Álvarez-Buylla también fueron galardonados con el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2011 el estadounidense Joseph Altman y el ítalo-ucraniano Giacomo Rizzolatti, según hizo público ayer el Jurado en la ciudad de Oviedo, Asturias, en España.

El mérito concreto que reconoce el Jurado del Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica a Joseph Altman es haber descubierto la neurogénesis en mamíferos adultos en los años 60, sugiriendo que las nuevas neuronas desempeñan un papel crucial en los procesos de la memoria y el aprendizaje, trabajo que apoya el concepto de plasticidad cerebral.

En cuanto a Arturo Álvarez-Buylla, es haber identificado los mecanismos fundamentales inherentes a la neurogénesis y las células gliales como progenitoras de nuevas neuronas, así como la migración en cadena de estas últimas a diferentes zonas del cerebro, abriendo nuevas pistas sobre el origen de los tumores cerebrales.

Los descubrimientos de estos tres investigadores, resaltó el acta del fallo, se encuentran entre los hallazgos más importantes de la neurobiología, cambiando nuestra forma de entender el cerebro y abriendo nuevos caminos para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas.

Con información de Carlos Rubio/Corresponsal

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