Miles de trabajadores en todo el sur de Europa protestaron el martes contra los recortes en los servicios públicos dentro de las manifestaciones anuales del Primero de Mayo, días antes de celebrarse las elecciones en Grecia y Francia, donde se espera que los votantes castiguen a los líderes por la austeridad.
Miles de trabajadores en todo el sur de Europa protestaron el martes contra los recortes en los servicios públicos dentro de las manifestaciones anuales del Primero de Mayo, días antes de celebrarse las elecciones en Grecia y Francia, donde se espera que los votantes castiguen a los líderes por la austeridad.
Los sindicatos en Grecia, España, Portugal y Francia pretenden utilizar las marchas tradicionales para expresar su profundo malestar por los planes de austeridad que recorren la zona euro, destinados a recortar las finanzas públicas pero criticados por llevar a los países a una recesión más profunda.
Los manifestantes italianos se enfrentaron brevemente con la policía antidisturbios en Turín y miles marcharon en la ciudad central de Rieti para escuchar a los líderes de los tres principales sindicatos del país que denuncian las reformas del primer ministro Mario Monti.
En Madrid, decenas de miles se dirigieron bajo la lluvia a la plaza principal agitando signos de oposición a los recortes del Gobierno mientras en Atenas cerca de 5.000 trabajadores, pensionados y estudiantes marcharon con pancartas donde se leía «Revuelta ahora» e «Impuestos a los ricos».
Grecia votará el domingo en unas elecciones parlamentarias que amenazan con descarrillar un rescate internacional para mantener al país a flote mediante un castigo a los partidos que apoyaron a el plan de austeridad.
«Nuestro mensaje será más fuerte el domingo», dijo María Drakaki, de 45 años, un trabajadora del sector público cuyo salario fue reducido.
«No hay forma de que el domingo yo vote por uno de los dos grandes partidos», agregó.
En Francia, el presidente Nicolas Sarkozy competirá con los sindicatos para atraer el mayor número de público el Primero de Mayo, esperando acaparar la máxima atención mediática en su marcha anual por las calles de París antes de la segunda ronda de las elecciones presidenciales del domingo.
Los votantes franceses parecen dispuestos a elegir políticas que favorecen el crecimiento económico por sobre la austeridad con el socialista Francois Hollande, quien está por encima de Sarkozy en las encuestas.
La líder de extrema derecha Marine Le Pen, cuyos partidarios son claves para el resultado, dijo el martes en la manifestación anual de su partido que emitirá un voto en blanco.
DESESPERACION
Las manifestaciones y huelgas se desarrollan en un contexto de creciente frustración hacia las medidas de austeridad que los miembros del norte de la zona euro, más conservadores fiscalmente, dicen que son necesarias para reducir los déficits públicos para situarlos en línea con los límites de la Unión Europea y poner fin a la crisis de la deuda.
El desempleo se ha disparado y los préstamos impagos están en aumento. En Italia hay frecuentes informes de suicidios cuando las personas pierden sus empleos o sus negocios fallan.
Un grupo de extrema derecha en la región norteña de Emilia-Romagna cubrió varios cementerios de carteles donde se leía «Feliz Primero de Mayo, a los trabajadores que se suicidaron».
Los manifestantes en Turín gritaban al alcalde de la localidad cuando estaba dirigiendo un desfile, acusándolo de no hacer lo suficiente para crear puestos de trabajo en la ciudad que es el hogar del gigante automovilístico italiano FIAT.
En Portugal, los dos sindicatos mayoritarios esperan que decenas de miles de trabajadores se unan a las manifestaciones en la capital de Lisboa y otras grandes ciudades del país.
El sindicato CGTP, con 700.000 miembros y que se negó a firmar un pacto sobre las reformas laborales exigidas en el paquete de rescate de 78.000 millones aprobado por la Unión Europea y el FMI a principios de año, celebrará su marcha bajo el lema: «Contra la explotación y el empobrecimiento, por una política de cambio».
El sindicato UGT, que había firmado el pacto con el Gobierno portugués, sacó a sus seguidores a las calles para exigir «Crecimiento y Empleos, y Justicia Social».
Portugal está llevando a cabo duras medidas de austeridad, que han profundizado su recesión y han impulsado el desempleo a su máximo nivel con aproximadamente un 15 por ciento.
La tasa de desempleo en España subió a cerca de un 25 por ciento en el primer trimestre, más del doble que el promedio de la Unión Europea, mientras la economía se hunde en la recesión. Algunos economistas, incluyendo a los del Fondo Monetario Internacional, han cuestionado si los profundos recortes deben hacerse a expensas del crecimiento.
POBRES MAS POBRES
En Grecia, las reiteradas rondas de recortes han reducido los salarios y las pensiones y han profundizado una recesión que está ahora en su quinto año.
Los salarios del sector privado perdieron una cuarta parte el año pasado, mientras que el paro ha alcanzado un récord del 21 por ciento. Un joven de cada dos no tiene trabajo en Grecia.
«Estos políticos no nos pueden ayudar. No tienen nada nuevo que decirnos. Aprobaron el paquete de austeridad y el rescate. Les estamos dando la espalda», dijo Dina Bitsi, de 58 años, una jubilada con dos hijos en paro.
Se espera que los dos principales partidos del país, el socialista PASOK y el conservador Nueva Democracia, a duras penas consigan el apoyo suficiente para renovar su plan de rescate a favor de la coalición, que los analistas ven como la única opción viable para llevar a cabo las reformas que necesita Grecia para seguir en la zona euro.
Gran parte del apoyo del que disfrutaban las dos formaciones, que han dirigido Grecia durante décadas, se ha pasado ahora a partidos más pequeños antirescate que han sabido canalizar el creciente descontento ciudadano por los recortes.
Un resultado electoral no concluyente podría frustrar las políticas de reformas y austeridad que Atenas ha aceptado implementar a cambio de un rescate de 130.000 millones de euros para salvar al país de la bancarrota.
Los prestamistas de Grecia dijeron que si el país no puede adherirse a las reformas prometidas a cambio de los 130.000 millones de euros de ayuda, el país podría verse obligado a abandonar el euro.
La mayoría de los griegos quiere mantener la moneda única, a pesar de oponerse a las medidas de austeridad que se han visto obligados a soportar desde el primer rescate de la UE/FMI del país en el 2010.
«Queremos permanecer en la Unión Europea y en el euro. Sabemos que hay una crisis pero es inaceptable que incluso ahora los ricos se han vuelto más ricos y los pobres más pobres», dijo Bitsi.
(1 dólar = 0,7555 euros)
Fuente: TERRA