Haciendo gala de su pragmatismo y mezquindad, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) decidió abandonar la candidatura común a la gubernatura de Hidalgo en torno al morenista y senador con licencia, Julio Menchaca Salazar.
No importó que apenas un día antes de saltar del barco el dirigente estatal de ese partido, Honorato Rodríguez Murillo, había levantado la mano de Menchaca durante su registro como candidato ante el Instituto Estatal Electoral (IEE).
El argumento que esgrimió el Partido del Tucán fue que una campaña en solitario les va a permitir cosechar votos y promover su nombre en el estado de Hidalgo. Como para posicionar la marca, si lo vemos en términos mercadológicos.
También sostuvieron que al final no hubo los acuerdos necesarios con quienes competirán bajo la figura de candidatura común en las próximas elecciones. ¿En qué parte no hubo coincidencias para seguir adelante con la alianza que busca lograr la alternancia en Hidalgo? En ese punto no hay claridad, pero se especula que no aceptaron la parte del pastel que todavía ni siquiera existe porque no han ganado las elecciones.
Lo que es un hecho es que abandonaron la alianza que por primera vez en la historia moderna de Hidalgo puede lograr la alternancia en el poder ejecutivo, lo cual representa un objetivo que supera cualquiera de los argumentos que expresaron a través de sus líderes, tanto de voz de Rodríguez Murillo, como de su lideresa nacional, Karen Castrejón Trujillo.
Pero además la postura de quienes encabezan al Partido Verde los exhibe como lo que son: meros negociantes de la política, un grupo que bajo una marca registrada busca ampliar sus espacios de poder. No por un proyecto que abone a la democracia en Hidalgo.
El dejar un barco justo cuando va a zarpar para lograr su misión no es un asunto que deba limitarse con una reforma a la ley electoral, es un tema de ética y autorregulación. Y en esos terrenos la ciudadanía es la que debe actuar con su voto. Ni un sufragio para los que exhiben su pragmatismo rampante.
Ni un voto para el Partido Verde, que con su candidato, José Luis Lima Morales, sólo aspira a llevarse unos cuantos sufragios en las urnas. ¿Con qué propósito? Sólo ellos saben qué se llevaron bajo la mesa en una negociación que nunca van a transparentar ante el electorado de Hidalgo.
