Financiado por fondos para el retiro a través de grupos externos a la realidad industrial local, y con relativa presencia por parte del gobierno estatal, según los señores del poder hidalguense el Proyecto Platah convertirá a Hidalgo en el “nuevo polo de desarrollo industrial del país”. La idea no pertenece a la actual administración, mucho menos es innovadora, San Luís Potosí, Guanajuato, Puebla, Tlaxcala, Sinaloa, Altamira y Monterrey han impulsado, con relativo éxito, el esquema de Plataformas Logísticas. El proyecto se justifica por el crecimiento urbano de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM) y por la conexión con la terminal intermodal que se encuentra en Atotonilco de Tula, donde liga a la carretera privada Arco Norte con el ferrocarril de carga y carretera.
A pesar de los precarios empleos que se van a generar en esta zona (se estiman 41 mil empleos temporales aproximadamente), los cuales demuestran la prioridad programática de la actual administración, en ningún documento o declaración oficial se señala en que forma la actual dinámica productiva del municipio de Tepeapulco, Tula, Tepeji, Huejutla, Tulancingo, Mineral de la Reforma, Lolotla por mencionar algunos, se insertará a esta realidad, muchos menos se habla de la bondades del proyecto PLATAH en aminorar la polarización existente entre el norte en extrema pobreza y un sur semi-industrializado de la entidad.
Quizás el origen se deba a una confusión existente entre los alcances del Parque Industrial y Plataforma Logística por parte del actual Secretario de Desarrollo Económico de la entidad, eso quiero pensar, pues parece ser que la misión y visión del proyecto PLATAH es convertir a Hidalgo en una paquetería industrial: las mercancías ascenderán o ascenderán según sea el caso en la plataforma, impactando en los costos y tiempos de las empresas transnacionales, dejando como siempre: espectador a la realidad industria hidalguense.