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sábado, octubre 5, 2024

A duras penas

En pleno periodo vacacional dieron inicio las campañas electorales y después de tantas trampas, por parte de los partidos políticos, para evadir el cumplimiento de las cuotas de género, que a duras penas se cumplió gracias con el jalón de orejas de parte del IFE.

Esto no ha sido gratuito, la lucha de las mujeres por ejercer nuestro derecho a votar y ser votada ha durado cientos de años y por lo que se ve todavía es largo el camino por recorrer, ya es difícil eliminar el medievo introyectado en la mente de los varones, que afloró cuando la autoridad electoral presionó a sus partidos políticos y coaliciones a cumplir con lo estipulado en la legislación federal: “De la totalidad de solicitudes de registro, tanto de las candidaturas a diputados como de senadores que presenten los partidos políticos o las coaliciones ante el Instituto Federal Electoral, deberán integrarse con al menos el cuarenta por ciento de candidatos propietarios de un mismo género, procurando llegar a la paridad” (COFIPE, Art. 219). ¡Claro que la parte final de este artículo los partidos políticos ni la ven ni la oyen! Paridad, sí como no, pero para el año 3000.

Así, hubo argumentos del PRI y del PAN tan absurdos, como que no habían cumplido con la cuota de género “por falta o ausencia de solicitud de participación” o que no estaban obligados “a lo imposible ni a postular candidatas en aquellos distritos o elecciones donde no exista interés manifiesto” de parte de las mujeres. Yo creo que por eso ajustaron sus candidaturas con hermanas, esposas o hijas de las dirigencias o de quienes ostentan algún cargo público, ya que al parecer no existen mujeres militantes.

De verdad no me explico cómo los partidos políticos, las coaliciones y sus ahora candidatas y candidatos pretenden convencer al electorado con sus promesas de campaña, y sobre todo cómo van a cumplir con dichas promesas si es que el voto da la ciudadanía les favorece, cuando fueron obligados a cumplir con algo tan elemental como son las cuotas de género. No se puede elegir cuáles leyes se cumplen y cuáles no. La legislación no es discrecional ni se debe torcer para alcanzar sus ambiciones personales o de grupo.

Por cierto el PRI en Hidalgo es el único partido político que las dos fórmulas para la Senaduría están encabezadas por varones, y sólo lleva a una mujer como suplente. En los demás partidos y la Coalición Movimiento Progresista, una fórmula la encabeza un hombre y la otra la encabeza una mujer.

Otro dato adicional en Hidalgo, a excepción de Xóchitl Gálvez, quienes encabezan las candidaturas para la Senaduría por el PRI, el PAN y la Coalición Movimiento Progresista han ocupado al menos una diputación federal. Sería bueno conocer su participación en dicho cargo: sus asistencias, sus iniciativas, sus votaciones, quiénes concluyeron su periodo, quiénes solicitaron licencia para andar de chapulín, buscando otro cargo.

Lo mismo habría que revisar en el caso de quienes aspiran a una diputación federal, ya que no se vale que, además de lo que cuesta una elección y lo que cuesta salarialmente mantener una diputación o una senaduría, se den el lujo de dejar botado el cargo, por otro que se ajuste mejor sus ambiciones políticas, dejando de lado sus compromisos con la ciudadanía.

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