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viernes, julio 26, 2024

Herencia de Granados Chapa

Varias vertientes del libro conducen al descubrimiento biográfico de Buendía y de José Antonio Zorrilla Pérez. De aquél, las enseñanzas que prodigó a Granados Chapa y a otros periodistas notables; de su breve pero fructífera labor docente en la Universidad Nacional Autónoma de México y en la Escuela Carlos Septién García.

 

por Anselmo Estrada Alburquerque

A poco más de un año de su fallecimiento se hace realidad el póstumo deseo del laureado periodista hidalguense Miguel Ángel Granados Chapa: su biblioteca de seis mil tomos formará parte del acervo de la Fundación Arturo Herrera Cabañas en cuyo seno, anoche, fue presentado su libro postrero Buendía, primer asesinato de la narcopolítica.

Tomás Granados Salinas, hijo del intelectual fallecido, hizo la entrega simbólica de la biblioteca a la presidenta de la fundación, doctora Irma Eugenia Gutiérrez de Herrera, caudal literario en el que abrevarán lectores de nuestra entidad.

Tomás Granados intervino en la presentación del libro e hizo sucinto relato de cómo fue armada la obra póstuma de Miguel Ángel Granados Chapa, quien trabajó en ella intensamente los últimos meses de su vida.

Junto con el descendiente del ameritado académico, participaron el investigador Pablo Elías Vargas y el autor de esta columna.

La obra habla sobre la muerte artera de que fue víctima Manuel Buendía el 30 de mayo de 1984, y detalla la participación activa de José Antonio Zorrilla Pérez, titular de la temible Dirección Federal de Seguridad (policía política instaurada por el presidente Miguel Alemán y desaparecida por Carlos Salinas de Gortari en los 90), mediante la cual planeó con varios de sus subalternos el asesinato del periodista, autor de la columna Red privada que publicaba en su primera plana el diario Excélsior.

El libro es un compendio de los avatares periodísticos de Buendía, desde que se inició como reportero de guardia en el diario La Prensa, del que fue director y su paso por otros rotativos; las experiencias como funcionario de prensa en varias dependencias federales hasta la plenitud de su carrera como columnista que terminó trágicamente, abatido a balazos, por la espalda, en el estacionamiento de un edificio de la Ciudad de México.

Varias vertientes del libro conducen al descubrimiento biográfico de Buendía y de José Antonio Zorrilla Pérez. De aquél, las enseñanzas que prodigó a Granados Chapa y a otros periodistas notables; de su breve pero fructífera labor docente en la Universidad Nacional Autónoma de México y en la Escuela Carlos Septién García.

Sobre Zorrilla Pérez se habla de sus inicios como funcionario público en Hidalgo, donde fue secretario de Gobierno en el sexenio del arquitecto Guillermo Rossell, diputado federal y candidato desahuciado a otra curul federal en el año 1985, siendo beneficiado Germán Corona del Rosal.

Zorrilla Pérez fue detenido el 13 de junio de 1989, acusado por ordenar la muerte de Buendía, y sentenciado a 35 años de cárcel el 15 de febrero de 1993, pena que fue reducida después a 29 años de prisión.

En 2009, Zorrilla Pérez obtuvo el beneficio de la libertad anticipada, pero debido al clamor de sectores periodísticos e intelectuales, regresó a prisión el 13 de junio del mismo año.

Fuente: CRITERIO HIDALGO

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