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viernes, julio 26, 2024

El nuevo AIFA: el final de una larga batalla política

Este lunes 21 de marzo inicia operaciones el nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), un proyecto que lleva más de una década gestándose y que tuvo que superar escollos políticos, técnicos y medioambientales.

El proyecto tuvo un primer intento de llevarse a cabo en el gobierno del panista Vicente Fox. El guanajuatense intentó concretar la obra en el municipio mexiquense de Texcoco, pero fracasó ante la resistencia del pueblo de San Salvador Atenco, cuyos habitantes, machete en mano, lograron detener la obra cuando ni siquiera había iniciado.

Una pésima conducción política, el menosprecio por la población afectada, y la displicencia gubernamental respecto al impacto ambiental que tendría la obra, fueron factores que terminaron por echar por la borda el proyecto foxista que pretendía acabar con la saturación que sufre desde finales del siglo pasado el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).

Pero como no resultó el proyecto, el gobierno de Fox llevó a cabo obras de ampliación en la terminal aérea capitalina, que atenuaron el problema e impidieron que colapsara durante los últimos 20 años.

Fue hasta que llegó al poder el priista Enrique Peña Nieto que la idea de levantar un nuevo aeropuerto en Texcoco fue retomada.

En el sexenio pasado también revivió el proyecto de edificar la terminal aérea en Tizayuca, que ya tenía terreno disponible, luego de que el ex gobernador Manuel Ángel Núñez Soto emprendió una batalla política para lograr que el gobierno federal optara por hacer el nuevo aeropuerto para la capital del país en tierras hidalguenses.

Desde tiempos de Vicente Fox, Núñez promovió su idea y endeudó al estado para que el gobierno comprara terrenos en las inmediaciones de Tizayuca, que al final fueron utilizadas para desarrollar una zona industrial denominada Plataforma Industrial Hidalgo (Platah), que hoy ya opera en esa región del sur de la entidad, cercana al Estado de México.

Y como sucedió con Fox, en el gobierno de Peña Nieto Hidalgo buscó que la terminal fuera construida en Tizayuca. Pero al final se impusieron los intereses del grupo mexiquense que encabezaba el gobierno federal, y la decisión favoreció una vez más a Texcoco como sede para levantar el nuevo aeropuerto.

Pero la historia volvería a darle la espalda al anhelado proyecto, cuando Andrés Manuel López Obrador ganó las elecciones de 2018. Una de las primeras acciones que emprendió el tabasqueño fue llevar a cabo una consulta ciudadana para resolver si su gobierno continuaría las obras emprendidas en el sexenio de Peña Nieto, que ya mostraban avances a nivel de trabajos de cimentación.

Al final el ejercicio de democracia directa decidió que se cancelara la obra de Peña Nieto, lo que implicó que el gobierno federal pagara al menos 331 mil 996 millones de pesos con motivo de cancelar la obra, derivada de echar atrás la inversión y afrontar los gastos derivados de terminar anticipadamente los contratos firmados con proveedores, según datos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).  

Este lunes, dos años y medio después de haber anunciado el inicio de la obra, López Obrador estará presente en la nueva terminal, ubicada en Santa Lucía, entre los municipios mexiquenses de Zumpango y Tecámac.

La obra, que tuvo un costo de alrededor de 115 mil millones de pesos, finalmente verá despegar el primer avión este lunes, frente a cientos de invitados. Un proyecto que tardó más de dos décadas en concretarse y que detonará un crecimiento urbano acelerado en la región, que alcanzará a varios municipios de Hidalgo, entre ellos Tizayuca, que se encuentra a unos 10 kilómetros de distancia de Santa Lucía.

@YorchAromero

Jorge A. Romero
Jorge A. Romero
Periodista hidalguense. Director editorial de La Jornada Hidalgo.

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