«¡Alto a las deportaciones y reforma migratoria!», son sus peticiones. Es una diáspora de 11 millones de trabajadoras y trabajadores mexicanos indocumentados, salieron del país por falta de trabajo y ahora construyen riqueza en otra nación, con otra cultura.
Carmen R. Ponce Meléndez*
Ante la expectativa de una reforma migratoria en Estados Unidos, las organizaciones de la comunidad latina se aprestan para manifestarse el 1 de mayo, Día Internacional del Trabajo.
«¡Alto a las deportaciones y reforma migratoria!», son sus peticiones. Es una diáspora de 11 millones de trabajadoras y trabajadores mexicanos indocumentados, salieron del país por falta de trabajo y ahora construyen riqueza en otra nación, con otra cultura.
Gracias a ese esfuerzo, México es el mayor receptor de remesas de América Latina, recursos que contribuyen en forma importante a resolver la pobreza de muchos hogares encabezados por mujeres.
Luego entonces, todas y todos somos indocumentados, ya que toda la población se beneficia de estos flujos de divisas, las remesas. Aunque sólo fuera desde esta perspectiva, la reforma migratoria también es un tema nacional.
Son Michoacán, Guanajuato, Jalisco y el Estado de México las entidades más importantes en la recepción de estos recursos. Más de la mitad de las remesas (64.5 por ciento) se concentran en 10 estados, la mayoría con altos índices de migración internacional y pobreza.
Tomando como referencia la información del Banco de México se aprecia una importante disminución de las remesas recibidas, sobre todo a partir de la crisis de 2009. Para el último trimestre de 2012 la caída fue de 25.0 por ciento, respecto al primer trimestre del mismo año.
Las entidades más afectadas fueron el Distrito Federal, Oaxaca y Veracruz. En el primer caso, la disminución alcanzó 61.1 por ciento. Para enero de 2013 las remesas recibidas en promedio equivalen a 3 mil 600 pesos.
*Colaboradora de CIMAC