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viernes, marzo 29, 2024

Terrorismo mediático contra AMLO

Los nuevos spots del PAN y del PRI en contra de Andrés Manuel López Obrador encajan en la categoría de «terrorismo mediático», cuya estrategia es la manipulación mediante la ofensiva de estrategias textuales, gráficas o auditivas en detrimento de un grupo o particular. Sin embargo, una audiencia preparada neutraliza sus efectos y las herramientas de contrainformación doblegan su origen. Esa es la diferencia con el 2006. 

 

 

por Alberto Buitre 

El terrorismo es violencia deliberada. La violencia deliberada en los medios de comunicación es terrorismo mediático. Los nuevos spots del PAN y el PRI contra #AMLO son terrorismo mediático.

Término acuñado tras el derrocamiento de las dictaduras militares en Sudamérica donde se reflexionó sobre el papel de los medios de comunicación en el afianzamiento del aparato represor a través de la manipulación y la censura de la verdad. Y aunque tales regímenes de terror han desaparecido, sus discípulos en el continente en alianza con los monopolios del massmedia, reactivan esa estrategia y la utilizan, fundamentalmente, para atacar a gobiernos, políticos o grupos que amenazan sus intereses.

En la actual campaña presidencial mexicana, @lopezobrador_ representa esa amenaza. Al menos para el PRI y el PAN que de forma burda (para colmo del caso) acuden al terrorismo mediático para intentar proyectar de AMLO una imagen de violento, antidemocrático, corrupto, beligerante y etcétera, reeditando la guerra sucia del 2006 y su “López Obrador es un peligro para México”. Incluso Josefina Vázquez Mota aparece en uno de esos spots asegurando que el candidato del Movimiento Progresista va a quitarle a la gente sus hipotecas, créditos de vivienda y ahorros. Algo que ya se vio.

El terrorismo mediático no ofrece argumentos. Ataca mediante proyecciones textuales, gráficas o auditivas que, editadas a conveniencia, ofrecen una realidad opuesta a la verdad. En muchos casos hay voceros de tales estrategias dedicados específicamente en ponerle rostro y nombre a un ataque. En el 2012, los principales voceros no son otros sino los propios aspirantes presidenciales del PRI y del PAN.

Para que el terrorismo mediático funcione, se necesita una audiencia desprevenida. Así cómo funciona el terrorismo regular (piénsese en un coche bomba), su éxito depende del factor sorpresa. Pero un público, es decir, una víctima preparada para tales ataques, puede desactivar los efectos del terrorismo. En una guerra, las poblaciones construyen búnkeres, crean alertas, sistemas de autodefensa o protección. Frente al terrorismo mediático la estrategia es similar. Una audiencia lista para recibir los embates de los terroristas mediáticos esquiva sus efectos y los neutraliza. De esa forma, las campañas de violencia propagandística no surten su efecto. No manipulan porque su verdad se conoce, y más aún, se conoce su origen y propósito. Por eso, a diferencia del 2006, el México electoral del 2012 está preparado para recibir mensajes de guerra sucia contra López Obrador. Ya lo vivió. Ya experimento la polarización de audiencias, uno de los propósitos centrales del terrorismo mediático. Mirar nuevas versiones de aquellos spots es como mirar otra vez la misma película. Ya se conoce el final y puede adelantarse a él. Sin sorpresa, no hay víctimas.

Además, el avance tecnológico, la apertura del internet y el auge de las redes sociales han logrado crear un sistema de defensa. Y muchas veces, más bien, de contrataque. En Venezuela y España se le denomina “contrainformación”. La difusión de herramientas mediáticas para desactivar los efectos del terrorismo mediático sobre un principio básico del periodismo: decir la verdad. Así es que a diferencia del 2006, el México electoral del 2012 cuenta con herramientas de contrainformación. Para nadie es un secreto que @lopezobrador_ tiene ganado el terreno de las redes sociales y, aliado al pliego petitorio del movimiento #YoSoy132 contra la manipulación mediática, las campañas negras en su contra podrán ser neutralizadas, doblegadas y vencidas.

Dice el presidente del Perú, Ollanta Humala, que el terrorismo puede ser vencido con democracia. En el caso mexicano, el terrorismo mediático acabará con la democratización de los medios.

@albertobuitre

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