Educada en una familia predominantemente masculina, en donde ella era mucho menor que todos sus hermanos, Guillermina Vázquez Benítez creció rodeada de mujeres y hombres que le abrían camino, y quienes no hacían mayor diferencia en las oportunidades y las responsabilidades familiares.
Fue hasta la edad escolar que experimentó distinciones por género. En un principio, sus compañeras, compañeros y maestros esperaban de Guillermina ciertas actitudes estereotípicas, pero con la confianza familiar con la que había crecido, muy pronto en su entorno escolar comprendieron que ella no limitaría su potencial por las ideas preconcebidas de otras personas. Inclusive, ella impulsaba a otras niñas y niños a encontrar y desarrollar sus propias fortalezas.
Tal vez hoy dicha situación no parezca inusual, pero resultaba poco frecuente hace algunas décadas en el Valle del Mezquital, región indígena del estado de Hidalgo en donde predomina el pueblo Hñähñú.
La hoy presidenta del Instituto Estatal Electoral de Hidalgo (IEEH), tiene conciencia de que las herramientas de autoconfianza y empoderamiento que su familia le brindó, no eran comunes entre las niñas de su región, ni tampoco en los niños indígenas. Por eso la motivación que ella daba a sus compañeras y compañeros les parecía subversiva a algunos profesores.
Desde el preescolar hasta la secundaria, Guillermina estudió en Ixmiquilpan, Hidalgo, pero para el bachillerato su mamá decidió que era tiempo de que su hija se fuera a vivir sola a Pachuca, capital hidalguense, en donde estudió la preparatoria y dos licenciaturas.
Luego de una estancia en el extranjero, Guillermina Vázquez volvió a México, se casó y se dedicó de lleno a la crianza y a la labor académica. Fue catedrática en la Universidad Tecnológica del Valle del Mezquital, e impulsó un proyecto educativo propio. A estas labores estaba entregada cuando llegó hasta sus manos la convocatoria para las consejerías electorales.
La primera presidenta del IEEH
Guillermina Vázquez Benítez había tenido un acercamiento previo con la labor electoral cuando en el distrito de su región formó parte del consejo distrital 15 del IEEH y del consejo distrital 02 del INE, pero su actividad predominante había sido la académica.
Cuando una compañera suya le mostró la convocatoria para integrar el Consejo General del Instituto Estatal Electoral, ella decidió participar pese a que una entonces reciente reforma electoral establecía muchas reglas nuevas. “En ese momento pensé: Éste es otro reto que debo tomar con toda la responsabilidad. Entonces, todo el día trabajaba en la escuela, toda la tarde era mamá, y parte de la noche me dediqué a estudiar muy duro para presentarme al proceso.”
Muchos días y noches después, comenzó el proceso de selección, en donde Guillermina se enfrentó a diversos especialistas en la materia, incluso consejeros electorales en activo, quienes llevaban varios años inmersos en el tema electoral. En algún momento, ella se sintió intimidada por el currículum de los hombres con quienes contendía en ese proceso, sin embargo, la confianza que se había tenido durante toda su vida, la hizo seguir adelante.
El proceso de selección se realizó ante el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE). Guillermina pasó la primera etapa, que fue el examen general de conocimientos, en donde varios de los especialistas quedaron rezagados. Posteriormente, en la etapa de ensayo presencial sobre tema sorpresa, volvió a tener muy buenos resultados, y a dejar atrás a otros tantos contrincantes. La tercera etapa fue una entrevista ante quienes integran el Consejo General del INE, lo cual, en sus propias palabras, resultó “algo intimidante. Sin embargo, cuando estás ahí, lo único que te queda es hablar de todo lo que sabes y mostrar todos tus conocimientos en materia electoral”.
Finalmente, contra el pronóstico de la clase política hidalguense, Guillermina Vázquez Benítez venció a todos los especialistas en materia electoral, y fue seleccionada por el INE como la primera mujer Consejera Presidenta del Instituto Estatal Electoral de Hidalgo.
Justo el venir de una historia de vida de contacto con la gente real, le ha permitido realizar un trabajo pionero en materia de derechos electorales de grupos poblacionales históricamente excluidos.
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Durante el período en que Guillermina Vázquez ha sido Consejera Presidenta del IEEH, este instituto ha sido referente nacional en acciones afirmativas en tres temas: Paridad de género, derechos político-electorales de los pueblos indígenas, e inclusión de población Trans.
El empoderamiento en su vida
La presidenta del IEEH considera que sus dos principales fortalezas han sido la determinación y la disciplina. Concibe a ambas cualidades como fundamentales para el empoderamiento. “Mi mamá y mi papá me inculcaron esas características y yo se las he transmitido a mis hijas, porque han sido la clave para todo lo que yo he logrado desde que era niña”, asegura.
Guillermina Vázquez sostiene que el empoderamiento no debe ser sólo un beneficio personal, sino que debe ser usado para impulsar a la ciudadanía: “La labor educativa te hace ver a la gente cual valiosa es, y conocer sus necesidades cotidianas. Ahí te das cuenta de que el principal obstáculo al que enfrentan los grupos históricamente marginados es la exclusión social y, desde el lugar en el que estés, debes trabajar por asegurar los derechos para todas las personas”.